miércoles, abril 30, 2014

Evangelio Abril 30, 2014

Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo
Juan 3, 16-21.
Pascua.
No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.

Del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.»

Oración introductoria
Jesús, pongo toda mi libertad en tus manos para que Tú me guíes hacia esa luz que me aleje de las tinieblas. Dedico tiempo al radio, a la música, a la televisión, a los mensajes que me llegan por internet, etc., en vez de buscar con ahínco más y mejor tiempo para mi oración.

Petición
Dios mío, haz que me dé cuenta que lo primero que tengo que buscar en mi día y en mi corazón es tu luz, tu verdad, tu voz de suave y firme Pastor.

Meditación del Papa Francisco
Este es el camino de la historia del hombre: un camino para encontrar a Jesucristo, el Redentor, que da la vida por amor. En efecto, Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él. Este árbol de la Cruz nos salva, a todos nosotros, de las consecuencias de ese otro árbol, donde comenzó la autosuficiencia, el orgullo, la soberbia de querer conocer –nosotros-, todo, según nuestra mentalidad, de acuerdo con nuestros criterios, incluso de acuerdo a la presunción de ser y de llegar a ser los únicos jueces del mundo. Esta es la historia del hombre: desde un árbol a otro.
En la cruz está la historia de Dios, para que podamos decir que Dios tiene una historia. Es un hecho que Dios ha querido asumir nuestra historia y caminar con nosotros: se ha abajado haciéndose hombre, mientras nosotros queremos alzarnos, y tomó la condición de siervo, haciéndose obediente hasta la muerte en la Cruz, para levantarnos:
¡Dios hace este camino por amor! No hay otra explicación: solo el amor hace estas cosas... (Cf. S.S. Francisco, 14 de septiembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta).

Reflexión
La oscuridad nos inquieta. La luz, en cambio, nos da seguridad.

En la oscuridad no sabemos dónde estamos. En la luz podemos encontrar un camino. En pocas líneas, el Evangelio nos presenta los dos grandes misterios de nuestra historia.

Por un lado, "tanto amó Dios al mundo". Sin que lo mereciéramos, nos entregó lo más amado. Aún más, se entregó a sí mismo para darnos la vida. Cristo vino al mundo para iluminar nuestra existencia.

Y en contraste, "vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz". No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.

El infinito amor de Dios se encuentra con el drama de nuestra libertad que a veces elige el mal, la oscuridad, aún a pesar de desear ardientemente estar en la luz. Pero precisamente, Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos. Viene a ser luz en un mundo entenebrecido por el pecado, quiere dar sentido a nuestro caminar.

Obrar en la verdad es la mejor manera de vivir en la luz. Y obrar en la verdad es vivir en el amor. Dejarnos penetrar por el amor de Dios "que entregó a su Hijo unigénito", y buscar corresponderle con nuestra entrega.

Propósito
Que mi testimonio de vida, coherente con la Palabra de Dios, ilumine el camino de los demás.

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por darme la luz para saber tomar el camino que me lleve a la santidad. Ciertamente ese camino no es el más fácil, ni ante los ojos humanos el más bonito o agradable. Es más, hay un temor interno que no me deja abandonarme totalmente en tu providencia, un espíritu controlador que no logro dominar fácilmente. Pero qué maravilla saber que Tú, a pesar de mis apegos, me sigues amando, perdonando, realmente quiero corresponder a tanto amor.
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Autor: P. Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net

martes, abril 29, 2014

Evangelio Abril 29, 2014

Jesús habla con Nicodemo
Juan 3, 7-15.
Pascua.
Tal vez se acordaría de aquellas palabras que escuchó de Jesús y que ahora comprendía con el corazón.

Del santo Evangelio según san Juan 3, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te asombres de que te haya dicho: Tienes que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu". Respondió Nicodemo: "¿Cómo puede ser eso?" Jesús le respondió: "Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen al decirles cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les digo cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna".

Oración introductoria
Señor, creo en Ti. Humildemente te suplico que permitas que esta meditación me ayude a comprender que tu Palabra es mi luz y mi fortaleza, el alimento de mi alma, la fuente perenne de mi vida espiritual.

Petición
Señor, enséñame a renacer en la nueva familia de Dios: tu Iglesia.

Meditación del Papa Francisco
¿Qué misión tiene este pueblo? La de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, ser una luz que ilumina. En nuestro entorno, basta con abrir un periódico -como dije-, vemos que la presencia del mal existe, que el Diablo actúa. Pero quisiera decir en voz alta: ¡Dios es más fuerte! Vosotros, ¿creéis esto: que Dios es más fuerte? Pero lo decimos juntos, lo decimos todos juntos: ¡Dios es más fuerte! Y, ¿sabéis por qué es más fuerte? Porque Él es el Señor, el único Señor. Y desearía añadir que la realidad a veces oscura, marcada por el mal, puede cambiar si nosotros, los primeros, llevamos a ella la luz del Evangelio sobre todo con nuestra vida.
Si en un estadio, en una noche oscura, una persona enciende una luz, se vislumbra apenas; pero si los más de setenta mil espectadores encienden cada uno la propia luz, el estadio se ilumina. Hagamos que nuestra vida sea una luz de Cristo; juntos llevaremos la luz del Evangelio a toda la realidad. (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013).

Reflexión
Nicodemo, hombre culto y magistrado judío, ¿comprendió lo que Jesús le dijo? Nicodemo sabía por las escrituras que Moisés levantó una serpiente para librar a su pueblo del veneno de las serpientes, pero no llegaba a comprender que Cristo también sería levantado para librar, no ya a un pueblo concreto con un número determinado de personas, sino que libraría a todos los hombres de las picaduras del pecado. ¿Qué pensó Nicodemo cuando años después vio a Cristo en la cruz? Tal vez se acordaría de aquellas palabras que escuchó de Jesús y que no comprendió porque el Padre revela los secretos del reino a quienes Él se los quiere revelar, pero que ahora ante la figura de Cristo muerto, ya lo comprendería con el corazón y no por el conocimiento que le daba su ciencia.

Nosotros, cristianos del siglo XXI, esperanza de la Iglesia para este nuevo milenio, ya no se nos oculta nada sobre la pasión del Señor. La cruz, como decia el Papa en Dives in Misericordia, “es la inclinación más profunda de la Divinidad hacia el hombre.”

Acompañemos a Cristo resucitado en estas fiestas pascuales, pero recordando que Cristo tuvo que pasar antes sobre la cruz por amor a mí.

Diálogo con Cristo
Señor Jesús, por el bautismo somos ungidos en tu Espíritu. Sin embargo, la preocupación por lo material me domina con demasiada facilidad y no vivo de acuerdo a las grandes bendiciones que he recibido. Por eso confío en que esta oración me lleve a poner en primer lugar lo que Tú quieres, antes que mis planes.

Propósito
Hacer una visita a Cristo Eucaristía para renovar las promesas de mi bautismo.
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Autor: Misrael Cisneros | Fuente: Catholic.net

Madonna del Sangue


Madonna del Sangue
Abril 29

Re es uno de los pequeños pueblos de montaña del Piamonte italiano, situada en el Valle Vigezzo, y se encuentra a sólo 7 km de la frontera suiza.

Allí se encuentra el Santuario de la Madonna del Sangue, santuario que se ha edificado sobre una antigua imagen de la Virgen amamantando a su bebé. Esta pintura fue pintada al fresco en la pared exterior de una iglesia por un artista desconocido en algún momento del siglo XIII. La imagen por aquel entonces se encontraba en la pared externa de una pequeña iglesia dedicada a san Mauricio.

HISTORIA:
La noche del 29 de abril de 1494, un joven llamado Giovanni Zucono estaba jugando con otras personas fuera de la iglesia. El juego que estaban jugando se llamaba Piodella, era un juego similar al béisbol, en el que se utilizaba un palo corto de madera para golpear un objeto, en este caso, el objeto era un disco metálico, como una moneda, y el objetivo era golpear tan cerca como fuera posible a un objetivo.

