Día litúrgico: Martes XI del tiempo ordinario
«Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial»
Rev. D.
Iñaki
BALLBÉ i Turu - (Terrassa, Barcelona, España)
Hoy, Cristo nos invita a amar. Amar
sin medida, que es la medida del Amor verdadero. Dios es Amor, «que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e
injustos» (Mt 5,45). Y el hombre, chispa de Dios, ha de luchar para
asemejarse a Él cada día, «para que seáis hijos de vuestro Padre
celestial» (Mt 5,45). ¿Dónde encontramos el rostro de Cristo? En los
otros, en el prójimo más cercano. Es muy fácil compadecerse de los niños
hambrientos de Etiopía cuando los vemos por la TV, o de los inmigrantes
que llegan cada día a nuestras playas. Pero, ¿y los de casa? ¿y
nuestros compañeros de trabajo? ¿y aquella parienta lejana que está sola
y que podríamos ir a hacerle un rato de compañía? Los otros, ¿cómo los
tratamos? ¿cómo los amamos? ¿qué actos de servicio concretos tenemos con
ellos cada día?
Es muy fácil amar a quien nos ama. Pero el Señor nos invita a ir más allá, porque «si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener?» (Mt 5,46). ¡Amar a nuestros enemigos! Amar aquellas personas que sabemos —con certeza— que nunca nos devolverán ni el afecto, ni la sonrisa, ni aquel favor. Sencillamente porque nos ignoran. El cristiano, todo cristiano, no puede amar de manera “interesada”; no ha de dar un trozo de pan, una limosna al del semáforo. Se ha de dar él mismo. El Señor, muriéndose en la Cruz, perdona a quienes le crucifican. Ni un reproche, ni una queja, ni un mal gesto...
Amar sin esperar nada a cambio. A la hora de amar tenemos que enterrar las calculadoras. La perfección es amar sin medida. La perfección la tenemos en nuestras manos en medio del mundo, en medio de nuestras ocupaciones diarias. Haciendo lo que toca en cada momento, no lo que nos viene de gusto. La Madre de Dios, en las bodas de Caná de Galilea, se da cuenta de que los invitados no tienen vino. Y se avanza. Y le pide al Señor que haga el milagro. Pidámosle hoy el milagro de saberlo descubrir en las necesidades de los otros.
=
Fuente: evangeli.net
Demos gracias a Dios y a la Virgen, diariamente, por los cuidados y ayudas que nos brindan. Una oración por el Papa Francisco.
ResponderBorrar