Julio 31
Los cuatro nombres aureolados con la palma martirial fueron: Esperanza de la Cruz, Refugio de san Ángelo, Daniela de san Bernabé y Gabriela de san Juan de la Cruz. Procedían de dos comunidades: las dos primeras, del Colegio de Vilarrodona; las otras dos, de la Casa Madre de Barcelona. La llamada de Cristo las juntó en la misma fecha y lugar, el31 de julio de 1936, pero por caminos diferentes para idéntica ofrenda. A las semblanzas biográficas seguirá la narración de su calvario y su sacrificio de dos en dos.
1) HNA. ESPERANZA DE LA CRUZ, CM- (Teresa Subirá Sanjaume)
La Hermana Esperanza de la Cruz nació en Ventolà (Gerona), diócesis de la Seo de Urgell, el 27 de febrero de 1875. Fue bautizada con el nombre de Teresa Subirá Sanjaume, y así se llamará hasta hacerse Carmelita Misionera.
Joven todavía, Esperanza se enrola en el servicio del Hospital de Bagur, regido entonces por las Carmelitas Misioneras. A sus veinte años ingresa en el noviciado de las Carmelitas Misioneras de Gracia-Barcelona, el 31 de julio de 1895, iniciando la vida religiosa el 10 de octubre del mismo año. Emite la profesión al año siguiente, el 3 de diciembre de 1896 y los votos perpetuos el 10 de marzo de 1902, a los 27 años.
Trabajó primero con los enfermos desde las comunidades de Tárrega y de Alayor (Menorca) Mas tarde es destinada al campo de la enseñanza, primero en el Colegio de Sans (Barcelona), luego en el de Vilarrodona (Tarragona). Afronta las dificultades de la docencia en tiempos recios, en torno a los años 1930. Como Superiora de la comunidad aprende a equilibrar las pesas en la vida comunitaria: bondad a fondo perdido, comprensión, amor fraterno, servicio.
A medida que el horizonte político se crispa en Vilarrodona y en toda España, se dispone al martirio. En 1936 siendo Superiora en la Casa-Colegio de Vilarrodona fue detenida, junto con Hna. Refugio por el "Comité Rojo", sufrió vejaciones y fue asesinada, acribillada a tiros, al lado de la carretera en La Rabassada (Barcelona) Era la noche del 31 de julio de 1936. Únicos testigos, los asesinos. Invisible, pero presente, el Señor Jesús.
Hna. Maria Refugio nació el 20 de abril de 1878, en el pueblecito de Gabarra (Lérida), diócesis de la Seu de Urgell. Maria Refugio fue bautizada al día siguiente de su nacimiento: 21 de abril de 1878.
Ingresó en el noviciado de las Carmelitas Misioneras de Gracia-Barcelona, el 1 de abril de 1897. Inició la vida religiosa el 15 de diciembre del mismo año. Joven de 20 años hacía su profesión religiosa el 20 de diciembre de 1898 emitiendo los votos perpetuos el 23 de abril de 1904.
A partir de ese momento, Hna. Ma. Refugio cubre una serie de servicios comunitarios, destinada en Barcelona y Vilarrodona (Tarragona). Pero más que su itinerario de casas y puestos de trabajo, interesa su estilo de hacer, su manera de ser: “el aire de su vuelo”. Podría definírsela, como otras santas carmelitas,una joya de transparencia y sencillez. Así la recuerdan sus compañeras de vida religiosa: orante, sencilla, comunitaria. “Temerosa y acobardada ante el peligro de martirio, pero dispuesta a lo que Dios quisiera”. Los últimos episodios, ocurridos en la iglesia de Vilarrodona, en clima martirial, la prepararon para el gran día.
Hna. Maria Refugio, Vicaria de la comunidad del colegio de Vilarrodona, al lado de Hna. Esperanza, la Superiora, fue detenida, junto con ella por el "Comité Rojo". Sufrió vejaciones y fue asesinada, acribillada a tiros, al lado de la carretera en La Rabassada (Barcelona) Era la noche del 31 de julio de 1936. Únicos testigos, los asesinos. Invisible, pero presente, el Señor Jesús.
El Dr. Peris, médico de turno del Hospital Clínico de Barcelona, a donde la Cruz Roja la trasladó, nos dejó cuatro fichas reglamentarias y cuatro fotos. El cadáver de Hna. Refugio se identifica con la foto y ficha nº 4.108.