La historia cuenta que durante el juego, Giovanni perdió los estribos, porque iba perdiendo y le arrojó su moneda al rostro de la Virgen que había en la pared de la iglesia. El joven volvió en sí y preso de remordimiento se arrodilló delante de la imagen y le pidió perdón.

A las 11 de la noche Juan de Minola y Antonio Ardicio de Craveggia, que vivían delante de la iglesia se dieron cuenta de la existencia de una luz inusual en el porche, como si hubiera una vela encendida. Antes del amanecer, el sacristán de Gisla Stefano, mientras se prepara para abrir la iglesia, ante la imagen del muro ve a una mujer vestida de blanco de rodillas ante la Virgen, cree reconocer a una vecina y la saluda sin recibir respuesta.
Será un anciano llamado Bartolomé descubrió por primera vez el evento milagroso, ya que devótamente se acercó para besarle la mano y, se dio cuenta con asombro de que estaba mojado de sangre. Miró a la Virgen y vio que la herida de la cabeza salía un hilillo de sangre.

Después de la medianoche del chorro de sangre crece y gotea al suelo emitiendo un aroma dulce "imposible de describir." El rector de la iglesia recogió en un paño la sangre y la puso en un cáliz.

El derramamiento de sangre que duró unos veinte días hasta el 18 de mayo intermitente y menos abundantes como de una herida que sana lentamente.
RECONOCIMIENTO:
Inmediatamente se construyó un altar delante de la imagen. Luego, entre 1606 y 1628 una iglesia más grande y magnífica fue construido alrededor del altar, la incorporación de la imagen en el interior. En 1894, en el 400 aniversario del milagro, se decidió la construcción de un edificio aún más grande. Los trabajos se iniciaron en 1922 con la actual estructura bizantina-renacentista. En 1958 el Papa Pío XII concedió el santuario con la designación de Basílica Minore.

El fresco está protegido en el interior del santuario. Y en un sagrario detrás del altar se conserva una ampolla de sangre seca. Muchas de las pruebas científicas se han hecho en él, y los resultados han sido bien documentados. Y, de hecho, las marcas residuales en el fresco han demostrado ser de sangre.

Los rastros de sangre en la imagen del milagro casi han desaparecido, sólo se puede identificar con instrumentos ópticos. Una investigación científica en el fresco y en las reliquias de la sangre se llevó a cabo por el prof. Judica Cordiglia de Turín en 1962.
El contenido de la bombilla hizo notar el espectro inconfundible de componentes de la sangre y los tejidos se formaron en el momento del milagro, mientras que el examen de rayos X de la cabeza de la Virgen se ha puesto de manifiesto la fractura causada por el borde delantero del forma plana de un objeto contundente (el Piodella).

La encuesta también ha puesto de relieve una Cordoglia especialmente sorprendente, que escapó de los testigos oculares en el momento del derrame: el derramamiento de sangre, en lugar de deslizarse en el fresco de la pared lisa, habría cubierto el rostro de la Virgen y el Niño, como si fueran personas reales.
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lunes, abril 28, 2014

Evangelio Abril 28, 2014

¡Encontrarnos con Cristo!
Juan 3, 1-8.
Pascua.
Nicodemo no se queda sumido en su dificultad, busca encontrarse con Jesús, le abre su alma y, Cristo, le ayuda.

Del santo Evangelio según san Juan 3, 1-8

Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que tú haces, si Dios no está con él”. Jesús le contestó: "Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios". Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?". Le respondió Jesús: "Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios". Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tienen que renacer de lo alto". El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu”.

Oración introductoria
"Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda" (Oración del Papa Clemente XI).

Petición
Señor, que mi vida no quede igual después de este encuentro contigo.

Meditación del Papa Francisco
¿Cómo se llega a ser miembros de este pueblo [de Dios]? No es a través del nacimiento físico, sino de un nuevo nacimiento. En el Evangelio, Jesús dice a Nicodemo que es necesario nacer de lo alto, del agua y del Espíritu para entrar en el reino de Dios. Somos introducidos en este pueblo a través del Bautismo, a través de la fe en Cristo, don de Dios que se debe alimentar y hacer crecer en toda nuestra vida. Preguntémonos: ¿cómo hago crecer la fe que recibí en mi Bautismo? ¿Cómo hago crecer esta fe que yo recibí y que el pueblo de Dios posee?
La otra pregunta. ¿Cuál es la ley del pueblo de Dios? Es la ley del amor, amor a Dios y amor al prójimo según el mandamiento nuevo que nos dejó el Señor. Un amor, sin embargo, que no es estéril sentimentalismo o algo vago, sino que es reconocer a Dios como único Señor de la vida y, al mismo tiempo, acoger al otro como verdadero hermano, superando divisiones, rivalidades, incomprensiones, egoísmos; las dos cosas van juntas. ¡Cuánto camino debemos recorrer aún para vivir en concreto esta nueva ley, la ley del Espíritu Santo que actúa en nosotros, la ley de la caridad, del amor! (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013).

Reflexión
Nicodemo se atreve a buscar a Jesús. Parece que en ese "fue de noche", san Juan, nos describe la situación interna que vivía: estaba confundido. Oía de Jesús, quizá presenció alguno de sus milagros, pero no estaba seguro si era el Mesías esperado. Aquel "hombre principal entre los judíos" dudaba del Señor. Lo increíble es que Nicodemo no se queda sumido en su dificultad. Nicodemo busca encontrarse con Jesús, le abre a Cristo su alma y, Cristo, le ayuda: "tienes que renacer de nuevo, tienes que ser un hombre nuevo, tienes que dejar que la gracia toque tu alma, tienes que dejarte tocar por el triunfo de mi resurrección".
Muchas veces pasamos por esas "noches oscuras"; también las enfermedades, las injusticias, las soledades, las incomprensiones, confunden nuestra fe en Dios. No temamos acercarnos a Cristo. Nicodemo nos enseña que, cuando nos encontramos con Cristo, Él nos escucha, nos responde, nos da una esperanza para "renacer de nuevo", para rehacer nuestra vida, para purificar nuestras dudas con la gracia del Espíritu Santo.

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"Todo el diálogo entre Jesús y Nicodemo pone de relieve la extraordinaria riqueza de significado de todo encuentro, incluso del encuentro del hombre con otro hombre. Efectivamente, el encuentro es el fenómeno sorprendente y real, gracias al cual el hombre sale de su soledad originaria para afrontar la existencia" (Juan Pablo II, 16-11-1983). Nuestros encuentros con los demás (con los hijos, con nuestra pareja, con los amigos, con los extraños, etc.) deben ser un reflejo del encuentro entre Cristo y Nicodemo. La acogida, la serenidad, la confianza, la apertura al diálogo, la comprensión, deben sobresalir por encima de nuestros sentimientos y circunstancias personales.

Propósito
Intentaré hacer una visita a Cristo Eucaristía en alguna iglesia o unos minutos de oración personal.

Diálogo con Cristo
Señor, tú sabes bien qué hay dentro de mi alma. Sabes lo que sufro, conoces lo que me está causando tanto dolor. Yo solo no puedo sin tu ayuda. Necesito tu luz, tu gracia, tu fuerza y tu cercanía. Así sea.
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Autor: Felipe de Jesús Rodríguez | Fuente: Catholic.net

Estampa errada de San Francisco de Asís

Hay muchas Imagenes Erradas, en la red 
 Procuremos no seguir incurriendo en los mismos errores.

Esta estampa circula en el internet como San Liberato de Weiss, franciscano, Marzo 3, (No es Santo, es Beato) y tampoco corresponde a la estampa que esta mal rotulada.
Que terrible error de imprenta!
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Corresponde a San Francisco de Asís, Octubre 4

domingo, abril 27, 2014

Evangelio Abril 27, 2014

Tú también te llamas Tomás
Juan 20, 19-31.
Pascua.
Con la fe, nuestra vida será inmensamente dichosa, serena, sencilla y feliz. ¡Con Cristo resucitado!

Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31

Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

Oración introductoria
¡Señor mío y Dios mío! Ten compasión de mí porque, como Tomás, hay ocasiones en que dudo de mi fe. En este domingo que me invitas a contemplar tu inmensa misericordia, que me muestras tu costado y tus llagas, y me invitas a experimentar tu cercanía por medio de la oración, no puedo más que decir: ¡Tú, Señor, eres mi Dios!

Petición
Te pedimos Señor que nos concedas la gracia de ser dignos de la bienaventuranza: "Dichosos los que crean sin haber visto" Con la fe, nuestra vida será inmensamente dichosa, serena, sencilla y feliz. ¡Con Cristo resucitado!

Meditación de SS Francisco
Jesús, después de la resurrección, se aparece a los apóstoles, pero Tomás no estaba allí: Ha querido que esperara una semana. El Señor sabe por qué hace las cosas. Y a cada uno de nosotros le da el tiempo que él piensa que es mejor para nosotros. A Tomás le ha concedido una semana. Jesús se revela con sus llagas. Todo su cuerpo estaba limpio, hermoso, lleno de luz, pero las heridas estaban y todavía están, y cuando el Señor venga en el fin del mundo, nos hará ver sus llagas. Tomás, para creer, quería meter sus dedos en aquellas llagas:
Él era un terco. Pero el Señor se ha servido de un terco para hacernos comprender algo más grande. Tomás ha visto al Señor, y fue invitado a meter el dedo en las llagas de los clavos; meter su mano en el costado; pero no dijo: "Es verdad: ¡el Señor ha resucitado!". ¡No! Ha ido más allá. Ha dicho: "¡Dios". Fue el primero de los discípulos en hacer la confesión de la divinidad de Cristo, después de la resurrección. Y lo adoró.
Cuál era la intención del Señor para hacerlo esperar: tomar también su incredulidad, no para llevarlo a la afirmación de la resurrección, sino a la afirmación de su divinidad. El camino hacia el encuentro con Jesús-Dios, son las llagas. No hay otro... (Cf. S.S. Francisco, 3 de julio de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). .

Reflexión
Hace tiempo tuve la oportunidad de asistir, en Roma, a una exposición de la obra pictórica de Caravaggio. Y de entre todos los cuadros, verdaderamente geniales, recuerdo uno que me llamó mucho la atención: la profesión de fe del apóstol Tomás ante Cristo resucitado. Nuestro Señor, vuelto a la vida después del Viernes Santo, se aparece en el Cenáculo a sus discípulos, con los signos evidentes de la crucifixión en sus manos y en sus pies. Y en esta pintura, Jesús resucitado muestra a Tomás su costado abierto por la lanza del soldado, invitándolo a meter su mano en el pecho traspasado. El apóstol, totalmente fuera de sí, acerca su dedo y su mirada confundida para contemplar de cerca las señales de la pasión de su Maestro y comprobar, de esta manera, la veracidad de su resurrección.

Personalmente, cuando yo leo el Evangelio de este domingo, me parece excesiva y empedernida la incredulidad de Tomás: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos -dice-, ni no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no creeré". ¡Demasiadas condiciones y exigencias para dar el paso de la fe!

Y, sin embargo, nuestro Señor, con su infinita bondad y comprensión, como siempre, condesciende con su apóstol incrédulo. Él no estaba obligado a complacer las exigencias y el capricho de su apóstol, pero lo hace para darle más elementos para creer. Le presenta las manos, los pies, el costado, y permite incluso que meta su dedo en la herida de su corazón. ¡A ver si así termina de convencerse! Ante la evidencia de los signos y la gran misericordia de su Maestro, Tomás queda rendido y conquistado, y concluye con una hermosísima profesión de fe, proclamando la divinidad de Jesús: "¡Señor mío y Dios mío!".

Esta fe, aunque grandiosa en su profesión, está muy lejos de ser perfecta, al haber sido precedida de tantas evidencias. Pero el Señor acepta, igualmente, su acto de fe y aprovecha para felicitar y bendecir a todos aquellos que creerían en Él sin haberlo visto.

Nosotros, como Tomás, somos duros, pragmáticos, rebeldes. Tomás es un perfecto representante del hombre de nuestro tiempo. De todos los tiempos. De cada uno de nosotros. ¡Cuántas pruebas exigimos para creer! ¡Cuántas resistencias interiores y cuánto empedernimiento antes de doblegar nuestra cabeza y nuestro corazón ante nuestro Señor! Exigimos tener todas las pruebas y evidencias en la mano para dar un paso hacia adelante. Si no, como Tomás, ¡no creemos! Como se dice vulgarmente, “no damos un paso sin huarache”.

Creemos a nuestros padres porque son nuestros padres y porque sabemos que ellos no nos pueden engañar; creemos al médico en el diagnóstico de una enfermedad, aun cuando no estamos seguros de que acertará; creemos a los científicos o a los investigadores porque saben más que nosotros y respetamos su competencia respectiva, aunque muchas veces se equivocan. Y, sin embargo, nos sentimos con el derecho y la desfachatez de oponernos a Dios cuando no entendemos por qué Él hace las cosas de un determinado modo… ¿Verdad que somos ridículos y tontos?

Nosotros nos comportamos muchas veces como el bueno de Tomás. Tal vez su incredulidad y escepticismo eran fruto de la crisis tan profunda en la que había caído. ¡En sólo tres días habían ocurrido cosas tan trágicas, tan duras y contradictorias que le habían destrozado totalmente el alma! Su Maestro había sido arrestado, condenado a muerte, maltratado de una manera bestial, colgado de una cruz y asesinado. Y ahora le vienen con que ha resucitado… ¡Demasiado bello para ser verdad! Seguramente habría pensado que con esas cosas no se juega y les pide que lo dejen en paz. Había sido tan amarga su desilusión como para dar crédito a esas noticias que le contaban ahora sus amigos…

A nosotros también nos pasa muchas veces lo mismo. Nos sentimos tan decepcionados, tan golpeados por la vida y tan desilusionados de las cosas como para creer que Cristo ha resucitado y realmente vive en nosotros. Nos parece una utopía, una ilusión fantástica o un sueño demasiado bonito para que sea verdad. Y, como Tomás, exigimos también nosotros demasiadas pruebas para creer.

Nuestra incredulidad es también fruto de la mentalidad materialista, mecanicista y fatuamente cientificista de la educación técnica y pragmática del mundo moderno, que se resiste a todo lo que no es empíricamente verificable. Exactamente igual que Tomás.

Pero la fe es, por definición, creer lo que no vemos y dar el libre asentimiento de nuestra mente, de nuestro corazón y de nuestra voluntad, a la palabra de Dios y a las promesas de Cristo, aun sin ver nada, confiados sólo en la autoridad de Dios, que nos revela su misterio de salvación. Esto nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica. Es lo que aprendimos desde niños. Es lo que nos dice también el capítulo 11 de la carta a los Hebreos. Y, sin embargo, ¡cuánto nos cuesta a veces confiar en Cristo sin condiciones!

Pero sólo Cristo resucitado tiene palabras de vida eterna y el poder de darnos esa vida eterna que nos promete. ¡Porque es Dios verdadero y para Él no hay nada imposible!

Acordémonos, pues, del apóstol Tomás y de la promesa de Cristo: "Dichosos los que crean sin haber visto". La fe es un don de Dios que transforma totalmente la existencia y la visión de las cosas.
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Autor: P . Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net

Nuestra Señora de la Cabeza, Andújar (Jaén)

Nuestra Señora de la Cabeza, Andújar (Jaén)
Ultimo Domingo de Abril

Historia:El 12 de agosto de 1227
¡Noche feliz para los Iliturgitanos la del 11 al 12 de agosto de 1227! Un humilde pastor, Juan Alonso de Rivas, guarecido, resguardado de la noche implacable y pluvial en uno de los socavones de la solana de la Virgen, escucha embelesado, como otras noches, las vibrantes, ledas notas de una rítmica campana, notas soberanas, voceo melódico y extraño en aquellos lugares agrestes y montuosos. Sale del socavón y contempla una vez más, el prodigioso espectáculo que ofrece la cima del cerro de la Cabeza, circundado de extraordinarios resplandores. El nimbo de mágica luz no amilana al sencillo pastor. Un sentimiento indefinible lo impulsa energéticamente hacia la cima. Juan Alonso marcha, anhelante por el estrecho sendero, por la difícil vereda.

