San Augusto Chapdelaine y compañeros, Mártires
Febrero 26 - 29
Presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París
Nació en Febrero 6, 1814 en la Rochelle, diócesis de Coutances (Francia)
(† 1856) Chapdelaine descendía
de una familia profundamente religiosa radicada en La Rochelle. Su tenacidad e
intrepidez eran una herencia familiar, ya que su padre, durante los años
difíciles que siguieron a la revolución francesa, fue un gran apoyo para los
fieles católicos y para los sacerdotes que arduamente buscaban refugio.
Desde
muy joven se despertó en él el deseo de ser sacerdote. Sin embargo tuvo que
trabajar duramente en el campo hasta los 20 años, pudiendo hasta entonces
empezar sus estudios.
El 1º de junio de 1843, en el Seminario de Coutances,
recibió la ordenación sacerdotal; ahí maduró su decisión de convertirse en
misionero, pero el vicario general de la diócesis le explicó que debería esperar
algún tiempo para poder alcanzar sus deseos.
En 1851, pasó al seminario de Misiones Extranjeras de
París y se embarcó muy pronto para la misión de Kuang-Si, en China. En
esta ciudad, no había ningún cristiano ya que por más de un siglo no
había visto ni un solo misionero, razón por la cual no era prudente irse
allí a la aventura. Pero la Providencia intervino.
Un habitante de
aquella provincia que se había convertido a la nueva religión vino a
Kony-Tchoa y quiso llevar consigo algunos libros cristianos, un altar
portátil y un catequista. Fue así como pudo poner los pies en este
territorio que le habían confiado. Durante casi tres años, ejerció el
ministerio sacerdotal, recorriendo la provincia y logrando formar un
hermoso grupo de 200 neófitos.
Un verdadero éxito. Pero ocurrió algo
inesperado: una persona de nombre “Pé-San”, hombre de malas costumbres,
viendo que una joven a la que él había seducido se había convertido al
cristianismo, fue a denunciarlo al mandarín de Sy-Lin-Hien, quien era un
acérrimo enemigo de los creyentes en el Señor. Lo denunció de estar
fomentando problemas en el país e incitando al pueblo a la rebelión.
Logró refugiarte en casa de un literato católico, pero los soldados lo
descubrieron y lo arrestaron junto con otros cuatro cristianos que lo
acompañaban.
Esa misma tarde, 25 compañeros en la fe se encontraron
detenidos en la cárcel, con cadenas y soga al cuello. Al día siguiente,
lo sometieron a un severo interrogatorio y a sofisticadas torturas
chinas: así coronó su obra misionera.
Fue beatificado por el Papa León
XIII el 27 de mayo de 1900, y Canonizado en el 2000
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Fuente: oremosjuntos.com
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