¡Ay de ustedes, si son como los fariseos!
Tiempo Ordinario
Lucas 11, 42-46.
Tiempo Ordinario.
Ser hombres verdaderamente rectos y coherentes con lo que tenemos que hacer.
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46
Pero, ¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la
menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y
el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir
aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en
las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues
sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres
sin saberlo!» Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo
estas cosas, también nos injurias a nosotros!» Pero él dijo: «¡Ay
también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas
intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!
Oración introductoria
Padre, te pedimos que no actuemos bien para ser vistos por los demàs, que logremos interiorizar nuestros actos.
Petición
Señor, que nunca me olvide de la caridad y del amor de Dios.
Meditación del Papa Francisco
Siempre el pequeño caso. Y esta es la trampa: detrás de la casuística,
detrás del pensamiento casuístico, siempre hay una trampa. ¡Siempre!
Contra la gente, contra nosotros y contra Dios ¡siempre! '¿pero es
lícito hacer esto? […] Del amor que Cristo tiene por su esposa, ¡la
Iglesia! ¡También aquí debemos estar atentos que no falle el amor!
Hablar de un Cristo demasiado soltero. ¡Cristo se casó con la Iglesia! Y
no se puede entender a Cristo sin la Iglesia y no se puede entender a
la Iglesia sin Cristo. Esto es el gran misterio de la obra maestra de la
Creación. Que el Señor nos dé a todos nosotros la gracia de entenderlo y
también la gracia de no caer nunca en estas actitudes casuísticas de
los fariseos, de los doctores de la ley. (Cf. S.S. Francisco, 28 de febrero de 2014, homilía en Santa Marta)
Reflexión
A Cristo no le gustan los hipócritas. Suena muy dura esta palabra, pero
es así como él mismo llama a los fariseos. No le gustan porque hacen
muchas cosas para ser vistos, pero no han llegado a interiorizar lo que
dicen, quedando sus obras vacías de sentido.
Nosotros podemos hacer muchas cosas, olvidándonos que se hay cosas más
importantes. Éstas son las interiores, el hacer pero porque Dios nos lo
pide, no para ser vistos como aquellos fariseos. Pero no debemos
olvidarnos que los hombres somos frágiles y que podemos caer en
cualquier momento.
Propósito
Pidámosle a Cristo que nos enseñe a ser hombres verdaderamente rectos y
coherentes con lo que tenemos que hacer, así llegaremos a vivir con
madurez todos nuestros actos, y seremos bendecidos por Dios con creces
en nuestro trabajo.
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Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
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