Antipapa Félix II. La imagen corresponde a la lista de papas de la Basílica de San Pablo Extramuros, en el tiempo en que se consideraba un Papa legítimo |
Febrero 20 - 29 - Julio 29
Félix II (* Roma, ¿? - † Porto, 22 de noviembre de 365), antipapa de la Iglesia Católica entre 355 y 365, aunque durante la Edad Media figuró entre los papas considerados legítimos.
Arcediano de la iglesia de Roma, al decretar el emperador Constancio II el destierro del papa Liberio en 355 por negarse este a condenar a Atanasio, fue consagrado pontífice por tres obispos arrianos y aunque fue reconocida por el clero romano, no consiguió el apoyo del pueblo que siguió fiel al papa desterrado.
En 357, el desterrado Liberio condena las ideas de Atanasio en el denominado Formulario de Sirmio logrando con ello que el emperador Constancio II le permita regresar a Roma con la intención de que la Iglesia estuviese gobernada tanto por Liberio como por Félix.
No obstante tras el retorno de Liberio, en 358, el pueblo romano rechazo la bicefalia de la Iglesia y se decantó por Liberio obligando a Félix a abandonar Roma y refugiarse en Porto donde fallecería. Aunque no consta que sufriera martirio alguno, el martirologio romano lo incluye como tal fijando su fiesta el 20 de julio.
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Fuente: es.wikipedia.org
Félix II
Papa (más apropiadamente antipapa), 355-358; murió el 22 de noviembre de 365 . En el año 355 el Papa Liberio fue desterrado a Berea en Tracia por el emperador Constancio porque defendía tenazmente la definición de fe nicena y rehusaba condenar a San Atanasio de Alejandría.
El clero romano se comprometió en cónclave solemne a no reconocer a ningún otro obispo de Roma mientras Liberio estuviera vivo ("Marcellini et Fausti Libellus precum", no.1: "Quae gesta sunt inter Liberium et Felicem episcopos" en "Collectio Avellana", ed. Gunter; Hieronymus, "Chronicon", ad an. Abr. 2365). Sin embargo el emperador, que estaba suplantando a los obispos católicos exiliados con obispos de tendencias arrianas, se esforzaba en instalar un nuevo obispo de Roma en lugar del desterrado Liberio. Invitó a Félix, archidiácono de la Iglesia romana, a Milán y cuando llegó, Acacio de Cesarea logró convencerle de que aceptara el oficio del que Liberio había sido expulsado a la fuerza, y a ser consagrado por Acacio y otros dos obispos arrianos.
La mayoría del clero romano admitió la validez de su consagración, pero los laicos no querían saber nada de él y permanecieron fieles al desterrado pero legítimo Papa.
Cuando Constancio visitó Roma en mayo de 357, el pueblo exigió la vuelta de su legítimo obispo Liberio, quien, de hecho, volvió inmediatamente después de firmar la tercera fórmula de Sirmium. Los obispos, reunidos en esa ciudad de la Baja Panonia escribieron a Félix y al clero romano aconsejándoles que recibieran a Liberio con toda caridad, que dejaran de lado sus disensiones; se añadía que Liberio y Félix debían gobernar juntos la Iglesia de Roma.
La gente recibió a su legítimo papa con gran entusiasmo, pero se levantó una gran conmoción contra Félix, que fue finalmente expulsado de la ciudad. Poco después intentó con la ayuda de sus seguidores ocupar la Basílica Julii (Santa María del Trastevere), pero fue finalmente desterrado a perpetuidad por un voto unánime del senado y del pueblo. Se retiró a la cercana Porto donde vivió tranquilamente hasta su muerte. Liberio les permitió a los miembros del clero romano, incluyendo a los seguidores de Félix, mantener sus puestos.
Más tarde la leyenda confunde las relativas posiciones de Félix y Liberio. En los apócrifos "Acta Felicis" y "Acta Liberii", así como en el "Liber Pontificalis", Félix es retratado como un santo y confesor de la verdadera fe. Esta distorsión de los verdaderos hechos se originó muy probablemente por la confusión de éste Félix con otro Félix, mártir romano de una fecha anterior.
Según el "Liber Pontificalis", que puede estar registrando aquí una tradición confiable, Félix construyo una iglesia en la vía Aurelia. Es bien sabido que en esta vía estaba enterrado un mártir romano, Félix; de ahí parece probable que surgiera la confusión (Ver Papa San Félix I) en la cual se perdió la verdadera historia del antipapa y él obtuvo en la historia local romana la condición de santo y confesor.
Y así aparece en el Martirologio Romano en el 29 de julio.
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Fuente: Kirsch, Johann Peter. "Felix II." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/06030a.htm>.
Traducido por Pedro Royo. Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.