La tormenta, con su bronca voz, no conturba el ánimo esforzado de Rivas. Los torrentes de agua no detienen su marcha decidida, y cuando tras penosos esfuerzos, llega a la cumbre, una aparición célica lo hace caer de rodillas en éxtasis arrobador. En la concavidad de dos peñas, en un pétreo camarín, ve aureolada de luz maravillosa, una imagen de la Madre de Dios.

¿Habla el venturoso pastor?: si, sus labios modulan plegarias y su corazón ofrenda amores a la Inmaculada María, a la Virgen, todo amor para los hombres, a quien, en los tristes días del cautiverio en Arjona y Colomera pidiera lloroso la libertad de sus padres. Las negras nubes, los densos escuadrones de sobras, han huido veloces hacia el poniente. En el cielo titilan los luceros tembladores, parpadean las estrellas.

La milagrosa imagen mira a Juan dulcemente, con dulzura infinita, y en ese mismo instante cuando los dos mantienen el siguiente dialogo:

Pastor: Soberana reina de los Ángeles, como has de tener atrevimiento, a un pobre pastorcillo para presumir que vos queréis comunicarle un tan alto, y escondido secreto como encierra esta celestial visión, que tengo a la vista, cuando hay tantos hombres sabios, y prudentes a quien podáis revelarlo. Vos sois la que manifestáis las luces que me han traído a vuestra amable presencia y a la que habéis de aclarar el entendimiento, para que contendido corazón y fe sencilla acierte a seduciros.

Stma Virgen: No temas siervo de Dios, si no llégate a Andujar y dirás como ha venido el tiempo en que la divina voluntad se ejecute, haciéndome en este sitio donde estoy un templo, en que se han de obrar portentos y maravillas en beneficio de la gente.

Pastor: De mi parte no tengo que ofrecerte, Señora de los cielos y de la tierra, si no la rendida obediencia de mi corazón, estoy conociendo que mi crédito ha de peligrar en gran manera, cuando diga una cosa tan nueva rara y nunca vista: más pues vos lo mandáis habré de obedecer, aun que me tengan por loco. Mi pobre ganado lo ha de serlo primero que se gaste en la fabrica de vuestra santa casa y ha de ser yo tan dichoso, que mi corto caudal fuera bastante para hacer toda la obra, con mucho gusto lo emplearé en ella sin reserva, cosa alguna: pero piedad hay en los cristianos que habitan en esta recién conquistada república, para acudir con generosas limosnas, y pues estéis a vista suya, por protectora de esta tierra, no tendrán dificultad en edificarse el templo con su ayuda, si vos lo disponéis en los corazones.

Stma Virgen: Seguro puedes ir, que como Dios te ha dado sanidad, hará que den crédito a tus palabras, por que su voluntad es que tu a sido testigo de estas maravillas, estando manco, las publiques a todos.

Pastor: Bendito sea el Señor, y su infinita misericordia, que me veo dueño de mis manos y brazos, venturosa ha de ser desde hoy Andujar, pues he merecido que la Soberana Reina de los ángeles tenga por bien de estar tan de espacio y tan asiento en su termino, que quiere que le hagan una casa propia a su Stma Imagen dentro de su jurisdicción. Y vos poderosa Señora, desde hoy habéis de ser gobernadora de las acciones de los ciudadanos de Andujar y de su cristiano ejercito, para que los moros se acobarden y nunca más pongan en ella los pies sino cautivos y aprisionados.

Obedece prontamente Juan Alonso la orden de María y se dirige a los altos de San Ginés. El alba pintaba sus bellos colores en el cielo refulgente y las canoras aves entonaban la canción de la esperanza, el himno del amor, la oración de la mañana.

Las flores con sus perfumes, las aves con sus trinos, los arroyos con su melancólicos murmurios, el céfiro moviendo apaciblemente las cimas galanas de los árboles, los dulces latidos del corazón emocionado y gozoso de Juan Alonso de Rivas, forman un himno de jubileo, un canto armonioso, un hosanna que se eleva, que vuela al ras hasta ponerse en las plantas de la Morenita.

La entrada de Juan Alonso en la plaza de armas de Andujar adquiere todos los caracteres de un suceso extraordinario. Sacerdotes, caballeros, escuderos, regidores, hombres del estado llano, moros y judíos, lo escuchaban con admiración y asombro.

¡Milagro! ¡Milagro! esta es la palabra que se repite millares de veces por los cristianos, que se reúnen, comentan y vocean delante del castillo, esperando impacientes la decisión del consejo.

Todos quieren marchar al lugar donde se encuentra la preciosa Virgen, pero el alcaide de la fortaleza Iliturgitana los detiene y les dice: << El consejo ha acordado que un prioste, dos alcaldes y doce diputados, organicen esta romería. Espero y mando que obedezcáis sus órdenes. >> Si nos fijamos bien en esa comisión, base y fundamento de la organización que posterior mente tuvo la cofradía de Ntra. Sra. de la Cabeza.

Trasladada la milagrosa imagen a la iglesia de Santa María; aclamada y venerada con el nombre de Ntra. Sra. de la Cabeza, en ella recibió culto durante muchos años, pues la construcción del Santuario era obra lenta, no solo por las dificultades que ofrecía la conducción de materiales y por lo peñascoso del cerro, sino por la constante y sangrienta lucha con los moros fronterizos.

El felicísimo hallazgo de la bendita imagen, la curación milagrosa del pastor Juan de Rivas, la decisión del consejo y la clerecía y los intereses detalles de la solemne trasladación se escribieron, por mandato del santo Rey Fernando, en el libro de los fueros de Andujar.
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La Romería y las Cofradías de Ntra. Sra. de la Cabeza.
la parte principal del Santuario se termino en el año 1304. Al siguiente año se trasladó con gran magnificencia la milagrosa imagen de la Santísima Virgen de la Cabeza.

Desde esta trasladación solemnísima comienza las peregrinaciones devotas, las romerías pintorescas, asombro y admiración para todos los cristianos, descrita y loadas por cultos prosistas e inspirados poetas.

“El lugar, dice Cervantes, la peña, la imagen, los milagros, la infinita gente que acude de cerca y lejos, el solemne día que ha dicho, la hacen famosa en el mundo, y célebre en España sobre cuantos lugares las más extendidas memorias se acuerdan.”

“A pocos días de cómo la Santa Imagen se apareció, dice Terrones, que fue en el año 1227, y el mismo en que Baeza se gano de los moros, se erigió y fundó una cofradía en su nombre y advocación, para que los cofrades de ella tuviesen mejor y más particular cuidado del servicio de la virgen, y de la fiesta que le habían de hacer, en la cual encontraron por cofrades casi todos los vecinos de la ciudad, preciándose de esclavos de la virgen, y con razón, porque eran tantos los milagros que Nuestro Señor obraba por su intercesión con sus devotos que obligaba a que cada día se aumentase, y creciese la devoción a la fama de los cuales las ciudades y villas del contorno hicieron sus cofradías.”

No pudo fundarse el doctor Terrones, para corroborar lo trascrito, en ningún documento del siglo XIII. Salcedo Olid, primer historiador de Ntra. Sra. de la Cabeza y coetáneo de Terrones afirma que se había perdido los documentos y antecedentes que podían probar la creación de la hermandad en época determinada. Estudiando los estatutos de la cofradía de Arjona y conociendo exactamente que la Sagrada Imagen recibió culto en la iglesia de Santa María hasta el año 1305, a excepción de los años, según la tradición, que estuvo en San Ginés, podemos asegurar que la cofradía Iliturgitana tuvo su origen en la comisión de vecinos que nombró el consejo para subir al cerro, y que trasladad a su Santuario la Morenita, es cuando los devotos Iliturgitanos forman hermandad, pero una hermandad sin organización formal, sin insignias y banderas y sin estatutos legales que la rigieran.