LAS DOS CAMINO DEL MARTIRIO
Esperanza de la Cruz (Teresa Subirá Sanjaume) y María Refugio de san Ángelo (María Roqueta Serra). El presentimiento de una tragedia inminente, con evocaciones martiriales, dominaba el ambiente en Vilarrodona (Tarragona), donde abundaban los elementos empecinadamente hostiles a lo religioso. Por lo mismo, a la labor desarrollada en el Colegio de las hermanas. Cuando estallaba la tragedia del 18 de julio de 1936, ya habían comenzado las vacaciones.
El día 21 por la mañana era detenido el párroco del pueblo y capellán del Colegio don José María Escolá, junto con su joven coadjutor Ángel Casas. Fueron sorprendidos mientras celebraban la misa a puertas cerradas en la iglesia parroquial. Ante el cariz que tomaban las cosas y las frecuentes amenazas del comité revolucionario, la comunidad decidió abandonar la casa el día 21. Al anochecer, se reunían las hermanas en la capilla y la superiora, Esperanza de la Cruz, distribuía la Eucaristía, quedando vacío desde aquel momento el sagrario.
Como en tantos otros lugares, las hermanas buscaron refugio, distribuyéndose por familias amigas y conocidas. En localidad tan pequeña no podía ocultarse por mucho tiempo el paradero de personas bien conocidas de la población como las religiosas del colegio. El 23 de julio, la hermana Refugio pudo ver, desde su escondite, el asalto y el saqueo de la parroquia. Una siniestra fogata alimentada con las imágenes, ornamentos y objetos sagrados, iluminó aquella noche el cielo de Vilarrodona. Fue presagio de lo que se avecinaba. Efectivamente, al día siguiente, 24 de junio, un puñado de milicianos armados se dedicaba a localizar a las hermanas y detenerlas. Reunidas en la plaza del pueblo con el párroco y el coadjutor, fueron cargadas en una furgoneta que salió en dirección a Villafranca del Panadés, escoltada por dos coches de gente armada.
Llegadas a Villafranca del Panadés en la noche del 24 al 25, fueron entregadas al comité revolucionario de la localidad y recluidas, primero en unas dependencias del Ayuntamiento, improvisadas para cárcel y luego en una casa particular. Mientras ellas permanecían aisladas e incomunicadas, el párroco y el vicario de Vilarrodona eran vilmente asesinados el día 26 en La Almunia, pueblecito cercano a Villafranca.
El 31 de julio se les dejaba en libertad para viajar a Barcelona y reunirse con sus familiares. Tomaron el primer tren con dirección a la Capital, apeándose en la estación de Aragón-Paseo de Gracia. Allí se separaron de dos en dos con el convencimiento de que no volverían a verse. "Hasta el cielo, hasta el cielo", fue el saludo de despedida.
Las hermanas Esperanza y Refugio se dirigieron por el Paseo de Gracia hacia la calle Virgen del Coll, en donde vivían las hermanas de Hna. Refugio. No estaban ya, habían huido también por miedo a la persecución. El desconcierto les jugó una mala partida a las dos Hermanas. Fueron reconocidas sin dificultad como religiosas y denunciadas al comité del sector. A la interpelación formulada por el comité revolucionario de Barcelona de "¿ Qué tenemos que hacer con estas señoras?”La respuesta del comité de Vilarrodona fue: "Hagan lo que quieran con ellas”. Era como la sentencia de muerte.
Efectivamente, aquella misma noche del 31 de julio, la Jefatura del comité revolucionario decidía unirlas a otras personas destinadas al sacrificio. En una de las camionetas empleadas para el traslado macabro de los "paseos de la muerte" eran conducidas a la carretera de La Rabassada, de trágicos recuerdos durante estos años, en Barcelona, y rematadas a tiros junto con otras religiosas. Era la noche del 31 de julio de 1936.
3) HNA. DANIELA DE SAN BERNABE, CM- (Vicenta Achurra Gogenola)
Hna. Daniela Achurra nació el 4 de abril de 1890 en Berriatúa (Vizcaya), diócesis entonces de Vitoria (hoy de Bilbao) en el seno de una familia vasca, sencilla, pero de tradición y abolengo religioso. A los 20 años optó por la vida religiosa en las Carmelitas Misioneras, ingresó en el noviciado de Gracia-Barcelona, el 23 de marzo de 1915. Inició la vida religiosa el 23 de septiembre del mismo año. Emitió su profesión el 16 de octubre de 1916 y los votos perpetuos el 17 de octubre de 1921.
