miércoles, mayo 14, 2025

San Bonifacio de Tarso, Mártir

San Bonifacio de Tarso, Mártir

Mayo 14

La Iglesia ortodoxa celebra el 1 de enero de su calendario, (19 de diciembre de nuestro calendario juliano), el "Martirio de san Bonifacio en Tarso en Cilicia y la Justa Aglaida de Roma", fue martirizado en el año 307


Este es el primer santo de la Iglesia que llevó este nombre que significa "El que hizo el bien". Hasta otros ocho lo ostentaron, destacando Bonifacio, Apóstol y Mártir, santo de origen inglés que en el siglo viii evangelizó Alemania, y que es el patrón de este país y de los cerveceros.


En el siglo xii Bonifacio (junto a Aglaida) fue incluido el 14 de mayo en el Calendario General Romano. En 1955 el Papa Pío XII redujo la celebración hasta mera conmemoración.


En 1969, junto a otros muchos otros santos de dudosa existencia, como el celebrado San Valentín, este santo fue suprimido del martirilogio romano.

Es citado en la Leyenda Áurea, en el número de orden LXXI.


San Bonifacio es Patrón de diversas poblaciones españolas como Petrel (Alicante), donde se celebran en su honor anualmente las fiestas de Moros y Cristianos en torno al 14 de mayo, Carcagente (Valencia), Tremp (Lérida),[7] y de Valdunquillo (Salamanca), así como en la localidad del sur de Italia de Cerchiara di Calabria.


San Bonifacio vivía en pecado, en compañía de una dama romana llamada Aglæ, de quien era administrador. Un día esta mujer, movida por la gracia, lo envió al Oriente para que procurase reliquias de mártires. “¿Qué dirías –le dijo Bonifacio al partir– si te trajesen mi cuerpo por el de un mártir? ¿Lo recibirías?”


Llegado a Tarso, vio cómo un gran número de mártires soportaban jubilosamente los más crueles tormentos. “¡Ah –exclamó– qué grande es el Dios de los cristianos, qué grande el Dios de los mártires! Servidores de Cristo, rogad por mí para que, unido a vosotros, yo también combata a los demonios”. Y, en efecto, confesó que era cristiano y, después de muchas torturas valientemente soportadas, fue decapitado.

Meditación sobre la conversión de San Bonifacio


Por muy entregado que estuviera al pecado, Bonifacio se distinguía por su caridad. Daba hospitalidad a los viajeros sin recursos e iba, de noche, por calles y plazas socorriendo a los pobres. ¿No te has hecho culpable de faltas contrarias a la pureza? Trata, mediante una tierna caridad para con los pobres, de atraer sobre ti la gracia de Dios. La limosna libra del pecado y de la muerte, e impide que el alma caiga en las tinieblas (Tobías).


El arrepentimiento de su cómplice dio principio a la conversión de Bonifacio; la vista de los mártires la terminó. Acaso leyendo el relato de los suplicios de los mártires hayas exclamado: “¡Qué grande es el Dios de los cristianos!” Pero, ¿te ha conducido esta admiración a imitarlos sufriendo con paciencia, por lo menos las pruebas ordinarias de la vida? Las solemnidades de los mártires son exhortaciones al martirio. Tengamos la valentía de hacer lo que nos complacemos en alabar (San Agustín).


Cuanto más grande sea la falta, más severa debe ser la penitencia. Contempla a Bonifacio recién convertido. Se le destroza el cuerpo, húndensele agudas cañas por debajo de las uñas, se le vierte en la boca plomo derretido, y no cesa él de repetir: Gracias os doy, Señor Jesús, Hijo de Dios.


Recuperemos, como él, el tiempo perdido, mediante el fervor de nuestra penitencia. Y si fuimos para los demás ocasión de pecado, tratemos de reparar con nuestros buenos ejemplos el mal que les hayamos hecho. Así fue como Aglæ quedó firme en el bien por el martirio de Bonifacio. Colocó sus venerables restos en una tumba en la vía Latina y, junto a ella, hizo construir una celda donde en medio de austeridades pasó los últimos quince años de su vida.

=

El buen ejemplo.

Orad por los que habéis escandalizado.


DIOS OMNIPOTENTE, haced, os lo suplicamos, que celebrando la solemnidad del bienaventurado Bonifacio, vuestro mártir, merezcamos ser ayudados por su intercesión ante Vos.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario