La oveja perdida
Parábolas
Lucas
15, 1-10.
Tiempo Ordinario.
Cristo no vino a llamar a los justos, sino a
los pecadores... a nosotros.
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10
Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y
los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los
pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de
vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99
en el campo, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y
cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a
casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo,
porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de
igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión. «O,
¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una
lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y
cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos
conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo,
os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo
pecador que se convierta».
Oración introductoria
Dios mío, gracias por cuidar de mí. Porque no eres un Dios lejano, para
quien mi vida no cuenta casi nada. Te pido que medite en estos momentos,
lo mucho que me amas como Buen Pastor a su oveja.
Petición
Jesús, que en mi vida seas Tú lo primero y lo más importante.
Meditación del Papa Francisco
Algunos
cristianos parecen ser devotos de la diosa lamentación. El mundo es el
mundo, el mismo que hace cinco siglos atrás y es necesario dar
testimonio fuerte, ir adelante pero también soportar las cosas que aún
no se pueden cambiar. Con coraje y paciencia a salir de nosotros mismos,
hacia la comunidad para invitarlos.
Sean
por todas partes portadores de la palabra de vida, en nuestros barrios,
dónde haya personas. Queridos hermanos, tenemos una oveja y nos faltan
99, salgamos a buscarlas, pidamos la gracia de salir a anunciar el
evangelio. Porque es más fácil quedarse en casa con una sola oveja,
peinarla, acariciarla, pero a todos nosotros el Señor nos quiere
pastores y no peinadores.
Dios nos dio esta gracia gratuitamente, debemos darla gratuitamente. (Cf. S.S. Francisco, 17 de junio de 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión
La predicación del Señor atraía por su sencillez y por sus exigencias de
entrega y amor. Los fariseos le tenían envidia porque la gente se iba
tras Él. Esa actitud farisaica puede repetirse entre los cristianos: una
dureza de juicio tal que no acepte que un pecador pueda convertirse y
ser santo; o una ceguera de mente que impida reconocer el bien que hacen
los demás y alegrarse de ello.
Prostitutas, enfermos, mendigos, maleantes, pecadores. Cristo no vino a
llamar a los justos, sino a los pecadores, y por eso, fue signo de
contradicción. Llegó rompiendo esquemas, escandalizando, amando hasta el
extremo. Jesús se rodeaba de los sedientos de Dios, de los que estaban
perdidos y buscaban al Buen Pastor. Esto no significa que el Señor no
estime la perseverancia de los justos, sino que aquí se destaca el gozo
de Dios y de los bienaventurados ante el pecador que se convierte, que
se había perdido y vuelve al hogar. Es una clara llamada al
arrepentimiento ya . Otra caída... y ¡qué caída!... No te desesperes,
no: humíllate y acude, por María, al Amor Misericordioso de Jesús.
¡Arriba ese corazón! A comenzar de nuevo.
Propósito
Repetiré la oración que me pide el Papa: Dios me conoce, se preocupa de mí. Para que este pensamiento me llene de alegría y penetre intensamente en mi interior.
Diálogo con Cristo
Gracias, Padre mío, por darme a tu Hijo Jesucristo como pastor y guía de
mi vida. No quiero tener otro ideal que alcanzar la santidad para gozar
plenamente de Ti por toda la eternidad. Confío en tu misericordia, y en
el auxilio de la gracia de tu Espíritu Santo, para purificarme y
renovarme en el amor.
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Por: P Clemente González | Fuente: Catholic.net
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