San Abraham de Haran, Obispo
Febrero 14
En Mesopotamia, muy estimado en vida por el
emperador Teodosio, 422. Fue un hombre solitario que sólo abandonó su retiro
penitente para dedicarse a predicar el Evangelio.
Nació en Mesopotámica, y sus
padres muy ricos deseaban buscarle un lugar adecuado en el mundo. Con ese fin lo
desposaron, pero Abraham escapó después de la ceremonia, con la intención de
convertirse en un ermitaño penitente. Se confinó en una celda y tapió la puerta
para no poder salir: sólo tenía una pequeña ventana por la que recibía lo
indispensable para sobrevivir. Llevaba diez años encerrado cuando sus padres
murieron. Heredó una gran fortuna, que entregó a un virtuoso amigo para que la
distribuyera entre los necesitados.
Cuarenta años más vivió confinado en su
refugio. El obispo de Lampsaco le suplicó que accediera a predicar en un pueblo
de la cercanía cuya barbarie y constancia en el paganismo eran proverbiales. No
sin resistencia, Abraham consintió en ser ordenado sacerdote y aceptó la misión
que le encomendaban. En primer lugar, levantó una suntuosa iglesia y después
destruyó a todos los ídolos que adoraban en el pueblo. omo es natural, la gente
del lugar montó en cólera, le golpearon y le expulsaron.
Al día siguiente volvió
a predicar, y se repitieron los mismos hechos. Y así día tras día hasta que, al
cabo de tres años, los idólatras asombrados por la fe y la perseverancia de
aquel hombre, fueron convertidos. Volvió inmediatamente a su celda donde murió
20 años después.
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Fuente: oremosjuntos.com
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