Día litúrgico: 21 de Septiembre: San Mateo, apóstol y evangelista
«No he venido a llamar a justos, sino a pecadores»
Rev. D.
Joan
PUJOL i Balcells - (La Seu d'Urgell, Lleida, España)
Hoy celebramos la fiesta del
apóstol y evangelista san Mateo. Él mismo nos cuenta en su Evangelio su
conversión. Estaba sentado en el lugar donde recaudaban los impuestos y
Jesús le invitó a seguirlo. Mateo —dice el Evangelio— «se levantó y le
siguió» (Mt 9,9). Con Mateo llega al grupo de los Doce un hombre
totalmente diferente de los otros apóstoles, tanto por su formación como
por su posición social y riqueza. Su padre le había hecho estudiar
economía para poder fijar el precio del trigo y del vino, de los peces
que le traerían Pedro y Andrés y los hijos de Zebedeo y el de las perlas
preciosas de que habla el Evangelio.
Su oficio, el de recaudador de impuestos, estaba mal visto. Quienes lo ejercían eran considerados publicanos y pecadores. Estaba al servicio del rey Herodes, señor de Galilea, un rey odiado por su pueblo y que el Nuevo Testamento nos lo presenta como un adúltero, el asesino de Juan Bautista y el que escarneció a Jesús el Viernes Santo. ¿Qué pensaría Mateo cuando iba a rendir cuentas al rey Herodes? La conversión de Mateo debía suponer una verdadera liberación, como lo demuestra el banquete al que invitó a los publicanos y pecadores. Fue su manera de demostrar el agradecimiento al Maestro por haber podido salir de una situación miserable y encontrar la verdadera felicidad. San Beda el Venerable, comentando la conversión de Mateo, escribe: «La conversión de un cobrador de impuestos da ejemplo de penitencia y de indulgencia a otros cobradores de impuestos y pecadores (...). En el primer instante de su conversión, atrae hacia Él, que es tanto como decir hacia la salvación, a todo un grupo de pecadores».
En su conversión se hace presente la misericordia de Dios como lo manifiestan las palabras de Jesús ante la crítica de los fariseos: «Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,13).
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Fuente: evangeli.net
es necesario dar gracias diarias a Dios y a la Virgen por los cuidados y ayudas que nos brindan.- Una oración por el Papa Francisco.-
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