A la Hna. Daniela sus compañeras la recuerdan así: “era entregada, sencilla, humilde, con gran espíritu de sacrificio”, jovial, alegre, bondadosa, gran trabajadora, buena compañera, piadosa (Sus devociones preferidas eran el Sagrado Corazón y la Virgen del Carmen).
En su agenda de servicios y apostolados figuran: Las Corts (Frenopático), el Seminario de la Diócesis de Barcelona, el Asilo de Badalona, la asistencia a los invidentes en el Amparo de Santa Lucia (Barcelona) y finalmente la Casa Madre de Barcelona donde residió sus últimos años y desde la que ejercía su asistencia de enfermos a domicilio. Hna. Daniela, tenía su pequeño campo de trabajo en Pedralbes, la asistencia de una enferma grave. De Gracia a Pedralbes y de Pedralbes a Gracia viajaba, junto con Hna. Gabriela, en tranvía. Ahí camino del deber, la sorprendió el martirio. Fue detenida, junto con Hna. Gabriela por el "Comité Rojo" y con ella asesinada, acribillada por las balas, en La Rabassada (Barcelona), el 31 de julio de 1936. .”Dichosas vidas que en servicio de la Iglesia se acabaron”.
4) HERMANA GABRIELA DE SAN JUAN DE LA CRUZ ,CM- (Francisca Pons Sardá)Hna. Daniela Achurra nació el 4 de abril de 1890 en Berriatúa (Vizcaya), diócesis entonces de Vitoria (hoy de Bilbao) en el seno de una familia vasca, sencilla, pero de tradición y abolengo religioso. A los 20 años optó por la vida religiosa en las Carmelitas Misioneras, ingresó en el noviciado de Gracia-Barcelona, el 23 de marzo de 1915. Inició la vida religiosa el 23 de septiembre del mismo año. Emitió su profesión el 16 de octubre de 1916 y los votos perpetuos el 17 de octubre de 1921.
A la Hna. Daniela sus compañeras la recuerdan así: “era entregada, sencilla, humilde, con gran espíritu de sacrificio”, jovial, alegre, bondadosa, gran trabajadora, buena compañera, piadosa (Sus devociones preferidas eran el Sagrado Corazón y la Virgen del Carmen).
En su agenda de servicios y apostolados figuran: Las Corts (Frenopático), el Seminario de la Diócesis de Barcelona, el Asilo de Badalona, la asistencia a los invidentes en el Amparo de Santa Lucia (Barcelona) y finalmente la Casa Madre de Barcelona donde residió sus últimos años y desde la que ejercía su asistencia de enfermos a domicilio. Hna. Daniela, tenía su pequeño campo de trabajo en Pedralbes, la asistencia de una enferma grave. De Gracia a Pedralbes y de Pedralbes a Gracia viajaba, junto con Hna. Gabriela, en tranvía. Ahí camino del deber, la sorprendió el martirio. Fue detenida, junto con Hna. Gabriela por el "Comité Rojo" y con ella asesinada, acribillada por las balas, en La Rabassada (Barcelona), el 31 de julio de 1936. .”Dichosas vidas que en servicio de la Iglesia se acabaron”.
Gabriela nació en Espluga de Francolí (Tarragona), diócesis de Tarragona. Nacida y bautizada el día 18 de julio de 1880. Joven de 26 años ingresó en el noviciado de las Carmelitas Misioneras de Gracia-Barcelona, el 9 de abril de 1907. Inició la vida religiosa el 11 de mayo de 1907, donde profesó al año siguiente, el 6 de octubre de 1908, y emitió los votos perpetuos el 17 de octubre de 1913.
Gabriela era alegre, muy libre y muy determinada, fraterna y caritativa. En tiempos duros y de crispación antirreligiosa (la semana trágica de Barcelona 1909, la segunda república, el clima incendiario y de persecución religiosa, 1936), la familia le invitaba al regreso temporal a casa. El refugiarse en el hogar para ponerse a salvo, tuvo siempre la misma respuesta: “Que estaba dispuesta a dar la vida y a morir con las Hermanas... . Que si Dios la tenía destinada al martirio, Él le daría la gracia necesaria”.