El pueblo de Andujar elegía anualmente el prioste, los alcaldes y diputados que habían de organizar y dirigir la romería, así como nombraba el rector y capellanes del Santuario, sin que estos nombramientos y elecciones pudiera intervenir ninguna autoridad, pues como decía el Cardenal Ranuncio en 1552, “la cofradía y el santuario eran una misma cosa desde su fundación.”

Estos privilegios necesitaban una sensación episcopal. La cofradía de Andujar había ofrecido a la Virgen de la Cabeza un hermoso Santuario, edificado con el valioso esfuerzo de los bravos paladines de la cruz; había propagado por Castilla, Extremadura, Andalucía, Navarra y Aragón el culto a la Morenita; había mostrado amor mariano en momentos solemnes, pero no tenían ordenanzas, estatutos, que encausaran provechosamente los sentimientos nobilísimos y sinceramente piadosos de los cofrades Iliturgitanos. El ilustre Obispo de Jaén, D. Alonso Suárez de la Fuente del 13 de II de 1505.

D. Diego de Talavera, en 1557, y D. Diego de los Cobos, en 1565, confirmaron solemnemente la aprobación de su prelado antecesor.

La famosa concordia del año 1555 señala a las cofradías el puesto que por antigüedad, o por privilegio especial, como Colomera, les correspondía. Andújar, Arjona, Colomera, Lucena, Córdoba, La Rambla, Osuna y Úbeda, firman y aceptan entusiasmadas la concordia.

La conversión del Príncipe Muley Xeque extiende la devoción de Nuestra Patrona. Reyes, Príncipes, Nobles, Prelados y alta personalidades visitan el Santuario. El beato Juan de Rivas, enamorado de las fiestas de Abril, se lleva una imagen a Burjasot.

Los portentosos milagros que continuamente realizaba la Virgen María, hace que los siglos XVII y XVIII las cofradías pasen de 70, y que Méjico y en Perú se levanten en su honor magníficos Santuarios.

La tendencia regalista, el volterianismo de los ministros de Carlos III, apagó todos estos fervores Marianos. Un malhadado decreto, fechado el 16 de III de 1773 y firmado por el Presidente del Consejo de Castilla, disolvió arbitrariamente todas las cofradías y prohibió las romerías al cerro.

En manos del corregidor de Andújar, D. Juan Antonio Santamaría, fueron entregadas las cofradías sus estatutos, sus bulas y sus libros de actas.

Contra el decreto se entablaron los recursos legales. Las cofradías de santa fe obtuvo el primer triunfo. La de Andújar no lo consiguió hasta el año 1782.

A los pocos años lo obtuvieron otras, pero el año se había hecho, porque, desde 1772, ya no se han visto en el Santuario más de treinta cofradías. Muchas se extinguieron definitivamente, y otras celebran las fiestas en la ermita de su pueblo.

Y hoy en día se están volviendo a reanudar todas las cofradías ya perdidas en tiempos atrás y están volviendo a celebrar la romería como antaño, subiendo al santuario de Ntra. Sra. de la Cabeza en nuestra querida y leal ciudad de Andújar.
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La Romería se celebra a ultimo Domingo de Abril pero este año por caer en Semana Santa se ha trasladado desde el lunes de resurreccion al primer domingo de mayo
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Historia de Nuestra Señora de la Cabeza, Cortesía de Paco García Valverde

Domingo de la Divina Misericordia


Domingo de la Divina Misericordia

La Fiesta de la Divina Misericordia se celebra el primer Domingo después del Domingo de Pascua

Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, forma parte del círculo de santos de la Iglesia más conocidos. A través de ella el Señor Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada sobre la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo.
Santa Faustina Kowalska, Apóstol de la Divina Misericordia

Antecedentes
Una devoción especial se comenzó a esparcir por el mundo entero a partir del diario de una joven monja polaca en 1930. El mensaje no es nada nuevo, pero nos recuerda lo que la Iglesia siempre ha enseñado por medio de las Sagradas Escrituras y la tradición: que Dios es misericordioso y que perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y debemos perdonar. Pero en la devoción a la Divina Misericordia este mensaje toma un enfoque poderoso que llama a las personas a un entendimiento más profundo sobre el Amor ilimitado de Dios y la disponibilidad de este Amor a todos – especialmente a los más pecadores. El mensaje y la devoción a Jesús como la Divina Misericordia esta basada en los escritos de la Santa María Faustina Kowalska, una monja polaca sin educación básica que, en obediencia a su director espiritual, escribió un diario de alrededor de 600 páginas que relatan las revelaciones que ella recibió sobre la Misericordia de Dios. Aún antes de su muerte en 1938 se comenzó a esparcir la devoción a la Divina Misericordia.
El mensaje de Misericordia es que Dios nos Ama – a todos- no importa cuan grande sean nuestras faltas. Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. De tal manera de que todos participemos de Su Gozo. Es un mensaje que podemos recordar tan fácilmente como un ABC.

A — Pide su Misericordia. Dios quiere que nos acerquemos a Él por medio de la oración constante, arrepentidos de nuestros pecados y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero

B — Sé misericordioso – Dios quiere que recibamos Su Misericordia y que por medio de nosotros se derrame sobre los demás

C — Confía completamente en Jesús – Dios nos deja saber que las gracias de su Misericordia dependen de nuestra confianza. Mientras más confiemos en Jesús, más recibiremos.

La Devoción a la Divina Misericordia
Tener devoción a la Divina Misericordia requiere de una total entrega a Dios como Misericordia. Es una decisión que comprende en confiar completamente en Él, en aceptar su Misericordia con acción de gracias y de ser misericordioso como Él es Misericordioso.
Las prácticas devocionales propuestas en el diario de la Santa Faustina están en completo acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia y su raíz están firmemente en los Mensajes de los Evangelios de nuestro Señor Misericordioso. Estos propiamente comprendidos e implementados nos ayudan a crecer como genuinos seguidores de Cristo.

Corazón Misericordioso
Existen dos versos de las Escrituras que debemos tener en cuenta mientras nos involucramos en estas prácticas devocionales.

1. "Ese pueblo se me ha allegado con su boca, y me han honrado con sus labios mientras que si corazón está lejos de mí." (Is 29:13);
2. Bienaventurados los misericordiosos por que ellos alcanzarán misericordia " (Mt 5:7). Es irónico y hasta espantoso el hecho de que la mayoría de las personas religiosas de los tiempos de Cristo (personas que eran practicantes de su religión y que ansiosamente esperaban la venida del Mesías) no fueron capaces de reconocerlo cuando Él vino.

Los fariseos, a los que Cristo les hablaba en la primera cita del evangelio mencionada anteriormente, eran muy devotos a las oraciones, reglas y rituales de su religión, pero al pasar de los años, estas prácticas externas eran tan importantes por ellas mismas que su verdadero significado se había perdido. Los fariseos efectuaban todos los sacrificios requeridos, decían las oraciones correctas, ayunaban con frecuencia y hablaban constantemente sobre Dios, pero nada de esto había tocado sus corazones. Como resultado no tenían ninguna relación con Dios, ellos no estaban viviendo de la forma que Él quería y no estaban preparados para la venida de Cristo.

Cuando miramos a la imagen de nuestro Salvador Misericordioso, o dejamos lo que estamos haciendo a las tres de la tarde, o rezamos la coronilla de la Divina Misericordia – son estas cosas que nos están llevando más cerca a la verdadera vida sacramental de la Iglesia y dejamos que Cristo transforma nuestros corazones? ¿O solo se han convertido en hábitos religiosos? ¿En nuestras vidas diarias estamos convirtiéndonos más y más en personas de Misericordia? ¿O sólo estamos honrando la Misericordia de Dios con los labios? Viviendo el mensaje de la Misericordia Las prácticas devocionales reveladas a la Santa Faustina nos fueron dadas como "instrumentos de misericordia" por medio de los cuales el amor de Dios es derramado sobre todo el mundo, pero no son suficientes por sí solas. No es suficiente que nosotros colguemos la imagen de la Divina Misericordia en nuestros hogares, que recemos la Coronilla todos los días a las 3 de la tarde, y recibamos la Comunión el domingo después de la pascua. Nosotros debemos mostrarnos misericordiosos con nuestro prójimo. ¡Poner la Misericordia en acción no es una opción de la devoción a la Divina Misericordia sino un requisito!

