Día litúrgico: Sábado II de Adviento
Santoral 13 de Diciembre: Santa Lucía, virgen y mártir
Texto del Evangelio (Mt 17,10-13): Bajando
Jesús del monte con ellos, sus discípulos le preguntaron: «¿Por qué,
pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?». Respondió Él:
«Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin
embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él
cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de
parte de ellos». Entonces los discípulos comprendieron que se refería a
Juan el Bautista.
Comentario:
Rev. D.
Xavier
SOBREVÍA i Vidal
(Castelldefels, España)
Elías vino ya, pero no le reconocieron, sino que hicieron con él cuanto quisieron
Hoy, Jesús conversa con los
discípulos cuando baja de la montaña, donde han vivido la
Transfiguración. El Señor no ha acogido la propuesta de Pedro de
quedarse, y baja respondiendo a las preguntas de los discípulos. Éstos,
que acaban de participar brevemente de la gloria de Dios, están
sorprendidos y no entienden que ya haya llegado el Mesías sin que antes
haya venido el profeta Elías a prepararlo todo.
Resulta que la preparación ya ha sido realizada. «Os digo, sin embargo,
Elías vino ya» (Mt 17,12): Juan Bautista ha preparado el camino. Pero
los hombres del mundo no reconocen a los hombres de Dios, ni los
profetas del mundo reconocen a los profetas de Dios, ni los prepotentes
de la Tierra reconocen la divinidad de Jesucristo.
Es necesaria una mirada nueva y un corazón nuevo para reconocer los
caminos de Dios y para responder con generosidad y alegría a la llamada
exigente de sus enviados. No todos están dispuestos a entenderlo y,
menos, a vivirlo. Es más, nuestras vidas y nuestros proyectos pueden
estar oponiéndose a la voluntad del Señor. Una oposición que puede
convertirse, incluso, en lucha y rechazo de nuestro Padre del Cielo.
Necesitamos descubrir el intenso amor que guía los designios de Dios
hacia nosotros y, si somos consecuentes con la fe y la moral que Jesús
nos revela, no han de extrañarnos los malos tratos, las difamaciones y
las persecuciones. Ya que estar en el buen camino no nos evita las
dificultades de la vida y Él, a pesar del sufrimiento, nos enseña a
continuar.
A la Madre de Jesús, Reina de los Apóstoles, le pedimos que interceda
para que a nadie le falten amigos que, como los profetas, le anuncien la
Buena Nueva de la salvación que nos trae el nacimiento de Jesucristo.
Tenemos la misión, tú y yo, de que esta Navidad sea vivida más
cristianamente por las personas que encontraremos en nuestro camino.
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Fuente: evangeli.net
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