San
Vandregisilo de Fontenelle,
Abad
Julio
22
Martirologio Romano: En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Vandregisilo, abad, que, habiendo renunciado a vivir en la corte con el rey Dagoberto, hizo vida monástica en varios lugares, y promovido al sacerdocio por san Audeno, obispo de Rouen, en el bosque llamado Gemeticense fundó y rigió el monasterio de este mismo nombre (c. 668).
Martirologio Romano: En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Vandregisilo, abad, que, habiendo renunciado a vivir en la corte con el rey Dagoberto, hizo vida monástica en varios lugares, y promovido al sacerdocio por san Audeno, obispo de Rouen, en el bosque llamado Gemeticense fundó y rigió el monasterio de este mismo nombre (c. 668).
Vandregisilo nació en las cercanías de Verdún (Francia), a fines del siglo VI o a principios del VII. Era pariente del Beato Pepino de Landen, predecesor de la dinastía carolingia. Sus padres le educaron piadosa y sobriamente, y en la escuela aprendió los rudimentos de las ciencias profanas. Los nobles de aquella época sólo podían hacer carrera en la corte, de suerte que Vandregisilo fue enviado a la corte de Austrasia, en cuanto tuvo edad suficiente para ello. Ahí contrajo matrimonio por complacer a sus padres, aunque personalmente no lo deseaba, pues desde tiempo atrás tenía la intención de abrazar la vida religiosa. Felizmente, los deseos de su esposa concordaban con los suyos, de suerte que vivieron juntos como hermano y hermana (aunque también se cuenta que fueron los padres de Santa Landrada).
Cuando Vandregisilo puso en orden todos sus asuntos
seculares, ambos se retiraron a la vida religiosa, el año 628. El rey Dagoberto
no dejó de oponerse a ello, ya que no quería perder a un servidor tan eficaz y
de tanta confianza. Vandregisilo comenzó por quedar bajo la dirección de San
Baudry de Montfaugon, cerca de Verdún; pero a los pocos meses, comprendió que
debía retirarse durante algún tiempo a la soledad. Así pues, se construyó una
choza en los bosques, a orillas del río Doubs, cerca de Saint-Ursanne, en el
Jura, donde pasó seis años. Su modo de vida y las penitencias que practicaba
recuerdan mucho la disciplina de los monjes de Irlanda, ya que sólo comía dos
veces por semana, dormía una o dos horas diarias y rezaba el oficio descalzo
sobre el suelo helado. Por ello, se ha dicho que San Vandregisilo estaba bajo la
influencia de San Columbano; tal hipótesis es bastante verosímil, puesto que San
Ursicino, uno de los discípulos de San Columbano, había santificado con su vida
y su muerte el sitio en el que habitaba entonces San Vandregisilo y éste
proyectó, en una época, un viaje a Irlanda. Abandonando a los discípulos que se
habían congregado a su derredor, el santo pasó algún tiempo en la abadía de San
Columbano en Bobbio y después se trasladó a la abadía de Romain-Moütier. Ahí
permaneció diez años, hasta perfeccionarse en las reglas y prácticas de la vida
cenobítica. El arzobispo de Rouen, San Ouén (también llamado San Audeno), en
cuya diócesis trabajó algún tiempo Vandregisilo, le confirió las órdenes
sagradas.
Una
vez que Dios formó así perfectamente a su instrumento, le dio a entender que
había llegado el momento de emprender la gran obra de su vida, o sea la
fundación de la abadía de Fontenelle, en las cercanías de Caudebec-en-Caux.
Pronto se unieron a Vandregisilo numerosos discípulos. El año 657, San Ouén (San
Audeno) consagró a San Pedro la iglesia de la nueva abadía. Fontenelle fue uno
de los monasterios más característicos de la Edad Media, ya que era a la vez
hogar de ascetas, centro misional y escuela de artes y letras. San Vandregisilo
se preocupó particularmente por el bienestar de los habitantes de los
alrededores; no contento con encargarse de la instrucción de las personas que
trabajaban en las dependencias del monasterio, que eran muy numerosas, extendió
su celo a toda la región de Caux, donde había todavía muchos paganos. La bondad
del santo ablandó y transformó a muchas almas; su humildad atrajo aun a los más
renuentes y su predicación obró numerosas
conversiones.
En
julio del año 668, Vandregisilo tuvo que guardar cama a causa de una ligera
indisposición. Entonces, fue arrebatado en éxtasis y comprendió que su muerte
estaba próxima. En cuanto volvió en sí, reunió a sus monjes y les dijo: "Quedad
tranquilos. Si permanecéis fieles a mis enseñanzas y recordáis lo que os he
predicado, si estrecháis entre vosotros los lazos de unidad, amor y humildad y
no dejáis que la discordia se introduzca entre vosotros, el monasterio
prosperará. El Señor estará siempre entre vosotros y os reconfortará y ayudará
en
todo".
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Fuente:
misionerasclarisas.com
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