Nuestro Señor le habla estrictamente de esto a Santa Faustina:
Exijo de ti obras de Misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. (Diario 742).

Así como lo mandan los evangelios "Sean Misericordiosos así como su Padre en el Cielo es Misericordioso, " piden que seamos misericordiosos con nuestro prójimo "siempre y en todo lugar" parece imposible de cumplir pero el Señor asegura que es posible. " Cuando un alma se acerca a Mí con confianza, la colmo con tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí misma, sino que las irradia sobre otras almas. " (Diario 074)

¿Cómo irradiamos la Misericordia de Dios a nuestro prójimo?
Por medio de nuestras acciones, palabras y oraciones. "En estas tres formas" Él le dice a Sor Faustina " está contenida la plenitud de la misericordia" (Diario 742) Todos hemos sido llamados a practicar estas tres formas de misericordia, pero no todos somos llamados de la misma manera. Tenemos que preguntarle al Señor, quien comprende nuestras personalidades individuales y nuestra situación, que nos ayude a reconocer las diversas formas con que podemos poner en práctica Su Misericordia en nuestras vidas diarias.

Pidiendo la Misericordia de nuestro Señor, confiando en su Misericordia, y viviendo como personas misericordiosas nos podemos asegurar que nunca escucharemos decir "Sus corazones están lejos de mí" sino más bien la hermosa promesa de " Bienaventurados los misericordiosos, ya que ellos obtendrán Misericordia".
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Fuente: ewtn.com
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Requisitos para celebrar la fiesta:
Para celebrar esta Fiesta, deberíamos de comenzar una Novena a la Divina Misericordia, la Novena incluye intenciones especiales para cada día y concluye con la recitación de la coronilla de la Divina Misericordia.

Celebración de la fiesta el primer domingo después del Domingo de Pascua,
Venir al Señor con un corazón humilde y contrito, arrepentirse de todo pecado.
Confiar firmemente en la Divina Misericordia del Señor.
Confesarse (con un sacerdote) en ese día si es posible, de otra manera siete días antes o después según aprobación de la Iglesia.

Recibir la Sagrada Eucaristía el día de la Fiesta..
Venerar la imagen de la Divina Misericordia.
Ser misericordioso como Dios es misericordioso, practicar obras de misericordia, físicamente ayudando a otros o espiritualmente con oraciones de intercesión.

Palabras del Santo Padre Francisco
"La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo. El rostro de Dios es el rostro de la misericordia, que siempre tiene paciencia. [...] Dios nunca se cansa de perdonarnos. El problema es que nosotros nos cansamos de pedirle perdón. ¡No nos cansemos nunca! Él es el padre amoroso que siempre perdona, que tiene misericordia con todos nosotros"

Palabras del Santo Padre Juan Pablo II
"Yo le doy gracias a la Divina Providencia porque he podido contribuir personalmente al
cumplimiento de la Voluntad de Cristo, a través de la institución de la Fiesta de la Divina Misericordia. Yo rezo incesantemente para que Dios tenga misericordia de nosotros y del mundo entero."

Santo Padre Juan Pablo II ( 7/6/97 )
Santuario de la Divina Misericordia, Cracow, Polonia.
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Fuente: Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net

sábado, abril 26, 2014

Evangelio Abril 26, 2014

El que crea y se bautice, se salvará
Marcos 16, 9-15.
Sábado de Pascua.
Jesús resucitado, concédeme ser un testigo fiel de tu resurrección.

Del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15

Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado.Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron. En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán». Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

Oración introductoria
Señor Jesús, ¡gracias por cumplir tu promesa de estar con nosotros siempre!, ¡gracias por resucitar! y sobre todo, por darme la alegría de ser testigo de tu resurrección. Concédeme participar en estos momentos de la alegría de saber que estás vivo y que estás siempre presente en la Iglesia.

Petición
Jesús resucitado, concédeme ser un testigo fiel de tu resurrección, de manera que cada persona que entre en contacto conmigo, pueda sentir esta alegría de tu presencia en mí.

Meditación de SS Francisco
Profesar que la Iglesia es apostólica, significa hacer hincapié en la relación constitutiva que ésta tiene con los apóstoles, con ese pequeño grupo de doce hombres que un día Jesús llamó a Él, los llamó por su nombre, para que permanecieran con Él y para enviarlos a predicar. "Apóstol", de hecho, es una palabra griega que significa "mandado", "enviado".
Un apóstol es una persona que es enviada, y enviada a hacer algo; y los apóstoles fueron escogidos, llamados y enviados por Jesús para continuar su obra; es decir para rezar -esa es la primera tarea de un apóstol-, y segundo, para proclamar el Evangelio. Esto es importante, porque cuando pensamos en los apóstoles, podríamos pensar que ellos fueron enviados solo para anunciar el Evangelio, para hacer muchas obras. Pero en los primeros días de la Iglesia había un problema porque los apóstoles debían hacer muchas cosas y luego formaron a los diáconos, para que los apóstoles tuvieran más tiempo para orar y proclamar la Palabra de Dios. (S.S. Francisco, 16 de octubre de 2013).

Reflexión
La resurrección de Cristo es nuestra esperanza. La Iglesia proclama hoy esto con alegría: anuncia la esperanza, que Dios ha hecho firme e invencible resucitando a Jesucristo de entre los muertos; comunica la esperanza, que lleva en el corazón y quiere compartir con todos, en cualquier lugar, especialmente allí donde los cristianos sufren persecución a causa de su fe y su compromiso por la justicia y la paz; invoca la esperanza capaz de avivar el deseo del bien, también y sobre todo cuando cuesta.

Propósito
Hoy trataré de sonreír a cualquier persona que me encuentre en el supermercado, transporte público o en mi hogar; dando testimonio de la alegría de la resurrección del Señor.

Diálogo con Cristo
Jesús, ¡gracias por resucitar de entre los muertos!, ¡gracias porque hoy también estás vivo! Vivo en mi familia, en mis amigos, en las personas que están a mí alrededor. Jesús, concédeme la gracia de tener siempre un corazón que transmita la alegría de poseerte y sobretodo que de testimonio de que tú estás vivo. Gracias Jesús por estar con nosotros. Amén.
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Autor: Josué María Hernández | Fuente: Catholic.net

San Juan Pablo II, oración oficial

San Juan Pablo II, oración oficial

Estampita y Oración a Nuestra Señora del Buen Consejo

Estampita y Oración a Nuestra Señora del Buen Consejo

Nuestra Señora del Buen Consejo, Advocación Mariana

Nuestra Señora del Buen Consejo, Advocación Mariana
Abril 26

A poca distancia de Roma (a 60 kilómetros al sur de la ciudad) se encuentra Genazzano, cuya iglesia está dedicada a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Consejo, advocación que la dio el papa san Marcos en el siglo IV, y es una de las advocaciones marianas más antiguas, aunque su inclusión en las letanías corresponde al papa León XIII en 1903. Desde el s. XIV su difusión y devoción está bajo el cuidado de la Orden Agustina, que la celebra el 26 de abril de cada año.

HISTORIA:
Mucho antes de la venida de Cristo, el pequeño pueblo de Genazzano, construyó un  templo a Venus. Allí se le ofrecía culto y  celebraban grandes fiestas en su honor. En el siglo IV de nuestra era, cuando el cristianismo había sido públicamente reconocido en el Imperio Romano, el Papa san Marcos (336 d.C.) mandó construir una iglesia en una colina sobre el pueblo, no muy lejos de las ruinas del antiguo templo pagano. La iglesia, firme y fuerte pero pequeña y sencilla, fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo.

