-Bartolomé: Fue desollado vivo en Albáhap en Arinenia.
Muerte de San Bartolomé
Cuando San Bartolomé se fue a la India, comenzó a echar a los demonios
de los templos en que eran adorados y escuchados a través de sus
profetas. Muchísimos milagros operó el santo en este sentido. Y por
estos milagros, Polimio el rey se convirtió junto a su familia y
renunció al trono, haciéndose discípulo del apóstol. A partir
de entonces rigió los destinos del reino un hermano de Polimio, llamado
Astiages. Poco después de que este iniciara su reinado, los pontífices
de los templos paganos celebraron una asamblea y en ella acordaron
quejarse ante el nuevo monarca por los daños inferidos a los dioses con
la profanación del templo real y la destrucción de las imágenes de los
ídolos; y, en efecto, se presentaron ante Astiages y acusaron al apóstol
de haber ocasionado con sus artes mágicas los mencionados destrozos y
de haber pervertido a Polimio. Astiages se hizo eco de la denuncia y,
dejándose llevar de la cólera, ordenó que inmediatamente mil soldados,
perfectamente armados, salieran en persecución de Bartolomé, al que sus
perseguidores capturaron y condujeron ante el nuevo rey.
- ¡De modo, dijo el rey al apóstol, que tú eres el hombre que pervirtió a mi hermano!
- Yo no pervertí a tu hermano, sino que lo convertí, dijo Bartolomé.
A esto replicó Astiages:
- Pues voy a hacer contigo lo que tú hiciste con él; como tú obligaste a
Polimio a renegar de mi dios y a creer en el tuyo, yo te obligaré a ti a
renegar del tuyo y a creer en el mío.
El apóstol puntualizó:
- Yo lo que hice fue vencer al dios al que tu hermano adoraba,
mostrarlo maniatado ante el público, y exigirle que rompiera las
imágenes de los ídolos. Prueba tú a hacer lo mismo con el mío. Si
consigues maniatar a mi Dios, te prometo que adoraré al tuyo; pero si no
lo consigues, continuaré destruyendo las estatuas de tus falsas
divinidades, y si tú fueses razonable te convertirías a mi religión como
se convirtió tu hermano.
En esto alguien se presentó ante el
rey y le comunicó que la imagen de Baldach, otro de sus ídolos, acababa
de caer rodando por el suelo y de romperse en mil pedazos. El rey, al
oír esta noticia, rasgó su manto púrpura, mandó que apalearan al apóstol
y que tras propinarle una enorme paliza lo desollaran vivo.
Sobre el género de martirio padecido por San Bartolomé existen
diferentes versiones. Según san Doroteo, fue crucificado. He aquí las
propias palabras de este santo: "San Bartolomé dio a conocer el
evangelio de san Mateo a los indios, predicándoles en la lengua que
ellos hablaban, y murió crucificado cabeza abajo, en Albana, ciudad de
la extensa región de Armenia". San Teodoro afirma que fue desollado. En
cambio, en otros muchos libros se lee que este apóstol fue decapitado.
Estas versiones, empero, no son necesariamente contradictorias, sino
que, al contrario, todas ellas pueden ser verdaderas, conciliables entre
sí y complementarias, puesto que bien pudo ocurrir que el santo apóstol
fuese primeramente crucificado; luego, antes de morir, descolgado de la
cruz y desollado vivo, para hacerle sufrir más; y, finalmente, estando
todavía con vida, decapitado.
Ejecutada en todos sus extremos esta orden, los cristianos recogieron el cuerpo de santo mártir y reverentemente lo enterraron.
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