Beato Bernardino de Feltre,
Presbítero
Septiembre 28
Martirologio Romano: En Pavía, de la región de la Lombardía, en Italia, beato Bernardino de Feltre (Martín) Tomitano, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que obtuvo buenos frutos en su función de predicador, fundó contra la usura y para el ahorro el llamado Monte de Piedad y, como hombre de paz, fue delegado del papa Sixto IV para arreglar discordias civiles (1494).
Septiembre 28
Martirologio Romano: En Pavía, de la región de la Lombardía, en Italia, beato Bernardino de Feltre (Martín) Tomitano, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que obtuvo buenos frutos en su función de predicador, fundó contra la usura y para el ahorro el llamado Monte de Piedad y, como hombre de paz, fue delegado del papa Sixto IV para arreglar discordias civiles (1494).
Fecha de beatiricación: El Papa
Inocencio X aprobó su culto el 13 de abril de 1654, posteriormente el Papa
Benedicto XIII lo beatificó en el año
1728.
Bernardino nació en Feltre en 1439, hijo primogénito de Donato Tomitano y de Corona Rambaldoni, prima del célebre educador Vittorino de Feltre, bautizado con el nombre de Martín. De ingenio precoz, ávido de lecturas, hizo rápidos progresos en los estudios humanísticos, tanto que a los 11 años leía y hablaba el latín con facilidad. Estudiante de derecho en Padua era admirado por todos a causa de la seriedad de su conducta y su inteligencia. El 14 de mayo de 1456 a los 17 años, ingresó a la Orden de los Hermanos Menores en Padua, en el conventito de Santa Úrsula. Terminado el curso de teología en Venecia fue ordenado sacerdote en 1463. Desde 1469 hasta su muerte no cesó de predicar y recorrió la Italia centro-septentrional muchas veces a pie descalzo en medio de grandes dificultades.
En una sociedad mercantil, en la
cual muchos, a menudo con pocos escrúpulos, gozaban de riquezas y privilegios,
una gran masa de abandonados vivía en la penuria, agravada por la gran plaga
social llamada usura. los pobres no solamente eran explotados, sino que además
eran despojados de sus magras ganancias por aquellos que, poseyendo capitales,
prestaban con intereses exagerados. San Bernardino de Siena había entendido bien
cómo la “caridad cristiana” se había vuelto “caridad
inhumana”.
Por esto la usura fue el blanco
de Fray Bernardino de Feltre: un blanco preciso contra el cual lanzó todas sus
evangélicas y apostólicas flechas, suscitando primero el resentimiento, después
inclusive el odio de aquellos que se sentían directamente aludidos. Por esto fue
amenazado, atacado, y hubiera caído mártir de los usureros si muchas veces no
hubieran llegado en su ayuda los hombres de armas enviados por las autoridades
comunales. También él, como San Bernardino de Siena, era de baja estatura y
débil constitución. Se firmaba con el adjetivo de “Piccolino”, pero cuando
predicaba parecía un volcán. Se tiene cuenta de 23 cuaresmas predicadas, con
sermones diarios. A sus prédicas acudían innumerables
oyentes.
Pero no bastaba predicar, no era
suficiente amonestar, había que ayudar a los pobres contra los explotadores. Fue
así como el Beato Bernardino de Feltre propugnó los “Montes de Piedad”, una
especie de organización bancaria para los pobres, para que no siguieran siendo
estrangulados por los usureros, sino que se les prestara dinero contra una
modesta prenda, con bajísimo interés. No era gran cosa, pero era importante como
inicio de una ofensiva contra la usura, plaga dominante del tiempo. Los Montes
de Piedad se difundieron rápidamente y si no extirparon la usura, por lo menos
dieron un poco de alivio a los más
marginados.
Fray Bernardino predicó 23
cuaresmas en las principales ciudades de Italia y muchísimas otras predicaciones
en centros menores. Sus predicaciones atraían oyentes sin número y se lo
peleaban las ciudades más ilustres recurriendo inclusive al Papa para tenerlo.
Era predicador vivaz, que dialogaba con el pueblo, lanzaba chistes, ridiculizaba
las costumbres de las mujeres, las injusticias de los abogados, las usuras de
los explotadores, exhortaba a la práctica de los sacramentos y a la devoción a
la Santísima Virgen. Bernardino se encontró sereno con la muerte en Pavía a los
55 años de edad el 28 de septiembre de 1494.
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Fuente:
Franciscanos.net
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