jueves, septiembre 25, 2025

Santas Aurelia y Neomisia de Anagni, Virgenes y Mártires

Santas Aurelia y Neomisia de Anagni, Virgenes y Mártires

Septiembre 25

Aurelia y Neomisia, nacieron probablemente a principios de la primera mitad del siglo XI, según el hagiógrafo belga del siglo XVIII, Constantinus Suyskenus, aunque el historiador francés del siglo XIX, opina que nacieron en el siglo IX, fuera cuando fuera lo cierto es que Aurelia y Neomisia, nacieron en Asia occidental.

Las citadas hermanas quiso Dios que llegaran al mundo, en el seno de una noble familia, bien acomodada, muy religiosa y temerosa de Dios, motivo por el cual recibieron en el seno familiar una exquisita educación religiosa, al tiempo que se impregnaron de la enorme espiritualidad reinante en el seno familiar.

Desde la más tierna edad de las pequeñas, ambas tuvieron una extraordinaria formación cultural y religiosa, como correspondía a su estatus familiar. Las pequeñas hermanas eran muy avispadas y estudiosas, al tiempo que también eran muy amante de los temas religiosos, dedicando diariamente tiempo para las oraciones.

Los años fueron pasando, y tanto Aurelia, como Neomisia, comenzaron a sentir unos enormes deseos por dedicarse al servicio de Dios y el prójimo, por ello constantemente acudían con frecuencia a la Iglesia y recibían ayuda espiritual. Pero los años pasaron inexorablemente y ambas hermanas se convirtieron en dos jóvenes muy hermosas, con una gran formación cultural y religiosa, amantes de servir a Dios y al prójimo.

Pero quiso el destino que siendo aún muy jóvenes, sus padres fallecieran súbitamente, motivo por el cual ambas hermanas, se quedaron huérfanas de la noche a la mañana. No obstante y totalmente apenadas vendieron todo su patrimonio y distribuyeron lo recaudado entre los más pobres y necesitados.

Luego se fueron a vivir en completa soledad, como ermitañas, pero cuando estaban llevando una feliz vida, de meditación, penitencia y oración, quiso el destino que fueran capturadas y se convirtieron inmediatamente en esclavas, seguidamente fueron llevadas a Tracia, una antigua región de Grecia, donde comenzaron a servir de esclavas en la casa de un noble mahometano.

Pasado algún tiempo, ambas hermanas fueron liberadas de la esclavitud de los mahometanos y tras la libertad Aurelia y Neomisia, ambas hicieron voto de perpetua castidad, dándole gracias a Dios, por su libertad. Al mismo tiempo Aurelia y Neomisia, decidieron realizar una peregrinación a Tierra Santa, para visitar los lugares santos de Palestina y los santuarios más famosos de Occidente, con el propósito de venerar los Santos Lugares de Jerusalén.

Durante su peregrinación, Aurelia y Neomisia, fueron predicando por doquier, el Evangelio de Jesucristo, adorando al Señor y rezándole continuamente. Cuando llegaron a su destino, estuvieron en los lugares donde Jesucristo nació y vivió e hicieron el trayecto de la Pasión hasta el monte Calvario.

En el transcurso de dicha peregrinación, Aurelia y Neomisia se llenaron de una extraordinaria religiosidad y decidieron continuar su peregrinación hasta la Ciudad Eterna, como santuario de la cristiandad de Occidente. Salieron de Palestina y llegaron a Italia traídas por un mar embravecido, guiadas por un Ángel, después de haber estado en Puglia y Lucania, se fueron a la ciudad de Roma, donde se instalaron.

Una vez Aurelia y Neomisia, instaladas en Roma, visitaron el sepulcro de los Santos Apóstoles y recibieron la bendición del Santo Padre. Durante el trayecto de peregrinación hasta la Ciudad Eterna, según la tradición popular, transmitida de boca en boca, tanto a Aurelia como, a Neomisia, se le atribuyeron muchísimos prodigios milagrosos.

 Después de su visita a la Ciudad Eterna, Aurelia y Neomisia, salieron de Roma y comenzaron a caminar por la Vía Latina, dichos lugares en aquellos momentos estaban infestados de soldados sarracenos, los cuales las sorprendieron y capturaron. Pues los sarracenos controlaban varias regiones italianas, en particular habían atacado y devastado Calabria y Lucania, incluso habían puesto sitio a Capua.

Tras haber sido capturadas Aurelia y Neomisia en la Vía Latina, por los musulmanes, estos la azotaron cruelmente y intentaron con sangrientas y cruentas torturas, que renunciaran a su Fe cristiana, hasta que las abandonaron casi muertas, sin haber conseguido que renunciaran a su Fe cristiana y se rindieran a su voluntad.

