-Matías: Primero fue apedreado y luego decapitado.
Muerte de San Matías
En el repartimiento regional que los apóstoles hicieron para ejercer su
ministerio, a san Matías el correspondió la Judea, en cuyas tierras
predicó, hizo numerosos milagros, y descansó finalmente en la paz del
Señor.
Era Matías doctísimo en
la ley, limpio de corazón, ponderado, equilibrado y muy sutil en su
análisis sobre las cuestiones relacionadas con la Sagrada Escritura;
sumamente prudente en sus juicios, y de palabra fácil y elocuente. Con
su predicación, milagros y prodigios, convirtió a muchos en Judea
Esta fue la causa que movió a los judíos que lo odiaban, a formarle
proceso y a condenarle a morir apedreado. Dos falsos testigos que
declararon contra él fueron los primeros en arrojar algunas piedras
sobre su persona; pero el apóstol las recogió y manifestó su deseo de
que aquellos guijarros fuesen enterrados con él para que sirvieran de
testimonio contra sus verdugos.
Después de haber sido apedreado,
mientras con sus brazos extendidos hacia el cielo encomendaba su
espíritu a Dios, acercóse a él un soldado y, conforme a la costumbre
romana, con una afilada hacha le cortó la cabeza y puso fin a la vida
del apóstol, cuyo cuerpo fue llevado desde Judea a Roma, y
posteriormente desde Roma hasta Tréveris.
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