San Víctor de Marsella, Slodado y
tres Compañeros, Mártires
Julio 21
Martirologio Romano En Marsella, ciudad de la Provenza, en la Galia, san Víctor, mártir (c. 292).
Julio 21
Martirologio Romano En Marsella, ciudad de la Provenza, en la Galia, san Víctor, mártir (c. 292).
Etimología: Víctor = vencedor, del
latín
Y tres compañeros mártires: Alejandro, Feliciano y Longinos
Al poco tiempo de haber mandado
degollar a toda la legión Tebea, fue el emperador Maximiano a Marsella, donde
había una iglesia numerosa y floreciente. A su llegada temblaron por su vida
todos los fieles de la ciudad y se prepararon para el
martirio.
Durante esta general consternación
un oficial cristiano, llamado Víctor, iba todas las noches de casa en casa a
visitar a sus hermanos en Jesucristo para exhortarles al desprecio de la muerte,
e inspirarles el deseo de la vida
eterna.
Habiendo sido sorprendido en una
acción tan digna de un soldado de Cristo, fue conducido al tribunal de los
prefectos Asterio y Eutiquio, que le representaron el peligro que corría, y cuán
loco era de exponerse a perder el fruto de sus servicios y el favor del
príncipe, por querer adorar a un hombre muerto. Contestó Víctor que renunciaba a
todas las ventajas, que no podía servir mas que a Jesucristo, Hijo eterno de
Dios, que se había dignado hacerse hombre y que había resucitado después de
muerto. Semejante respuesta excitó furiosos gritos de indignación, pero como el
prisionero era persona ilustre, lo enviaron al emperador Maximiano, el cual,
para torcer la constancia de Víctor lo hizo atar de pies y manos y mandó que lo
paseasen por todas las calles de la ciudad, exponiéndolo así a los insultos del
populacho.
A la vuelta de este público
desprecio, lo presentaron todo cubierto de sangre a los prefectos, y Asterio
:mandó que lo extendiesen sobre el caballete, donde los verdugos le atormentaron
por largo espacio. Encerránronle después en una lóbrega prisión, en la cual, a
media noche, le visitó el Señor por el ministerio de sus ángeles. La cárcel se
llenó de admirable
claridad.
El santo mártir cantaba con los
espíritus celestiales las alabanzas del Señor. Tres soldados encargados de
custodiar le quedaron tan asombrados de lo que pasaba, que arrojándose a los
pies de Víctor, le pidieron perdón y la gracia del bautismo. Llamábanse
Longinos, Alejandro y Feliciano, los cuales fueron bautizados aquel día, y
Víctor les sirvió de
padrino.
Al día siguiente, supo todo esto el
emperador, y montado en cólera hizo trasladar los cuatro santos a la plaza
pública, donde fueron cargados de injurias por la plebe soez y cortadas las
cabezas de los tres
centinelas.
Tres días después llamó de nuevo el
emperador a Víctor a su tribunal y le mandó adorar una estatua de Júpiter puesta
sobre un altar, pero Víctor, lleno de fe en Jesucristo, dio un puntapié al
altar, y lo derribó juntamente con el ídolo hecho
pedazos.
El tirano, para vengar a sus
dioses, le hizo cortar el pie ordenando luego que metiesen al mártir debajo de
la rueda de un molino. Como a la primera vuelta el molino se descompusiese,
sacaron de allí al santo y le cortaron la cabeza. Su cuerpo, junto con los
cadáveres de Longinos, Alejandro y Feliciano, fueron arrojados al mar, pero los
cristianos los encontraron sobre la orilla y les dieron honrosa
sepultura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario