Beata María Pierina de Micheli, Religiosa
Julio 26
En Centonara
D´Artò, provincia de Novara, Italia, Beata Maria Pierina de Micheli (en el siglo
Giuseppina), religiosa del Instituto de las Hijas de la Inmaculada Concepción de
Buenos Aires, Argentina. († 1945)
Fecha de
Beatificación: 30 de mayo de 2010 durante el pontificado de S.S. Benedicto
XVI.
El 11 de septiembre de 1890 nació en Milán (Italia) Josefina De
Micheli. A la edad de 12 años, un Viernes Santo, esperando el turno para besar
el crucifijo oyó una voz interior que le dijo: “¿Nadie me da un beso de amor en
el Rostro para reparar el beso de Judas?”. Llegado el momento, como ella misma
lo relata, le dio un fuerte beso con todo el ardor de su corazón. Con el pasar
de los años, esta devoción fue creciendo.
En Milán, cerca de la casa de
la familia De Micheli, en 1912 se establece una comunidad de la congregación
“Hijas de la Inmaculada Concepción”, venida de la Argentina, a la que el párroco
de San Pietro in Sala le confía el oratorio femenino.
El 15 de octubre de
1913, a la edad de 23 años, Josefina ingresa a esta Congregación y es recibida
por la Fundadora, Sierva de Dios María Eufrasia Iaconis.
Al año
siguiente, en la ceremonia de la vestición religiosa, recibe el nombre de María
Pierina. Cuatro años después de emitir los primeros votos, es destinada con
otras compañeras a la Casa Madre de la Congregación, en Buenos Aires. Allí, en
1921, se consagra para siempre, con la emisión de los votos perpetuos, y en
noviembre del mismo año, vuelve a Milán.
Luego de ser durante varios años
Superiora de Milán, en 1939 pasa a Roma como Superiora de una nueva casa y en
1940 recibe el nombramiento de Superiora Regional.
Con la bendición y el
aliento de Pío XII, acuña y difunde la medalla que la Santísima Virgen le había
pedido. La Madre Pierina comunica al Papa que, el 31 de mayo de 1938, mientras
oraba en la Capilla de Milán, tuvo una visión en la que la Virgen María le
mostraba un escapulario formado por dos retazos de tela blanca: uno con la
imagen del Divino Rostro y a su alredor el texto "Illumina, Domine, vultum tuum
super nos" (Ilumínanos con tu rostro o Señor), y sobre el otro lado una Hostia
resplandeciente y a su alrededor el texto "Mane nobiscum Domine" (Estás con
nosotros Señor).
Ese escapulario, reemplazado luego por la medalla, será
“un arma de defensa, un escudo de fortaleza, una prenda de amor y misericordia
que Jesús quiere dar al mundo”. Promete a los que la lleven y hagan los días
martes una visita al Santísimo Sacramento, “ser fortificados en la fe, prontos a
defenderla y a superar todas las dificultades internas y externas” y además “una
muerte serena bajo la mirada de su Divino Hijo”.
Transcurridos los duros
años de la Segunda Guerra Mundial y apenas le fue posible, la Madre Pierina
parte el 7 de junio de 1945 de Roma hacia Milán en un camión, con el deseo de
volver a ver a las Hermanas.
En los primeros días de julio llega a la
casa “Santo Volto” (Santo Rostro) en Centonara D´Artò, provincia de Novara,
donde habían trasladado el Noviciado. Enferma gravemente y allí, el 26 de julio
de 1945, a la edad de 54 años, se duerme en el Señor rodeada por sus hijas
espirituales.
Carisma específico de la Madre María Pierina
María
Pierina De Micheli vivió intensamente el carisma de las “Hijas de la Inmaculada
Concepción”. Amó profundamente a la Virgen Inmaculada con un corazón siempre
dispuesto a aceptar la voluntad de Dios. Manifiesta en su Diario: “Quiero pedir
cada día a la Virgen la gracia de vivir en un abandono gozoso…”.
Como don
personal experimentó un incondicional amor al Divino Rostro de Jesús, que se le
presentó numerosas veces, haciéndole participar de sus sufrimientos y pidiéndole
que se entregase como reparadora por la santificación de los sacerdotes y la
conversión de los pecadores, gozando también de las consolaciones propias de los
místicos.
La medalla que ella acuñó fue instrumento de numerosas gracias
y se sigue difundiendo a lo largo de los años.
Congregación Hijas de la
Inmaculada Concepción de Buenos Aires
La familia religiosa de las Hijas
de la Inmaculada Concepción nació en Buenos Aires en 1904, fundada por la Sierva
de Dios María Eufrasia Iaconis.
Sus miembros se sienten llamadas a vivir
su identidad eclesial con un carisma particular, inspirando la vida espiritual y
el apostolado en el misterio de la Inmaculada Concepción.
Animadas de
esta específica espiritualidad mariana, las Hijas de la Inmaculada Concepción
están disponibles a la Voluntad de Dios, a favor de los hermanos, cultivando una
gran apertura a las necesidades de la Iglesia, siguiendo el ejemplo de su
Fundadora, una mujer fuerte y file, que enfrentó grandes dificultades, dispuesta
a cualquier sacrificio por el bien de la Congregación.
La Madre María
Eufrasia Iaconis llegó a la Argentina a fines del siglo XIX, y su primera tarea
fue la asistencia a los enfermos en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Más
tarde se lanzó a la tarea educativa, fundando colegios en diversas provincias
del país. Su espíritu incansable y generoso la llevó a fundar también en Milán,
Italia. Falleció el 2 de agosto de 1916, a la edad de 48 años.
Sus hijas,
con el deseo de ser la presencia de María en el mundo de hoy, desarrollan su
apostolado en colegios, hospitales, hogares de ancianos, pensionados, guarderías
infantiles, 1arroquias y obras misioneras.
En la Argentina se encuentran
presentes en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. El
carisma se ha extendido a Italia, España, Brasil, Chile y
México.
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Fuente: aica.org
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