Santa Marciana de Cesárea de
Mauritania, Mártir
Julio 11
SANTA MARCIANA DE CESÁREA DE MAURITANIA (¿?-¿300?) nació en Russucur, la actual Dellys, en la provincia romana de Mauretania Cesariense, correspondiente a la actual Argelia.
Son pocos los datos que se tienen de Santa Marciana antes de su martirio. Después de su niñez se le ubica en la ciudad de Cesárea de Mauritania (llamada así para distinguirla de otras ciudades del Imperio Romano con el mismo nombre), que era capital de la provincia e importante puerto mercantil (es la actual Cherchell, en Argelia).
Profesando un ferviente cristianismo, Santa Marciana se había retirado a una ermita en las montañas para dedicar su vida a la penitencia y la oración.
Cuentan las referencias que Santa Marciana aborrecía rigurosamente a las imágenes paganas. Cierto día que se encontraba eventualmente en Cesárea, pasó por un sitio en donde había una escultura de la diosa romana Diana. Marciana no pudo contenerse, y le quebró la cabeza a la imagen.
Fue arrestada en el acto. Después de sufrir diferentes torturas, Santa Marciana de Cesárea de Mauritania recibió la condenada de morir devorada por bestias.
Así pues, la arrojaron en un foso donde soltaron a un león hambriento. Ocurrió entonces que el león se le acercó mansamente y la respetó.
Sin embargo, enseguida le dejaron ir un toro bravísimo, el cual le clavó sus cuernos en el torso, la sacudió y la arrojó sobre la arena. Finalmente soltaron a un leopardo, que terminó de desgarrarle el cuerpo y destrozarla.
SANTA MARCIANA DE CESÁREA DE MAURITANIA nos ofrece un ejemplo de las horribles formas de morir que padecieron incontables cristianos en los primeros siglos de nuestra era.
SANTA MARCIANA DE CESÁREA DE MAURITANIA (¿?-¿300?) nació en Russucur, la actual Dellys, en la provincia romana de Mauretania Cesariense, correspondiente a la actual Argelia.
Son pocos los datos que se tienen de Santa Marciana antes de su martirio. Después de su niñez se le ubica en la ciudad de Cesárea de Mauritania (llamada así para distinguirla de otras ciudades del Imperio Romano con el mismo nombre), que era capital de la provincia e importante puerto mercantil (es la actual Cherchell, en Argelia).
Profesando un ferviente cristianismo, Santa Marciana se había retirado a una ermita en las montañas para dedicar su vida a la penitencia y la oración.
Cuentan las referencias que Santa Marciana aborrecía rigurosamente a las imágenes paganas. Cierto día que se encontraba eventualmente en Cesárea, pasó por un sitio en donde había una escultura de la diosa romana Diana. Marciana no pudo contenerse, y le quebró la cabeza a la imagen.
Fue arrestada en el acto. Después de sufrir diferentes torturas, Santa Marciana de Cesárea de Mauritania recibió la condenada de morir devorada por bestias.
Así pues, la arrojaron en un foso donde soltaron a un león hambriento. Ocurrió entonces que el león se le acercó mansamente y la respetó.
Sin embargo, enseguida le dejaron ir un toro bravísimo, el cual le clavó sus cuernos en el torso, la sacudió y la arrojó sobre la arena. Finalmente soltaron a un leopardo, que terminó de desgarrarle el cuerpo y destrozarla.
SANTA MARCIANA DE CESÁREA DE MAURITANIA nos ofrece un ejemplo de las horribles formas de morir que padecieron incontables cristianos en los primeros siglos de nuestra era.
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