Día litúrgico: Martes XXIV del tiempo ordinario
Santoral 13 de Septiembre: San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia
«Joven, a ti te digo: levántate»
+ Rev. D.
Joan
SERRA i Fontanet - (Barcelona, España)
Hoy, dos comitivas se encuentran.
Una comitiva que acompaña a la muerte y otra que acompaña a la vida. Una
pobre viuda, seguida por sus familiares y amigos, llevaba a su hijo al
cementerio y de pronto, ve la multitud que iba con Jesús. Las dos
comitivas se cruzan y se paran, y Jesús dice a la madre que iba a
enterrar a su hijo: «No llores» (Lc 7,13). Todos se quedan mirando a
Jesús, que no permanece indiferente al dolor y al sufrimiento de aquella
pobre madre, sino, por el contrario, se compadece y le devuelve la vida
a su hijo. Y es que encontrar a Jesús es hallar la vida, pues Jesús
dijo de sí mismo: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11,25). San
Braulio de Zaragoza escribe: «La esperanza de la resurrección debe
confortarnos, porque volveremos a ver en el cielo a quienes perdemos
aquí».
Con la lectura del fragmento del Evangelio que nos habla de la resurrección del joven de Naím, podría remarcar la divinidad de Jesús e insistir en ella, diciendo que solamente Dios puede volver un joven a la vida; pero hoy preferiría poner de relieve su humanidad, para que no veamos a Jesús como un ser lejano, como un personaje tan diferente de nosotros, o como alguien tan excesivamente importante que no nos inspire la confianza que puede inspirarnos un buen amigo.
Los cristianos hemos de saber imitar a Jesús. Debemos pedir a Dios la gracia de ser Cristo para los demás. ¡Ojalá que todo aquél que nos vea, pueda contemplar una imagen de Jesús en la tierra! Quienes veían a san Francisco de Asís, por ejemplo, veían la imagen viva de Jesús. Los santos son aquellos que llevan a Jesús en sus palabras y obras e imitan su modo de actuar y su bondad. Nuestra sociedad tiene necesidad de santos y tú puedes ser uno de ellos en tu ambiente.
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Fuente: evangeli.net
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