Tomado de: ec.aciprensa.com
LA HISTORIA de este personaje es oscura, incierta y sorprendente. El año
355, el emperador Constancio llevó preso a Milán al Papa Liberio y después le
desterró a Tracia por haber sostenido las definiciones del Concilio de Nicea v
por haberse negado a condenar a San Atanasio. "¿Quién sois vos", dijo el
emperador al Pontífice, "para defender a Atanasio contra el mundo entero?" Un
diácono de Roma, llamado Félix, aprovechó la ocasión para hacerse consagrar Papa
por tres obispos arrianos; pero sólo una parte del clero de la ciudad lo aceptó
como Pontífice; en cuanto a los laicos, ninguno de los miembros de la nobleza le
reconoció, fuera de los miembros de la corte imperial.
Los habitantes de Roma rogaron insistentemente a Constancio, cuando este visitó la ciudad, que restituyese al Papa Liberio. El año 357, el verdadero Papa volvió a Roma, donde fue recibido con gran entusiasmo por el pueblo. Felix huyó, tras de haber intentado en vano ofrecer resistencia. El senado le prohibio que volviese a Roma. Murió cerca de Porto, el 22 de noviembre de 365.
Como se ve, es difícil comprender por qué se honra a Félix como Papa, santo y mártir. Sin embargo, así sucede en ciertos documentos espurios de principios del siglo VI, las "Gesta Felicis" y las "Gesta Liberii". El error se extiende hasta el mismo Martirologio Romano, en el que se lee el día de hoy: "En Roma, en la Vía Aurelia, la conmemoración del entierro de San Félix II, Papa y mártir, quien fue arrojado de la sede pontificia por el emperador arriano Constancio por haber defendido la fe católica. Murió gloriosamente, asesinado en secreto por la espada, en Cera de Toscana. Su cuerpo fue trasladado por el clero de la ciudad y sepultado en la misma Vía.
Más tarde, fue trasladado a la iglesia de los Santos Cosme y Damián; ahí fue descubierto, bajo el altar de Gregorio XIII, junto con las reliquias de los santos mártires Marcos, Marceliano y Tranquilino. Las reliquias de los cuatro santos fueron de nuevo sepultadas ahí mismo el 31 de julio". Es evidente que se trata de una confusión con el Papa Liberio, a no ser que alguien haya intercambiado deliberadamente los papeles que ambos personajes desempeñaron en la historia.
El Líber Pontificalis refiere que el archidiácono Félix construyó una iglesia en la Vía Aurelia, donde se hallaba la tumba del mártir San Félix; seguramente que ese hecho constituyó una nueva fuente de errores.
A partir de 1947, el "Anuario Pontificio" incluyó a "Félix II" en la lista de los antipapas.
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Alban Butler - Vida de los Santos
Tomado de: ddcob.org
Los habitantes de Roma rogaron insistentemente a Constancio, cuando este visitó la ciudad, que restituyese al Papa Liberio. El año 357, el verdadero Papa volvió a Roma, donde fue recibido con gran entusiasmo por el pueblo. Felix huyó, tras de haber intentado en vano ofrecer resistencia. El senado le prohibio que volviese a Roma. Murió cerca de Porto, el 22 de noviembre de 365.
Como se ve, es difícil comprender por qué se honra a Félix como Papa, santo y mártir. Sin embargo, así sucede en ciertos documentos espurios de principios del siglo VI, las "Gesta Felicis" y las "Gesta Liberii". El error se extiende hasta el mismo Martirologio Romano, en el que se lee el día de hoy: "En Roma, en la Vía Aurelia, la conmemoración del entierro de San Félix II, Papa y mártir, quien fue arrojado de la sede pontificia por el emperador arriano Constancio por haber defendido la fe católica. Murió gloriosamente, asesinado en secreto por la espada, en Cera de Toscana. Su cuerpo fue trasladado por el clero de la ciudad y sepultado en la misma Vía.
Más tarde, fue trasladado a la iglesia de los Santos Cosme y Damián; ahí fue descubierto, bajo el altar de Gregorio XIII, junto con las reliquias de los santos mártires Marcos, Marceliano y Tranquilino. Las reliquias de los cuatro santos fueron de nuevo sepultadas ahí mismo el 31 de julio". Es evidente que se trata de una confusión con el Papa Liberio, a no ser que alguien haya intercambiado deliberadamente los papeles que ambos personajes desempeñaron en la historia.
El Líber Pontificalis refiere que el archidiácono Félix construyó una iglesia en la Vía Aurelia, donde se hallaba la tumba del mártir San Félix; seguramente que ese hecho constituyó una nueva fuente de errores.
A partir de 1947, el "Anuario Pontificio" incluyó a "Félix II" en la lista de los antipapas.
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Alban Butler - Vida de los Santos
Tomado de: ddcob.org
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