San Luis Gonzaga, Religioso
Junio 21
Junio 21
Patrón de la juventud cristiana
Martirologio Romano: Memoria de san Luis Gonzaga, religioso, quien, nacido de
nobilísima estirpe y admirable por su inocencia, renunció a favor de su hermano
el principado que le correspondía e ingresó en la Compañía de Jesús,
sucumbiendo, apenas adolescente, por haber asistido durante una grave epidemia a
enfermos contagiados. (1568-1591).
Ferrante Gonzaga, marqués de Castiglione delle Stiviere y hermano del duque
de Mantua, hubiera querido que su primogénito Luis, que nació el 9 de marzo de
1568, siguiera sus huellas de soldado y comandante en el ejército imperial. A
los cinco años, Luis vestía ya una pequeña coraza, con casco y penacho y
cinturón con espada, y jugueteaba detrás del ejército paterno, aprendiendo de
los rudos soldados el uso de las armas y su colorido vocabulario. Un día
aprovechó la distracción de un centinela y le prendió fuego a la pólvora de un
pequeño trozo de artillería. Quedó desmayado más no asustado. Pero ese niño le
daría fama a la familia de los Gonzaga, pero con otras armas. Lo enviaron a
Florencia como paje del gran duque de Toscana, pero a los diez años le imprimió
a su vida una dirección muy precisa, haciendo voto de perpetua virginidad.
Un viaje a España, en donde vivió unos dos años como paje del Infante Don
Diego, le sirvió para dedicarse al estudio de la filosofía en la universidad de
Alcalá de Henares y a la lectura de libros devotos, como el Compendio de la
doctrina espiritual de Fray Luis de Granada. A los doce años, después de haber
recibido la primera Comunión de manos de San Carlos Borromeo, resolvió entrar en
la Compañía de Jesús. Pero necesitó otros dos años para vencer la oposición del
padre, que lo envió a los cortes de Ferrara, Parma y Turín. "Hasta los
príncipes- escribirá más tarde- son ceniza como los pobres: tal vez cenizas más
fétidas".
Para que su alma se perfumara con las virtudes cristianas, Luis renunció al
título y a la herencia paterna, y a los catorce años entró al noviciado romano
de la Compañía de Jesús, bajo la dirección de San Roberto Belarmino. Olvidó
totalmente su origen noble y escogió para si los encargos más humildes,
dedicándose al servicio de los enfermos, sobre todo durante la epidemia de peste
que afligió a Roma en 1590. Quedó contagiado probablemente par un acto de
piedad: había encontrado en la calle a un enfermo y, sin pensarlo dos veces, se
lo echó a la espalda y lo llevó al hospital en donde prestaba sus
servicios.
Murió a los 23 años, en el día que él había anunciado: era el 21 de junio
de 1591. El cuerpo de San Luis, patrono de la juventud, se encuentra en Roma, en
la iglesia de San Ignacio. Este santo, víctima de cierta hagiografía amanerada,
a pesar de las apariencias, era de un temperamento fuerte. Las duras penitencias
a las que se sometió son el signo de una determinación no común hacia una meta
que se había fijado desde su infancia.
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Autor: P. Ángel Amo |
Fuente: Catholic.net
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