Beato Bartolomé Gutiérrez, Presbítero y Mártir
Septiembre 3
Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632).
Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Bartolomé Gutiérrez, presbítero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín, y cinco compañeros, mártires, quienes, por odio a la fe cristiana, fueron sumergidos todos ellos en aguas sulfúreas hirviendo y después arrojados al fuego (1632).
Fecha de beatificación: Fueron beatificado por Pío IX el
7 de julio de
1867.
Son sus compañeros: beatos presbíteros Vicente Carvalho
y Francisco Terrero, de la Orden de Ermitaños de San Agustín; Antonio Ishida, de
la Compañía de Jesús; Jerónimo Jo; y Gabriel de la Magdalena, religioso de la
Orden de los Hermanos
Menores.
Nació en México en 1580. Fue bautizado el 4 de septiembre de 1580 en la Parroquia del Sagrario Metropolitano. Muy joven entró en la Orden de San Agustín. Hizo su profesión religiosa el 1° de junio de 1596. Siguió sus estudios sacerdotales en el convento de Yuriria, centro de estudios floreciente y alejado del bullicio de la capital. Una vez ordenado sacerdote fue trasladado al convento de Puebla. Pidió a sus superiores ser enviado a las misiones de Filipinas. Sus compañeros, en broma, le decían que no podría soportar las penalidades de las misiones, pues era muy obeso. "Tanto mejor -respondía con gracia- así habrá más reliquias para repartir cuando muera mártir; porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón, a morir por la fe de Cristo".
Con Fray Pedro Solís, viajó en 1605 a Manila donde ocupó
el puesto de maestro de novicios durante seis años. Por fin, en 1612, se embarcó
para Japón. Allí ejerció su ministerio hasta que el emperador Taicosama expulsó
a los misioneros. Bartolomé regresó a Manila, pero a petición de sus fieles, al
cabo de cinco años pudo volver disfrazado a Japón, donde trabajó quince años. Al
fin, traicionado, lo aprehendieron, y después de muy crueles suplicios. Lo
hicieron morir a fuego lento en Omura, el 3 de septiembre de 1632. Escribió una
narración sobre los mártires de Japón en 1622.
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Fuente: oremosjuntos.com
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