Julio 24 - Diciembre 24
Patrón de cuantos sufren en cuerpo y alma
Martirologio Romano: San Charbel (José) Makhluf, sacerdote de la Orden Libanesa Maronita, que, en busca de una vida de austera soledad y de una más alta perfección, se retiró del cenobio de Annaya en Líbano en un eremo, donde sirvió a Dios día y noche en suma sobriedad de vida con ayunos y oración, reposó en el Señor un 24 de Diciembre. (1828-1898).
Nació el 8 de Mayo 1828 en Beka'kafra (Libano.) Murió en Annaya, el 24 de Diciembre 1898 en Annaya. (Líbano.) Ermitaño de rito maronita, el primer santo libanés canonizado por la Sede Apostólica en los tiempos modernos. ( El 9 de Octubre de 1977, por el Papa Pablo VI.) "Un ermitaño de la montaña libanesa está inscrito en el número de los Bienaventurados... Un nuevo miembro de santidad monástica enriquece con su ejemplo y con su intercesión a todo el pueblo cristiano.
El puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios". Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen Santísima. Ejemplo de vida consagrada y de ermitaño. Dios ha querido manifestar su gloria por medio de este humilde ermitaño. Gran cantidad de milagros ocurren por su intercesión. Numerosas de sus imágenes milagrosamente exudan aceite de oliva el cual se utiliza en la oración por los enfermos. Además de ser bien conocido en el Medio Oriente y en toda la Iglesia, en América es particularmente venerado en México a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX.
Su devoción se propaga en la actualidad muy rápido por el aumento de milagros. Parece que Dios desea utilizar este santo como signo de su deseo de unificar el Oriente con el Occidente. Nació en el pueblo de Beka'kafra, a 140km. del Líbano, capital libanesa, el 8 de mayo, de 1828. Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, una piadosa familia campesina. Fue bautizado a los ocho días en la Iglesia de Ntra. Señora en su pueblo natal, recibiendo por nombre Yusef (José). A los tres años el padre de Yusef fue inscrito en el ejército turco en la guerra contra los egipcios y muere cuando regresaba a casa. Su madre cuida de la familia siendo gran ejemplo de virtud y fe.
Pasado un tiempo, ella se casa de nuevo con un hombre devoto quien eventualmente será ordenado sacerdote. (En el rito maronita, hombres casados son elegibles al sacerdocio). Yusef ayudó a su padrastro en el ministerio sacerdotal. Ya desde joven era ascético y de profunda oración. Yusef estudió en la pequeña escuela parroquial del pueblo. A la edad de 14 años fue pastor de ovejas y aumenta su oración. Se retiraba con frecuencia a una cueva que descubrió cerca de los pastizales para adentrarse en horas de oración. Por ello recibió muchas burlas de otros jóvenes pastores. Dos de sus tíos maternos eran ermitaños pertenecientes a la Orden Libanesa Maronita. Yusef acudía a ellos con frecuencia para aprender sobre la vida religiosa y el monacato en especial. En el Convento de Annaya, profesó los votos perpetuos como monje en 1853.
Lo enviaron inmediatamente al Monasterio de San Cypriano de Kfifen, donde realizó sus estudios de filosofía y teología, llevando una vida ejemplar de obediencia y observancia. Fue ordenado sacerdote el 23 de julio, de 1859 por Mons. José al Marid, bajo el patriarcado de Paulo Massad. Al poco tiempo regresó al Monasterio de Annaya por orden de sus superiores. Ahí pasó muchos años de vida ejemplar de oración y apostolado. Entre estos, el cuidado de los enfermos, el pastoreo de almas y el trabajo manual en cosas muy humildes. Chárbel recibió autorización para la vida ermitaña el 13 de febrero, de 1875. Desde ese momento hasta su muerte, ocurrida en la ermita de los Santos Pedro y Pablo, la víspera de la Navidad del año 1898, se dedicó a la oración (rezaba 7 veces al día la Liturgia de las Horas), la ascésis, la penitencia y el trabajo manual.
Comía una vez al día y llevaba silicio. El padre Chárbel alcanzó la celebridad después de su muerte, ocurrida el 24 de Diciembre de 1898. Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios: Su cuerpo se mantiene incorrupto y suda sangre, ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. El pueblo le veneraba como santo aunque la jerarquía, y sus mismos superiores, prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.
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