Preparad el camino del Señor
Adviento
Marcos
1, 1-8.
San Juan Bautista fue enviado al mundo para ser
testigo del hecho más extraordinario nunca antes pensado ni imaginado.
Lectura del Santo Evangelio según san Marcos 1, 1-8
Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está
escrito en Isaías el profeta: He aquí que envío delante de ti mi ángel,
que preparará tu camino. Voz de quien grita en el desierto: Preparad el
camino del Señor, enderezad sus senderos. Apareció en el desierto Juan
el Bautista, predicando el bautismo de penitencia para el perdón de los
pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de
Jerusalén, y se hacían bautizar por él en el río Jordán, confesando sus
pecados. Llevaba Juan un vestido de pelos de camello, y un cinturón de
cuero ceñía sus lomos, y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y
proclamaba: «Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo, ante quien
no soy digno de postrarme para desatar la correa de sus sandalias. Yo
os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Oración Introductoria
Señor Jesús, heme aquí, ante ti, a unas semanas de la Navidad. Concédeme
enderezar mis pensamientos, palabras y obras hacia ti. Quiero
prepararme sinceramente para ofrecerte un corazón cálido en este 24 de
diciembre. Por eso, te pido, Jesús, que me concedas llenarme de ti de
tal manera, que no pueda menos que transmitirte a las personas con las
que convivo día a día.
Petición
Señor Jesucristo, que no haga oídos sordos a tu voz. Concédeme acogerte
con un corazón nuevo, atenderte con mil atenciones y transmitirte a los
demás a manos llenas.
Meditación del Papa Francisco
La
primera cosa que ha hecho Juan, grande, es anunciar a Jesucristo. Otra
cosa que ha hecho, es que no se ha apoderado de su autoridad moral. A
Juan se le había dado la posibilidad de decir «Yo soy el Mesías», porque
tenía mucha autoridad moral, todo el mundo iba donde él.
Y
el Evangelio narra que Juan le decía a todos que se convirtieran. Y los
fariseos, los doctores veían esta como su fuerza: «Era un hombre
recto». Le preguntaban si era él el Mesías. Y, en el momento de la
tentación, de la vanidad, podía poner una cara de circunstancia y decir:
«Pero, no lo sé...» con una falsa humildad. Sin embargo ha sido claro:
«¡No, yo no lo soy! Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo, del
que no soy digno ni de atarle la correa de sus sandalias». Juan ha sido
claro, no ha robado el título. No se ha apoderado del trabajo. Esta,
por tanto, es la segunda cosa que ha hecho él, «hombre de verdad»: No
robar la dignidad. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 7 de febrero de 2014)
Reflexión
San Juan Bautista fue enviado al mundo para ser testigo del hecho más
extraordinario nunca antes pensado ni imaginado. Toda su vida fue
predicar la conversión y el arrepentimiento de los pecados, gritándolo
con sus palabras y obras. Y ejerció su labor con gran celo, ya que
conocía la magnitud de su misión.
Gracias a Dios, el papel de San Juan Bautista sigue estando vivo aun hoy
en día. Varios hombres y mujeres continúan predicándonos con su vida
que sí es posible arrepentirnos y vivir totalmente dirigidos a Cristo.
Escuchémosles. Dios nos habla a través de ellos, pues ellos sólo son sus
mensajeros. Y nosotros hagámonos también testigos, pues infinitas son
las gracias inmerecidas que hemos recibido, y ya que las hemos recibido
gratis, démoslas gratis (Mt 10, 8).
Propósito
Predicaré con mi testimonio y con mis palabras a mis seres queridos que Jesús está cerca.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, quiero ser testigo tuyo ante el mundo. Quiero seguirte más
de cerca, y, en especial, durante este adviento. Deseo cambiar y
enderezar aún más mis senderos hacia ti. Por eso, te pido que me
infundas tu fuerza y que me sostengas en mis buenos propósitos. Pues sé
que si Tú me ayudas, nada es imposible para mí. Mas si, en cambio, me
lanzo a cambiar por mis propias fuerzas, sé que sucumbiré tarde o
temprano, pues soy débil y frágil. Ayúdame, Jesús. Muestra tu poder en
mi debilidad.
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Fuente: es.catholic.net
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