Se dice que llevó desde Roma a Toscana, el anillo de desposorio de la Virgen María.
Mustiola nació en la segunda mitad del siglo III, presuntamente en la Ciudad Eterna, era de familia muy acaudalada y noble, prima hermana del predecesor de Aureliano, el emperador Claudio II. El nombre de Mustiola es curioso y no existen más santas con este nombre, puede ser que se derive del praenomen Mustii, que designaba una gens romana.
Desde su más tierna infancia, fue educada extraordinariamente, conforme al rango social de su familia, no pasando necesidad ninguna. Siendo aún muy niña, comenzó a sentir un fuerte y profundo sentimiento por la Fe cristiana, dichos sentimientos iban creciendo conforme Mustiola se iba haciendo una jovencita muy bella e inteligente.
Siendo aún muy joven, comenzó a practicar obras de caridad, visitando a los prisioneros frecuentemente y los socorría en la medida de sus posibilidades. Ella se formó excelentemente, como matrona, llegando a tener un gran prestigio en Roma.
Aún siendo como se ha dicho con anterioridad prima hermana del emperador Claudio II, cuando Aureliano tomó el nombramiento de emperador, no tuvo piedad ninguna con Lucio, prometido de Mustiola, al cual apresó por ser cristiano, encarceló y ordenó le dieran muerte.
Esto hizo sufrir mucho a Mustiola, a pesar de todo ella seguía con sus obras de caridad y ayudando a los pobres y necesitados. Pero por aquellos días tuvo una inspiración Divina, para que se trasladara, ante la grave situación que vivían los cristianos, entonces ella eligió la ciudad toscana de Chiusi, pues tenía algunas tierras y propiedades en dicha ciudad.
De paso por la ciudad de Sutri, conoció al presbítero Félix y a un cristiano llamado Ireneo, diácono de Félix que se dedicaba a enterrar cuerpos de mártires, el citado Ireneo no debe confundirse con San Ireneo.
Poco después de establecerse Mustiola en Chiusi, se enteró que habían arrestado a Félix en Sutri y fue juzgado por el procónsul Lucio Turcio Aproniano, quien tras escuchar que Félix no renunciaba a su Fe, ordenó que lo apedreasen hasta la muerte.
Seguidamente arrestaron al cristiano Ireneo en la citada ciudad, por observar que le estaba dando cristiana sepultura cerca de los muros de la ciudad a Félix, recién martirizad. Por tal motivo y tras el arresto lo trasladaron a la cárcel de Chiusi, ubicada en la Toscana, el procónsul Lucio Turcio ordenó que lo llevasen a pie todo el camino y además cargado de cadenas.
En dicha ciudad de Chiusi, Ireneo, fue encarcelado junto a otros cristianos, pero en esta ocasión fue asistido por Mustiola, ya que esta noble matrona romana, usaba su condición de acaudalada y nobles y su influencia al ser de linajes imperial, para acceder a las cárceles, sin ser molestada.
Mustiola ayuda a los prisioneros con frecuencia y con su hacienda y favor socorría sus necesidades y les ayuda en todo cuanto podía. Según Adán Rossi de Perugia, Lucio tuvo entre otras cosas dadas a Mustiola el anillo de bodas de la Virgen María, el llamado “Anillo Santo”.
Para salvar dicha reliquia de las terribles persecuciones a los cristianos, Mustiola se lo llevó de Roma a Chiusi, para que en dicha ciudad, tuviese veneración entre la comunidad cristiana. Existe un relato acerca de cómo cruzo Mustiola el lago Chiusi, el cual dice que un pelotón de soldados enviados por el emperador Aureliano, quiso capturarla, pero ella al verlos llego a las orillas del lago de Chiusi, se arrodilló y comenzó a rezar.
De pronto un ángel del Señor se le apareció y le indicó que echara su manto sobre el lago y lo usase para cruzar. Inmediatamente ella hizo lo que el ángel le había indicado y comenzó a navegar por el lago, hasta la orilla opuesta, escapando de sus perseguidores.
La leyenda dice que la estela que dejó al cruzar con su mando el lago, es visible la noche de su festividad del 2 al 3 de julio.
Finalmente Mustiola fue denunciada al procónsul, por un hombre llamado Torcuato, tras dicha denuncias sus influencias no sirvieron para nada, pues el procónsul Lucio Turcio totalmente encolerizado por su actitud, ordenó que la apresaran inmediatamente.
Al procónsul Lucio Turcio, no le amedrentaba su linaje y tras ser arrestada, la encarcelaron y luego la llevaron ante el tribunal, donde intentaron hacerla apostatar . Pero tras muchos intentos para que abjurara de su Fe, ella siempre contestó con firmeza, valentía y rotundidad, que no renunciaba a su Fe en Cristo.
Para intimidarla y sembrarla de terror tanto a Mustiola, como a los cristianos existentes en Chiusi, ordenaron que presenciaran la decapitación en la plaza a todos los prisioneros cristianos, excepto Ireneo y Mustiola, a los que le reservaban otro martirio.
En presencia de Mustiola, sufrió enormes torturas Ireneo, entre ellas fue pasado por el potro en varias ocasiones, hasta que descoyuntaron los miembros, rasgaron la carne con garfios y luego le prendieron fuego, todo lo soportó pues tuvo una muerte de un autentico mártir.
Al contemplar dicho martirio, Mustiola criticó con gran dureza al magistrado por los tormentos que practicaba con los cristianos y dijo que estaba dispuesta a morir inmediatamente por Cristo, pues ella no ofrecería nunca ofrendas a los dioses paganos.
Totalmente enfurecido el procónsul, ordeno que la azotaran con cordeles emplomados hasta que se rindiera o muriese Finalmente Mustiola no cedió, confirmó su Fe en Cristo hasta que murió en medio del cruel tormento.
En la ciudad de Chiusi en la Toscana, Santa Mustiola, dio su vida por defender la Fe de Cristo, su alma se elevó al Paraíso Celestial, a la presencia del Sumo Hacedor el día 23 de noviembre, en el siglo III, según el martirologio romano.
Los cuerpos sin vida de Mustiola y Ireneo, tras estar durante todo un día expuestos en el foro, fueron recogidos y recibieron cristiana sepultura por un religioso llamado Marcos, que podría tratarse el Obispo de dicha ciudad. En el cementerio cristiano cerca de las murallas de Chiusi, en la catacumba que actualmente aún se conserva y donde se edificó posteriormente una Iglesia.
También se dice que el 3 de abril de cada año, al amanecer, el sendero del manto de Mustiola se ve nuevamente en el lago. Cuando estaba en plena ebullición el robo de la reliquia llamada “El Anillo Sagrado”, que en el año 1473, llevó a la guerra contra Perugia. Justo en aquellas fechas fue encontrado el cuerpo de Mustiola, durante el pontificado del Papa Sixto IV.
El descubrimiento del cuerpo calmó los ánimos de la contienda y puso fin a la Guerra del Anillo, el anillo sagrado permaneció en Perugia, donde se conserva actualmente en la catedral de dicha ciudad. Cada año, el día 3 de Julio, se celebra el día de Santa Mustiola, con motivo de la fiesta patronal, el escape milagroso se recuerda en las orillas del lago.
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