Diciembre 1
Martirologio Romano: En Londres,
Inglaterra, santos Edmundo Campion, Rodolfo Sherwin y Alejandro Briant,
presbíteros y mártires durante el reinado de Isabel I, eximios por su fortaleza
y carácter.
1581.
Sir William Petre, secretario de Estado de Enrique VIII y de los tres
monarcas siguientes e iniciador de los títulos de nobleza de su familia, fundó
seis becas en Exeter College de Oxford. El mismo concedió una de ellas, en 1568,
a Rodolfo Sherwin, joven gentilhombre de Rodsley, en el Derbyshire. Rodolfo
obtuvo el grado de maestro en artes en 1574. Antonio Wood dice que "se le
consideraba como un agudo filósofo y un excelente helenista y latinista". Al año
siguiente, Rodolfo se reconcilió con la Iglesia e ingresó en el Colegio de
Douai, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1577.
Algunos meses desués, se trasladó al Colegio Inglés de Roma, donde tomó
parte muy prominente en las deplorables disensiones entre los estudiantes
ingleses y galeses. Él fue uno de los cuatro que pidieron a Gregorio XIII que
confiase a los jesuitas la dirección del colegio, como sucedió poco después. El
nombre de Rodolfo figura en primer lugar en la lista de los que declararon,
después de que los jesuitas tomaron la dirección, que estaban dispuestos a ir en
cualquier momento a la misión de Inglaterra. En 1580, partió a su patria en el
grupo encabezado por Mons. Goldwell. En Milán pasaron una semana en casa de San
Carlos Borromeo, y el P. Sherwin predicó ante él.
Desde París escribió a Roma a su amigo Rodolfo Bickley, contándole las
aventuras que habían tenido en Ginebra. Terminaba la carta diciendo que se veía
obligado a interrumpida porque el P. Paschal "quiere ya ponerse a trabajar en la
tarea de afrancesarme". (Es decir que tenía que vestir un traje de laico para
disfrazarse, cosa que le disgustaba sobremanera). Las últimas palabras de esa
carta son las guientes: "Mi querido Rodolfo, te suplico que, con todo tu fervor,
reces una vez el rosario por mí y procura que muchos de mis amigos hagan otro
tanto a fin de que, con humildad y constancia, persevere yo hasta el fin y honre
al Señor en la vocación a la que me ha llamado a pesar de mi indignidad."
Los misioneros se separaron en Reims. El 1º de agosto, Rodolfo Sherwin se
embarcó rumbo a Inglaterra. En noviembre, fue arrestado cuando predicaba en
Londres, en la casa de Nicolás Roscarrock, y fue enviado a la prisión
Marshalsea. Hablando de su breve apostolado, el P. Persons escribió que había
predicado en diversas ciudades y que en ese ministerio "tenía autoridad y gracia
especial." Desde la prisión el santo se las arregló para hacer llegar al P.
Persons un recado humorístico, en el que hablaba de las "campanas" (cadenas) que
llevaba en los tobillos. Un mes más tarde, fue trasladado a la Torre de Londres.
El 15 de diciembre, se le torturó brutalmente en el potro para que delatase a
otros misioneros y dijese lo que sabía sobre una hipotética invasión a Irlanda.
Los verdugos le dejaron tirado sobre la nieve y, al día siguiente volvieron a
torturarle.
El beato contó a su hermano que, después de la tortura, había pasado cinco
días en el calabozo sin comer ni hablar con nadie. "Fue como un sueño ante el
Salvador crucificado. Al cabo de ese espacio de tiempo recuperé el sentido, pero
no experimenté dolor alguno en las coyunturas, por más que el tormento había
sido extremadamente violento." Los perseguidores ofrecieron al P. Rodolfo el
gobierno de una sede, si apostataba. Después de más de un año de prisión, fue
juzgado con Edmundo Campion y otros más, acusado de haber ido a Inglaterra a
provocar una rebelión. El santo hizo notar a sus jueces: "La razón por la que se
nos juzga es la religión, no la traición."
En tanto que llegaba el día de la ejecución, Rodolfo escribió a varios
amigos y a un tio suyo (que se hallaba en Rouen y había ejercido anteriormente
el ministerio sacerdotal en Ingatestone). En esta última carta decía: "La
inocencia es mi único consuelo en medio de todas las acusaciones que se nos
hacen a mis hermanos en el sacerdocio y a mí... Quiera Dios perdonar tanta
injusticia, convertir a nuestros perseguidores y hacer de ellos maestros de la
fe... Así pues, mi buen Juan, ¡Adiós!" El 1º de dieciembre de 1581, fue llevado
a Tyburn en la misma carreta en que iba Alejandro Briant. Fue ejecutado después
de Edmundo Campion. En el cadalso protestó que era inocente de toda traición,
profesó la fe católica y oró por la reina. La multitud oraba en voz alta cuando
fue ejecutado. Tenía entonces treinta y un años de edad. Fue el protomártir del
Colegio Inglés de Roma.
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