A través de los siglos, Nuestra Señora fue honrada de manera especial en la pequeña iglesia de la colina, la cual se puso a cargo de los frailes de la Orden de San Agustín en 1356. Con el tiempo, el uso y los desgarros comenzaron a afectar al anciano templo. Para el siglo XV, la iglesia se había venido desvencijando tanto que algunos temían su total colapso. Pocos, sin embargo, parecían tener interés en repararla.

Para la restauración del templo antiguo tomó un papel importante la terciaria agustina Petruccia de Nocera, viuda y dedicada a la oración y a servicios en el Templo. Pidió permiso a los frailes para dar en patrimonio al templo su herencia con la que se restablecería nuevamente la estructura deteriorada. Confiando en Nuestra Señora, Petruccia contrató trabajadores y constructores, compró también los materiales. Sus vecinos la observaron por un tiempo en silencio, luego comenzaron a burlarse de ella, especialmente cuando les pedía ayuda.

Petruccia no podía comprender la actitud que sus vecinos y pensaba que su amor a Nuestra Señora los inspiraría a ofrecer ayuda. Pero los corazones no estaban para eso. Ellos sabían que construir una iglesia grande y bonita era un gran proyecto y que Petruccia tenía dinero, pero no lo suficiente. Percibían la obra como un acto de orgullo y presunción por parte de Petruccia y la criticaban. Cuando la obra tuvo que detenerse por falta de fondos, las paredes sin terminar fueron nombradas "la locura de Petruccia". Ella no dejó dominar por los obstáculos; estaba determinada a hacer todo lo que pudiese para ver la iglesia completada. Sentía que Nuestra Señora había inspirado el trabajo y que Ella lo apoyaría cuando fuese su tiempo. Decía que algún día "una gran Señora vendría a tomar posesión de ella". Petruccia entonces recurrió a sacrificios y oraciones más fervorosas.

Un poco después, durante la fiesta del pueblo, el 25 de abril de 1467, muchas personas estaban congregadas en la plaza del mercado pasando un buen rato- festejando, bailando y cantando. En medio de las fiestas, alguien vio una nube encopada flotando bien bajo a través del claro cielo azul. El asombro paralizó el baile y el canto. Toda la atención fue puesta en la nube que bajaba despacio y que finalmente se detuvo en un borde angosto de las paredes sin terminar de la iglesia de Petruccia. La nube se abrió gradualmente, y en su centro apareció una bellísima pintura de Nuestra Señora con el Niño Jesús. Todas las campanas del pueblo comenzaron a sonar sin la ayuda de manos humanas.

Atraídos por el inesperado y fuerte repicar de las campanas, la gente de las villas aledañas se apresuraron a Genazzano para averiguar la causa. Mientras tanto, al escuchar del milagro, Petruccia, que estaba orando en casa, se apresuró a la iglesia para arrodillarse ante la pintura. Llena de alegría dijo que ella sabía que Nuestra Señora vendría a tomar posesión de su iglesia. Toda la gente se le unió en las alabanzas a Nuestra Señora. 

Nadie conocía la procedencia de la pintura ni la había visto antes. Pronto una maravillosa lluvia de gracias y milagrosas curaciones comenzaron a suceder. En solo cuatro meses, 171 milagros fueron archivados. La gente comenzó a llamar a la imagen "Nuestra Señora del Paraíso" porque creían que había sido traída a Genazzano por manos de los ángeles ocultos en la nube encopada. Otros, por los numerosos milagros, la llamaban "Nuestra Señora de los Milagros". 

Durante este tiempo, dos extranjeros procedentes de Scutari, Albania, llegaron a Genazzano buscando la milagrosa pintura de la Virgen. Ellos contaron su testimonio. Scutari fue la última ciudad tomada por los Turcos en su invasión de Albania. Cuando comprendieron que ya no podian resistir mas, le pidieron consejo a la Virgen sobre que hacer para mantener su fe católica en aquellas circunstancias.  Esa noche, ante el asombre de los dos albaneses la imagen de la Virgen se desprendió de la pared y elevándose por los cielos se comenzó a trasladar lentamente hacia el oeste.  Así pudieron seguirla, cruzar el mar adriático que separa Albania de Italia, hasta que llegaron a Genazzano. Así decidieron quedarse en Genazzano para vivir cerca de su Señora, que también se había refugiado.

Cuando el Papa Pablo II en Roma escuchó acerca de la pintura y de sus muchos milagros, mandó a dos obispos como comisionados a examinar y estudiar los acontecimientos extraordinarios. Después de una cuidadosa investigación, el Papa y los comisionados quedaron convencidos de que la pintura era verdaderamente Nuestra Señora del Buen Consejo, que había sido venerada por siglos en el pequeño pueblo de Scutari. El espacio vacío con las dimensiones exactas donde había estado la pintura en la iglesia fue evidente para todos. La imagen- del espesor de cáscara de huevo- había sido pintada sobre el yeso de la pared. Ninguna habilidad humana podría haber tomado con éxito la pintura de la pared sin romperla. Ninguna mano humana podría haberla traído a través del mar Adriático y colocarla en el borde angosto de la iglesia sin sujetarla.

Naturalmente, la iglesia de Petruccia fue completada. Más bien, hubieron tantas donaciones y fue ofrecida tanta ayuda que se convirtió en una bella basílica. La pintura fue puesta en un relicario maravilloso con un marco de oro adornado con piedras preciosas. Mas tarde dos coronas de oro enviadas por el Vaticano fueron colocadas en las cabezas de la Madre y el Niño. La pintura aún está en la iglesia, "la locura de Petruccia". Los monjes Agustinos son los guardianes especiales de la iglesia y de la pintura milagrosa. 

Algunos papas de la Iglesia católica le han rendido homenajes a esta advocación. Pio V como exvoto envió un corazón de oro; Urbano VII, en 1630 fue en peregrinación para pedir la ayuda durante una plaga; Inocencio XI, coronó a la imagen. Benedicto XIV aprobó la Cofradía de Nuestra Señora del Buen Consejo, siendo su primer miembro. Pio XII la escogió como la patrona de su pontificado. Muchos santos y beatos le han rendido mucha veneración.

La basílica ha sido afectada por los siglos. Sufrió particularmente por la Segunda Guerra Mundial ya que para arrestar el avance de los aliados, los alemanes no dudaron en bombardear las iglesias. En Genazzano, el santuario de Nuestra Señora no se libró. Una bomba explotó en el con toda fuerza. El altar mayor fue completamente destruido, todas las pinturas y las estatuas en las paredes alrededor se vinieron abajo, pero la milagrosa pintura de Nuestra Señora del Buen Consejo, se mantuvo perfectamente intacta, tan bella como cuando Petruccia la vio por primera vez.

En los últimos cuatro siglos innumerables peregrinaciones y muchos milagros han ocurrido en el santuario de Nuestra Señora, Madre Amorosa que es para todos un tesoro de la gracia divina. Acude a ella con tus pequeños problemas; ve a ella con tus grandes problemas; confía en su guía. Ella es verdaderamente Nuestra Señora del Buen Consejo.
Las palabras "Madre del Buen Consejo" fueron insertadas por Pío IX a las letanías de la Virgen María.
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viernes, abril 25, 2014

Evangelio Abril 25, 2014

Jesús en el mar de Tiberíades
Juan 21, 1 -14.
Viernes de Pascua.
Jesús, se manifiesta a sus apóstoles, habla con ellos y les transmite una paz que solo él puede dar.

Del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar». Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo». Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No». Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Jesús les dice: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar». Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Venid y comed». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Oración inicial
Señor, vengo en este día a renovarte mi amor. Quiero unirme más íntimamente a ti en esta oración. Tú conoces mi debilidad y miseria y por eso quiero que me tomes en tus manos para que me ayudes a ser tu hijo fiel. Amén.

Petición
Jesucristo que cada día que pasa experimente la alegría de tu resurrección. Ayúdame a percibir tu cercanía en cada momento de mi existencia.

