lunes, julio 15, 2013

Beata Ana María Javouhey, Virgen y Fundadora

Beata Ana María Javouhey, Virgen y Fundadora
Julio 15

Maria Javouhey nació el 10 de Noviembre de 1779.


Martirologio Romano: En París, capital de Francia, beata Ana María Javouhey, virgen, fundadora de la Congregación de las Hermanas de San José de Cluny, que se dedican al cuidado de enfermos y a la instrucción cristiana de las niñas, Congregación que la beata consiguió implantar también en tierras de misión. (1779-1851).

Desde muy joven aspiró a la vida religiosa. Tras diferentes ensayos, el 12 de mayo de 1807 fundó en Chalon con sus tres hermanas y cinco compañeras, la congregación de San José, cuya Casa Madre se instaló en Cluny en 1812.

Al principio, las Hermanas se dedicaron a la enseñanza y al cuidado de los enfermos, pero pronto fueron llamadas desde la Isla de la Reunión, Senegal y, posteriormente desde otras colonias francesas como la Guyana Francesa, donde la Beata se consagró a la educación y a la emancipación de los esclavos negros. Pese a múltiples pruebas, provenientes particularmente del Obispo de Autun y de los colonos, la Congregación se desarrolló por ser la Obra que Dios había encargado a la Beata Ana María Javouhey.

Ana Maria Javouhey:
- rechaza la esclavitud pues sabe que, “hijos del Padre común”, todos los seres humanos son amados por Dios y llamados a la felicidad, a la plenitud de la vida, liberando en ellos la imagen de su Creador.
– tiene preocupación de ayudar al otro a existir; sus métodos de educación respetan la naturaleza humana: “A los hombres libres no se les obliga, se les persuade”.
- comprende la importancia de la familia, de la propiedad, del trabajo, del respeto de la naturaleza, para hacer a las personas más conscientes de su valor y de su responsabilidad en la sociedad.
- en una época de confusión y de profundos cambios, sabe discernir las llamadas de su tiempo y responder a ellas preparando un futuro mejor.
- crea las condiciones requeridas para cambiar las situaciones que juzga intolerables; las analiza, propone soluciones y los medios que hay que emplear.
- no se contenta con llevar un remedio pasajero para el mal que encuentra sino que busca su raíz para extirparla.
- se ocupa, con sus Hermanas, de los enfermos mentales y les restituye un rostro humano, desfigurado cuando estaban encerrados y abandonados.
- cree en la capacidad de cada pueblo, de cada persona, para desarrollarse y tomar en sus manos su destino.
- ayuda a los jóvenes africanos que desean ser sacerdotes, a pesar de los prejuicios de la época.
- vive la inculturación: “Se conservarán en cuanto sea posible las costumbres sencillas que convienen al clima; no se reformará más que lo que no es bueno”.
- demuestra la influencia de las mujeres y su capacidad para hacer evolucionar las sociedades; ella misma va más allá de las costumbres de su tiempo a fin de poder realizar su misión”
- está abierta a lo universal, tiene una mirada benévola hacia las culturas desconocidas, lanza a sus Hermanas en largos y peligrosos viajes y los emprende ella misma para anunciar la Buena Nueva del amor de Dios allí donde no es conocido.


Al morir ella el 15 de julio de 1851 la Congregación contaba un millar de miembros, presentes en los cinco continentes.

LA ESPIRITUALIDAD DE SAN JOSÉ DE CLUNY
Es una VIDA, que sobrepasa toda formulación, suscita una respuesta según los signos de los tiempos. Es nuestra identidad, nuestra unidad. Se renueva a medida que se la comparte, puede encarnarse en las diversas culturas en las que encuentra adarajas y escollos.


Es DINÁMICA, influye en nuestra vida, inspira nuestros proyectos comunitarios. Es tan amplia que nos permite estar disponibles a las necesidades de nuestro tiempo, de dar testimonio en el corazón de mentalidades muy diferentes.
Es un DON concedido a Ana María Javouhey para la Iglesia.

EL CORAZÓN DE NUESTRA ESPIRITUALIDAD
Hacer la Voluntad de Dios, como Cristo obediente, enviado por el Padre para salvar a todos los hombres.
Tener un corazón apostólico que tiene su fuente en la oración.
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