Beato Jesús Hita Miranda, Mártir
Marianista
Septiembre 25
Jesús Hita Miranda nació en Calahorra el 17 de abril de 1900.
Después de pasar dos años en el Seminario Diocesano, entró en el Postulantado
Marianista, donde destacó por su piedad y su entrega. También se observó en él
una tendencia a la tartamudez, especialmente en momentos de tensión. Hizo sus
primeros votos en Vitoria, el 14 de agosto de 1918. Al hacer los votos
definitivos sufrió una gran prueba, pues los Superiores no le destinaron al
sacerdocio, como era su aspiración. Animado por su director espiritual
marianista y movido por su entrañable amor a María, decidió finalmente profesar
como religioso laico dedicado a la educación de los
jóvenes.
Desde 1921 hasta su muerte, Jesús Hita se entregó de corazón a
la enseñanza en los diversos Colegios donde fue destinado: Suances (Santander),
Escoriaza (Guipúzcoa), Vitoria, Ciudad Real, Jerez de la Frontera y Madrid. Fue
un excelente educador, solícito del bien de sus alumnos, siempre dispuesto a
desempeñar trabajos complementarios o de suplencia y muy tenaz en su trabajo
personal. Sin dejar la enseñanza obtuvo el título de licenciado en Historia por
la Universidad de Zaragoza, con buenas calificaciones. Fue un religioso
profundamente piadoso y abnegado, amante de la Virgen, fiel cumplidor de sus
votos. A pesar de algunas dificultades debidas a su carácter perfeccionista y a
su extrema sensibilidad, buscó con decisión la perfección de su estado: “ser
santo, ser útil, darse, son tres frases que tengo metidas en el fondo de mi
alma”.
A finales de Junio de 1936, los Superiores destinaron a Jesús a
Ciudad Real, para dar allá las clases de verano en sustitución de D. Fidel
Fuidio, todavía convaleciente. Se despidió de algunos parientes con estas
palabras: “Sea lo que Dios quiera, si somos mártires mejor”. Al llegar a Ciudad
Real, el 6 de julio encontró una situación caótica. Días después, cuando el
Colegio fue ocupado, se refugió por indicación del superior local en una pensión
de familia, donde residían otros religiosos. Allá vio cómo se iba desencadenando
la persecución religiosa, que afrontó con ánimo sereno. Se dedicó a la oración y
a la penitencia, tratando de prepararse al martirio, que veía cada vez más
inminente y del que hablaba a menudo. Se confesaba frecuentemente con el P. Juan
Pedro, Pasionista.
El 25 de septiembre los milicianos hicieron irrupción en la
pensión para llevarse a los sacerdotes y religiosos. Jesús siguió a sus verdugos
con toda tranquilidad, despidiéndose de las dueñas de casa con una sonrisa. Esa
misma noche fue inmolado en Carrión de Calatrava, junto con los Beatos Juan
Pedro de San Antonio y Pablo María de San José, Pasionistas del Convento de
Daimiel. Jesús Hita había querido ser sacerdote, pero el Señor le había
destinado para una vocación mejor: la de
mártir.
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Fuente: prelaturaayaviri.org
Que bonito ver un Santo nacido en Calahorra.
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