miércoles, marzo 26, 2014

Evangelio Marzo 26, 2014

No crean que he venido a abolir la Ley
Mateo 5, 17-19.
Cuaresma.
Todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.

Del santo Evangelio según San Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No crean que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los cumpla y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.

Oración Introductoria
Jesús mío, yo quiero ser tu testigo y tu apóstol. No puedo ser indiferente ante la necesidad de transmitir tu palabra a todo el mundo, y saber que muchas almas se pierden por falta de conocimiento de ti.

Petición
Te pido Señor, que grabes en mi mente y en mi corazón la urgente necesidad de predicar y transmitir tu palabra, y de esa manera hacer que todo el mundo te conozca y se salve.

Meditación del Papa Francisco
La ley del Espíritu nos lleva por el camino del discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios, también esto nos asusta. Cuando nos asalta este miedo corremos el riesgo de sucumbir a dos tentaciones. La primera es la de volver atrás porque no estamos seguros. Pero esto interrumpe el camino. Es la tentación del miedo a la libertad, del miedo al Espíritu Santo: el Espíritu Santo nos da miedo. Cuando la seguridad plena está en el Espíritu Santo que te conduce hacia adelante, que te da confianza y, como dice Pablo, es más exigente: en efecto, Jesús dice que “antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley”. Por lo tanto es más exigente, incluso si no nos da la seguridad humana porque no podemos controlar al Espíritu Santo.
La segunda tentación es el "progresismo adolescente". No se trata de auténtico progreso: es una cultura que avanza, de la que no logramos desprendernos y de la cual tomamos las leyes y los valores que más nos gustan, como hacen precisamente los adolescentes. Al final, el riesgo que se corre es el de resbalar y salirse del camino. No podemos retroceder y deslizarnos fuera del camino. La ley es plena, siempre en continuidad, sin cortes: como la semilla que acaba en la flor, en el fruto. El camino es el de la libertad en el Espíritu Santo, que nos hace libres, en el discernimiento continuo sobre la voluntad de Dios, para seguir adelante por este camino, sin retroceder.(Cf. S.S. Francisco, 12 de junio de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta).

Reflexión
La fe que obtenemos por medio del Evangelio es un enorme tesoro que nos da el conocimiento de Cristo, y por él nos viene la vida. Sin embargo, es deber nuestro transmitir la Palabra que hemos recibido, de acuerdo con su mandato: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”. No podemos quedarnos solamente en la vivencia de su Palabra cuando hay tanta gente en este mundo que no le conoce. Así pues, todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús.
Dios nunca se deja ganar en generosidad, y promete, a todo el que quiera ser su mensajero, ser grande en el Reino de los Cielos. No dejemos en nuestra vida pasar la oportunidad de ganar un premio que no se acaba, y que a fin de cuentas es el que gozaremos por toda la eternidad.

Propósito
Meditaré un pasaje del evangelio y lo compartiré con mi familia.

Dialogo con Cristo
Jesús, a ejemplo tuyo quiero ser portador de tu palabra, y me propongo no solamente cumplir con tus mandamientos, sino también transmitirte a todos, y en todo momento, por medio de la predicación y el testimonio.
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Autor: Christian D. Garrido F | Fuente: Catholic.net

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