San Lucio, Obispo y compañeros, Mártires
Febrero 11
En la persecución arriana del emperador
Constancio, Andrianópolis. 349. San Lucio fue elevado a la sede de Adrianópolis
en Mancedonia, después de la muerte de San Eutropio, que había sido desterrado a
la antigua Galia (Francia) por predicar contra los arríanos.
Lucio no fue menos
valeroso que su predecesor en defender la divinidad de Nuestro Señor y también
lo desterraron. Regresó a su sede, donde encontró que le habían levantado
vergonzosas calumnias y volvió a ser expulsado. Fue a Roma para defender su
inocencia y allí encontró a San Pablo, obispo de Constantinopla, y al gran San
Atanasio, ambos desterrados como él.
Murió en la prisión a causa del trato que
había recibido. La suerte de su amigo hizo gran impresión en San Atanasio,
quien, en más de uno de sus escritos, trata de la constancia y valor de San
Lucio y de los otros mártires de Adrianópolis.
Fuente: oremosjuntos.com

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