Septiembre 8
Santa Natalia, en Nicomedia, era la esposa del mártir San Adriano, muerto con otros veinticuatro compañeros el 4 de marzo durante la persecución de Diocleciano. Después de la muerte de su esposo, Natalia se dedicó a visitar y consolar a los mártires condenados a muerte. Sin embargo, ella no sufrió el martirio y murió santamente y en paz en Constantinopla, en el siglo IV.
Cuando su mujer Natalia, que ya era cristiana, supo la razón del arresto de su marido, se sintió muy contenta.
Fue ella misma la que ayudó a su marido y a los demás cristianos encarcelados.
Cuando lo sentenciaron a muerte, las visitas se prohibieron. Ella se disfrazó de niño y pudo entrar en la cárcel para pedirle oraciones a Adrián.
Tuvo la valentía de ir al mismo sitio en que ejecutaron a su esposo. Lo iban a quemar, pero en ese instante cayó un tormentazo y apagó el fuego.
Pasados unos meses solamente, un oficial del ejército imperial le pidió a Natalia que se casara con él. No tenía ni idea de la negativa de la viuda.
Se marchó a Constantinopla con la reliquia de la mano de su esposo.
Murió en la paz del Señor y se dice que la enterraron entre los mártires y la reliquias de Adrián se trasladaron a Roma, aunque en la actualidad están en la abadía que lleva su nombre en Flandes.
Santa Matalia de Nicomedia, ruega por nosotros.
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