martes, noviembre 12, 2024

Evangelio Noviembre 12, 2024


Martes 32 del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 17,7-10): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’».


«Hemos hecho lo que debíamos hacer»

Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta - (Badalona, Barcelona, España)


Hoy, la atención del Evangelio no se dirige a la actitud del amo, sino a la de los siervos. Jesús invita a sus apóstoles, mediante el ejemplo de una parábola a considerar la actitud de servicio: el siervo tiene que cumplir su deber sin esperar recompensa: «¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?» (Lc 17,9). No obstante, ésta no es la última lección del Maestro acerca del servicio. Jesús dirá más adelante a sus discípulos: «En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre» (Jn 15,15). Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios.

Para el creyente todo es signo, para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino de Dios es ya nuestra recompensa; por eso, no debemos decir con tristeza ni desgana: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc 17,10), sino con la alegría de aquel que ha sido llamado a transmitir el Evangelio. 

En estos días tenemos presente también la fiesta de un gran santo, de un gran amigo de Jesús, san Martín de Tours, que dedicó su vida al servicio del Evangelio de Cristo. De él escribió Sulpicio Severo: «Hombre extraordinario, que no fue doblegado por el trabajo ni vencido por la misma muerte, no tuvo preferencia por ninguna de las dos partes, ¡no temió a la muerte, no rechazó la vida! Levantados sus ojos y sus manos hacia el cielo, su espíritu invicto no dejaba de orar». En la oración, en el diálogo con el Amigo, hallamos, efectivamente, el secreto y la fuerza de nuestro servicio.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Reconozcamos la gracia sin olvidar nuestra naturaleza; no te envanezcas si has servido bien, porque has cumplido aquello que tenías que hacer. El sol hace su trabajo, la luna obedece; los ángeles cumplen su misión» (San Ambrosio)
  • «Si hacemos cada día la voluntad de Dios, con humildad, sin pretender nada de Él, será Jesús mismo quien nos sirva, quien nos ayude, quien nos anime, quien nos dé fuerza y serenidad» (Benedicto XVI)
  • «En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a “la esclavitud del pecado”» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.733)
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  • Fuente: https://evangeli.net/evangelio

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