El cumplimiento de la Voluntad de Dios
Adviento
Mateo 21, 28-32.
Nuestro egoísmo hace que no acudamos a la invitación de Cristo de ir a trabajar a su lado.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 21, 28-32
Pero ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al
primero, le dijo: Hijo, vete hoy a trabajar en la viña. Y él respondió:
No quiero, pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le
dijo lo mismo. Y él respondió: Voy, Señor, y no fue. ¿Cuál de los dos
hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Jesús les dijo:
«yo les aseguro que los publicanos y las rameras llegan antes que
vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de
justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las
rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis
después, para creer en él.
Oración Introductoria
Jesucristo, me pongo en tu presencia como el hijo que viene a trabajar
en tu viña. Quiero ayudarte, aunque muchas veces te he dejado "plantado"
por culpa de mi egoísmo y mi amor propio. Estoy dispuesto a demostrarte
lo mucho que te quiero. Quiero cumplir tu voluntad, esa voluntad que a
veces es costosa a mi naturaleza humana, pero que al ver los frutos me
llena de felicidad y plenitud. ¡Cuánto me ayuda tu ejemplo de amor en el
huerto de Getsemaní! Dame fuerzas para nunca negarte nada. Concédeme
tenerte como el soporte y motor que me mueva a darme a mi prójimo y a
cumplir la voluntad del Padre en mi vida.
Petición
Jesús, ayúdame a valorar todas las muestras de amor que me has dado,
especialmente la eucaristía, y concédeme la gracia de agradecerte y
demostrarte mi amor con obras.
Meditación del Papa Francisco
Cuando abrimos el corazón en la verdad de nuestros pecados, es el lugar privilegiado del encuentro con Jesucristo.
Reconocer
nuestra miseria, reconocer lo que nosotros somos y lo que somos capaces
de hacer o hemos hecho es precisamente la puerta que se abre a la
caricia de Jesús, al perdón de Jesús, a la Palabra de Jesús «Ve en paz,
tu fe te ha salvado», porque has sido valiente y has abierto tu corazón
al único que puede salvarte.
Jesús
dice a los hipócritas que las prostitutas y los publicanos les
precederán en el Reino de los Cielos. "¡Es fuerte esto! Porque los que
se sienten pecadores abren su corazón en la confesión de los pecados, al
encuentro con Jesús, que ha dado la sangre por nosotros. (Cf. Papa
Francisco, homilía en santa Marta, 18 de septiembre de 2014)
Reflexión
El misterio eucarístico es el corazón de la vida cristiana. La
Eucaristía es el mayor acto de amor que se haya realizado en la
humanidad, ya que es el sacrificio de Cristo por nuestra salvación. Es
el cumplimiento de las palabras y promesas que Jesús dijo estando en el
mundo. Jesús nos habló del amor "hasta el extremo", ¡y qué amor tan
apasionado me demostró al sacrificarse por mí!
Nosotros somos distintos. Muchas veces nuestro egoísmo hace que no
acudamos a la invitación de Cristo de ir a trabajar a su lado. Ahora es
el tiempo de decirle: “Sí, Señor, ten la seguridad de que acudiré a tu
viña para ayudarte”. Necesitamos ingeniárnoslas para ver cómo podemos
hacer feliz a la Persona que nos amó y ama tanto, buscando lo que más le
agrada. Y lo que Cristo quiere es nuestro corazón y nuestra vida
entera, para que trabajemos junto a Él en la viña de nuestro entorno
social, para poder realizarnos dándonos a nosotros mismos y ayudar a los
demás; dando testimonio de su amor.
Propósito
Le demostraré mi amor y gratitud a Jesucristo dando una ayuda considerable a cualquier persona necesitada.
Diálogo con Cristo
Jesús, ahora veo que Tú eres un hombre que cumples lo que prometes, y
comparando todas las cosas buenas que me has dado, con lo ingrato que he
sido contigo, veo que mi corazón me empuja a ir a tu viña y trabajar a
tu lado. ¡Qué mejor trabajo que ayudarte Señor! Me he dado cuenta lo
tonto que he sido al no querer estar contigo desde el principio.
Concédeme el regalo de ser un hombre de palabra, especialmente contigo.
Ayúdame a ser fiel a todas las promesas de cambio y de mejora en mi
vida, y que la Eucaristía sea mi soporte cuando vea que estoy a punto de
fallarte y serte infiel.
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Por: Gilberto Martínez Morales, LC | Fuente: Catholic.net
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