Meditación del Papa Francisco
Después del "escándalo" de la cruz habían regresado a su tierra y a su trabajo de pescadores, es decir, a las actividades que realizaban antes de encontrarse con Jesús. Habían vuelto a la vida anterior y esto da a entender el clima de dispersión y de extravío que reinaba en su comunidad. Para los discípulos era difícil comprender lo que había acontecido. Pero, cuando todo parecía acabado, nuevamente, como en el camino de Emaús, Jesús sale al encuentro de sus amigos.
Esta vez los encuentra en el mar, lugar que hace pensar en las dificultades y las tribulaciones de la vida; los encuentra al amanecer, después de un esfuerzo estéril que había durado toda la noche. Su red estaba vacía. En cierto modo, eso parece el balance de su experiencia con Jesús: lo habían conocido, habían estado con él y él les había prometido muchas cosas. Y, sin embargo, ahora se volvían a encontrar con la red vacía de peces. [...] Normalmente los peces caen en la red durante la noche, cuando está oscuro, y no por la mañana, cuando el agua ya es transparente. Con todo, los discípulos se fiaron de Jesús y el resultado fue una pesca milagrosamente abundante, hasta el punto de que ya no lograban sacar la red por la gran cantidad de peces recogidos. (Benedicto XVI, 21 de abril de 2007).

Reflexión apostólica
El evento de la resurrección nos invita a cultivar la paz y la alegría en nuestros corazones. También nos interpela a vivir de cara a la verdad y a la eternidad. Jesús, se manifiesta a sus apóstoles, habla con ellos y les transmite una paz que solo él puede dar. Nosotros estamos a crecer en la confianza hacia Dios, nuestro Padre, sabiendo que siempre estará dispuesto a guiarnos y confortarnos en nuestras luchas diarias.

Propósito
Me examinaré con profundidad, preguntándome cómo estoy viviendo mi vida de cara a la eternidad.

Diálogo con Cristo
Jesús, al terminar esta oración quiero dejar toda mi vida en tus manos. Señor enséñame a ser un instrumento de tu paz y de tu amor en este mundo tan necesitado de Ti. Que en cada momento de mis días busque tu gloria y tu amor. Amén
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Autor: H. Alfonso Novoa | Fuente: Catholic.net

jueves, abril 24, 2014

Evangelio Abril 24, 2014

Lo reconocieron al partir el pan
Lucas 24, 35-48.
Jueves de Pascua
 Los discípulos lo reconocieron en la fracción del Pan. En cada Eucarístía me encuentro realmente con Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48


Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo». Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?». Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: Así está escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

Oración introductoria
Señor, en esto días hemos meditado profundamente en tu vida, tu muerte, tu resurrección. Dame la gracia de vivir con mayor conciencia mis compromisos cristianos, pues no quiero pasar indiferente ante tu amor. Ilumina mi mente y mi corazón con un rayo de tu luz para que te busque en todo momento y te dé el primer lugar en mi vida.

Petición
Señor, dame una fe sencilla que me lleve a encontrarte personalmente en la Eucaristía. Aumenta mi confianza para acercarme, como un niño, a tu Sagrario. Concédeme un amor vigoroso a la Sagrada Eucarística.

Meditación de SS Francisco
¿Cuál es la paz que Francisco acogió y vivió y nos transmite? La de Cristo, que pasa a través del amor más grande, el de la Cruz. Es la paz que Jesús resucitado dio a los discípulos cuando se apareció en medio de ellos.
La paz franciscana no es un sentimiento almibarado. Por favor: ¡ese san Francisco no existe! Y ni siquiera es una especie de armonía panteísta con las energías del cosmos… Tampoco esto es franciscano, tampoco esto es franciscano, sino una idea que algunos han construido. La paz de san Francisco es la de Cristo, y la encuentra el que "carga" con su "yugo", es decir su mandamiento: Amaos los unos a los otros como yo os he amado. Y este yugo no se puede llevar con arrogancia, con presunción, con soberbia, sino sólo se puede llevar con mansedumbre y humildad de corazón.
Nos dirigimos a ti, Francisco, y te pedimos: enséñanos a ser "instrumentos de la paz", de la paz que tiene su fuente en Dios, la paz que nos ha traído el Señor Jesús. (S.S. Francisco, 4 de octubre de 2013).

Reflexión
¿Qué sería de nuestra vida de cristianos sin la Eucaristía? La Eucaristía es la herencia perpetua y viva que nos dejó el Señor en el sacramento de su Cuerpo y su Sangre, en el que debemos reflexionar y profundizar constantemente. Los discípulos reconocieron al Señor en la fracción del Pan. En cada celebración Eucarística me acerco con el deseo de encontrarme, realmente, con Dios.

Propósito
Me esforzaré por vivir cada Eucaristía con fe y con el deseo sincero de acercarme más a Dios.

Diálogo
Jesucristo, gracias por el don de tu Eucaristía. Te has quedado conmigo en el Sagrario para ser mi refugio, mi consuelo, mi fortaleza y mi alegría. Regálame una fe viva en la Eucaristía que me lleve a valorar con profundidad tu amor y tu amistad.
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Autor: H. Jesús Aguilera | Fuente: Catholic.net

Estampita Oración a San Pedro de San José Betancur


San Pedro de San José Betancur, Terciario Franciscano

miércoles, abril 23, 2014

Evangelio Abril 23, 2014

Los discípulos de Emaús
Lucas 24 13-35.
Miércoles de Pascua.
Cristo les hizo ver que, en muchas ocasiones, sus caminos no son los nuestros. Por eso, es necesario vivir con una fe profunda.

Del santo Evangelio según san Lucas 24 13-35

Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojo lo reconocieran. El les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron». Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». El entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Oración Introductoria
Señor Jesús, abre mis ojos y mi corazón para verte en todas las circunstancias de mi vida. Dame un espíritu abierto a la aceptación de tu voluntad para poder realizarla por Amor, como tú realizaste la voluntad del Padre. Aumenta mi fe para contemplar vivamente, con estos ojos terrenales, tu Sacramento de Amor, es decir, el don de la Eucaristía. Amen.

Petición
Señor te pido que a lo largo de este día mí corazón arda de amor por ti. Enséñame a valorar el don de la Eucaristía.

Meditación de SS Francisco
Cuando Jesús se acerca a los discípulos de Emaús y comparte su camino, escucha su lectura de la realidad, su desilusión y dialoga con ellos; justamente de esta manera reenciende en sus corazones la esperanza, abre nuevos horizontes que estaban ya presentes, pero que solamente el encuentro con el Resucitado permite reconocer. No tengan nunca miedo del encuentro, del diálogo [...]
En el encuentro, el diálogo entre Jesús y los dos discípulos de Emaús, que reenciende la esperanza y renueva la esperanza y renueva el camino de su vida, lleva a compartir: lo reconocen al dividir el pan. Es el signo de la eucaristía, de Dios que se hace así cercano en Cristo de volverse presencia constante, al punto de compartir su propia vida. Y esto nos indica a todos, también a quien no cree, que es justamente en una solidaridad no dicha sino vivida que las relaciones pasan del considerar al otro como "material humano" o como "número" al considerarlo como persona. (S.S. Francisco, 22 de septiembre de 2013).

Reflexión
Los discípulos de Emaús, cuando caminaban con sus dudas y bajo la tentación del desánimo, escucharon las palabras consoladoras de Jesús. Cristo les hizo ver que, en muchas ocasiones, sus caminos no son los nuestros. Por eso, es necesario vivir con una fe profunda y luminosa que nos lleve a la aceptación amorosa de la voluntad de Dios en nuestra vida. Justamente en la Eucaristía encontramos el consuelo y la fuerza para seguir luchando aún en medio de las dificultades y contrariedades de la vida.

Propósito
Acercarme a una Iglesia para visitar a Jesucristo en la Eucaristía y pedirle la gracia de que aumente mi fe.

Diálogo Final
Jesús quédate con nosotros, queremos vivir contigo. Eres Tú, Señor, nuestra única alegría y seguridad. Señor quiero vivir, siempre, cerca de Ti. Déjame entrar en tu corazón para que el mío arda de amor por Ti. Dame la gracia de valorar y recibir dignamente el sacramento de la Eucaristía.
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Autor: H. José Adad Mendoza Sánchez | Fuente: Catholic.net