Sin embargo, estando ambas hermanas casi muertas, los musulmanes intentaron matarlas, pero en ese mismo momento se desató una fuerte tormenta enormemente violenta y particularmente la luz cegadora de los relámpagos, con un enorme estruendo de los truenos, asustaron al grupo de musulmanes, que asustados salieron huyendo inmediatamente, dejando libres a Aurelia y Neomisia.

Ambas hermanas libres, con pocas fuerzas y malheridas, pudieron proseguir su viaje y apenas pudieron llegar a Anagni, pues tomaron la decisión de quedarse en el pueblo de Macerata, que está a los pies de una colina, a 2 km de Anagni. Macerata es un pueblo del Agro Anagnino, donde fueron recogidas por una piadosa mujer, que se compadeció de la dolorosa y grave condición de ambas hermanas.

Una vez restablecidas milagrosamente, ambas hermanas se vieron obligadas a permanecer en el pueblo y retomaron su vida de caridad, oración y penitencia socorriendo a pobres, viejos y enfermos. Pero sobre todo Aurelia tenía los dones de la curación y de la profecía y diariamente acudía a la Iglesia, acompañada de su hermana, para rezar y participar en la Santa Misa.

Según narra la tradición, Aurelia salvó a los fieles de la parroquia, pues cierto domingo lluvioso corrió a avisar al párroco que parase la misa, pues iba a caer un rayo sobre la Iglesia, cl párroco inmediatamente le hizo caso y después de poner a salvo a todos los fieles, ocurrió lo que Aurelia predijo. Cierto día que Aurelia se encontraba en la Iglesia parroquial, durante las oraciones nocturnas, un ángel le anunció su ascenso al cielo.

Ambas hermanas tras una dilatada vida al servicio de Dios y el prójimo, enfermaron y murieron el mismo día, mientras rezaban durante las horas nocturnas. Las almas de Aurelia y Neomisia, se elevaron al Paraíso Celestial, a la presencia del Sumo Hacedor, el día 25 de septiembre en la segunda mitad del siglo XI, según las anotaciones del hagiógrafo belga, Constantinus Suyskenus o según la opinión del historiador francés en la segunda mitad del siglo IX.

Fuera en un siglo o en otro, lo cierto es que el día 25 de septiembre, se anuncio la muerte de las dos hermanas mártires, con el sonido de las campanas de Anagni, que se pusieron a tocar insistentemente y otros milagros manifestaron la santidad de las fallecidas. Tanto Aurelia como su hermana Neomisia, ambas recibieron cristiana sepultura en un oratorio de Macerata.

Posteriormente y debido a las incursiones de los bárbaros, sus cuerpos fueron trasladados al monasterio de Santa Reparata, cerca de la muralla de la ciudad. Luego aprovechando la visita del Papa León IX a la ciudad, Romualdo obispo de Anagni, preparó una ceremonia solemne, para trasladar las reliquias de las hermanas a la Basílica de la Catedral de Anagni.

Cuando termino la reconstrucción de la Catedral, las reliquias finalmente se colocaron en la cripta de San Magno, bajo el altar que tiene dedicado, cerca de las reliquias de Santa Secundina, donde reposan en la actualidad. Gran parte de las reliquias de Aurelia y Neomisia se conservan en dos urnas mandadas hacer en el año 1903, por el obispo Antonio Sardi.

Las santas vírgenes Aurelia y Neomisia, están representadas en algunos de los frescos del siglo XIII, en la cripta de la catedral de Anagni. Están a los lados de la Virgen en el techo absidal, tras el altar dedicado a ellas y aparecen otra vez en la pared izquierda, junto al altar. En la hornacina que Giacomo de Guerra hizo pintar en el año 1324, ambas santas están a ambos lados del obispo Pietro.

El día 25 de septiembre, fecha de su festividad, se exponen ambas urnas relicarios, en el altar de la catedral. Santa Aurelia de Anagni, también conocida como Santa Aurelia peregrina, mártir italiana venerada por la Iglesia Católica, como santa y virgen, la cual se venera junto con su hermana Neomisia, a la que estaba enormemente unida.

El culto a Santa Aurelia está muy extendido y la festividad de Santa Aurelia, fue introducido en el calendario litúrgico católico, por la propia diócesis de Anagni. En el año 1903, el culto tuvo confirmación canónica. El único texto conocido de los hechos de las Santas Aurelia y Neomisia, está en el Codx Chigi (Cod. Chigiano C. VIII. 235), escrito a principios del siglo XIV.

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Nacidas en Asia occidental, renunciaron a su nobleza para abrazar la peregrinación, la penitencia y la caridad. Torturadas por su fe, no cedieron ante el dolor ni la amenaza. Vivieron en oración, profecía y servicio oculto. Murieron juntas, en silencio, mientras rezaban en la noche.


Sus reliquias reposan en la cripta de San Magno, en Anagni.

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Fuente recopilación, por Vidas Santas


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