Durante sus 28 años de vida religiosa pasó por varias actividades, labores artístico-litúrgicas y apostolados. Hizo el recorrido de varias casas: Hospital de Tárrega, Asilo de Invidentes de Santa Lucía (Barcelona), Santa Coloma de Queralt, Seminario Diocesano (Barcelona), Las Corts (Frenopático). Estuvo unos años en Villa Mercedes, Argentina, y finalmente, en 1936 en la Casa Madre de Gracia-Barcelona, destinada al apostolado de la enfermería a domicilio, junto con Hna. Daniela.
Las dos Hermanas asistían a una enferma grave en Pedralbes. De Gracia a Pedralbes y de Pedralbes a Gracia viajaban en los tranvías azules. Travesía arriesgada, esos últimos días. En esto estaba cuando, junto con Hna Daniela, fue denunciada como religiosa, por un empleado de los tranvías, detenida por el "Comité Rojo", y asesinada con ella, acribillada por las balas, en La Rabassada (Barcelona), el 31 de julio de 1936.”Dichosas vidas que en servicio de la Iglesia se acabaron”.
MARTIRIO DE DANIELA Y GABRIELA -DE DOS EN DOS-
Daniela de san Bernabé (Vicenta Achurra Gogenola) y Gabriela de san Juan de la Cruz (Francisca Pons Sardá). Pertenecían a la comunidad de la Casa Madre de Barcelona. Al estallar la guerra estaban encargadas de velar a una señora enferma de la familia Peremateu, residente en la zona de Pedralbes. Hasta allí se desplazaban diariamente desde Montseny en tranvía. A partir del día 18 de julio corrían riesgo permanente, pero siguieron prestando su servicio caritativo. Nada tuvieron que lamentar durante varios días, a pesar de que ya antes, en ocasiones, les había insultado y amenazado algún empleado de la compañía tranviaria.
El día 26 la familia a la que prestaban su servicio las hermanas decidió cerrar la casa y dispersarse por miedo a ser perseguida. Antes de separarse de las hermanas, se buscó otra familia, no lejana, para que éstas estuviesen seguras sin volver a Gracia, dado el peligro que corrían. Allí se vistieron de seglar y estuvieron refugiadas varios días sin poder salir de casa.
Ante la perspectiva de quedarse de nuevo sin saber dónde refugiarse, por no poder continuar en el domicilio que les había acogido últimamente, decidieron probar fortuna en casa de una sobrina de la hermana Gabriela, empleada en la farmacia de los señores Boqué, ubicada en la Avenida del Tibidabo. El propietario de la farmacia les ofreció generosamente su domicilio, sin temor a posibles represalias. Al salir de la farmacia Boqué, fueron reconocidas por un empleado de los tranvías, que con vocabulario soez, comenzó a pregonar su condición de “monjas”. No hizo falta más, para que una patrulla de milicianos les echara el alto. La portera de la casa que las estaba esperando, contempló horrorizada cómo eran detenidas, insultadas y obligadas a subir a una camioneta, que salió disparada.
Pudieron constatar que se dirigía a la carretera de La Rabassada. Todo estaba claro. Ya se sabía en toda Barcelona que aquel lugar se había convertido en el "paseo de la muerte". No había lugar ni a la duda ni a la esperanza. Al poco rato, todo se había consumado. En la misma fecha que las Hermanas de Vilarrodona y a pocos metros de distancia otras dos Carmelitas Misioneras, víctimas del odio gratuito, ofrendaban a Cristo su sangre y sus vidas coronadas con la palma del martirio .Era el 31 de julio de 1936.
FOSA COMUN
El primer día de agosto reúnen a las cuatro Hermanas en el Hospital Clínico “como para un último misterioso acto”. El médico de turno, Dr. Peris fotografía ,uno a uno, los cadáveres. Las fotos tienen el realismo de cuatro sellos de sangre... Por fin se anota en el registro del Juzgado: cuatro entierros de mujeres con el número 4104;4105;4107;4108, procedentes del Hospital Clínico que fallecieron el 31 de julio de 1936 y fueron enterradas el día 3 de agosto en la fosa común del cementerio de Montjuic, Barcelona..
“Me ofrecí por víctima propicia, por la Iglesia, en tiempo de ira y de venganza...” (Beato Francisco Palau)
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Dibujos: por Agueda García, cm
Fuente: Texto: Sr. Ma. Concepcion Migueliz, cm - santosocd.blogspot.com
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