Día litúrgico: Sábado XVI del tiempo ordinario
Santoral 23 de Julio: Santa Brígida, religiosa, patrona de Europa
«Dejad que ambos crezcan juntos»
Rev. D.
Manuel
SÁNCHEZ Sánchez - (Sevilla, España)
Hoy consideramos una parábola que
es ocasión para referirse a la vida de la comunidad en la que se
mezclan, continuamente, el bien y el mal, el Evangelio y el pecado. La
actitud lógica sería acabar con esta situación, tal como lo pretenden
los criados: «¿Quieres que vayamos a recogerla?» (Mt 13,28). Pero la
paciencia de Dios es infinita, espera hasta el último momento —como un
padre bueno— la posibilidad del cambio: «Dejad que ambos crezcan juntos
hasta la siega» (Mt 13,30).
Una realidad ambigua y mediocre, pero en ella crece el Reino. Se trata de sentirnos llamados a descubrir las señales del Reino de Dios para potenciarlo. Y, por otro lado, no favorecer nada que ayude a contentarnos en la mediocridad. No obstante, el hecho de vivir en una mezcla de bien y mal no debe impedir el avanzar en nuestra vida espiritual; lo contrario sería convertir nuestro trigo en cizaña. «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» (Mt 13,27). Es imposible crecer de otro modo, ni podemos buscar el Reino en ningún otro lugar que en esta sociedad en la que estamos. Nuestra tarea será hacer que nazca el Reino de Dios.
El Evangelio nos llama a no dar crédito a los “puros”, a superar los aspectos de puritanismo y de intolerancia que puedan haber en la comunidad cristiana. Fácilmente se dan actitudes de este tipo en todos los colectivos, por sanos que intenten ser. Encarados a un ideal, todos tenemos la tentación de pensar que unos ya lo hemos alcanzado, y que otros están lejos. Jesús constata que todos estamos en camino, absolutamente todos.
Vigilemos para no dejar que el maligno se cuele en nuestras vidas, cosa que ocurre cuando nos acomodamos al mundo. Decía santa Ángela de la Cruz que «no hay que dar oído a las voces del mundo, de que en todas partes se hace esto o aquello; nosotras siempre lo mismo, sin inventar variaciones, y siguiendo la manera de hacer las cosas, que son un tesoro escondido; son las que nos abrirán las puertas del cielo». Que la Santísima Virgen María nos conceda acomodarnos sólo al amor.
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Fuente: evangeli.net
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