Julio 2
fecha en el calendario anterior: 17 de agosto
†: 484 - país: África Septentrional
canonización: pre-congregación
Conmemoración de los santos mártires Liberato, abad, Bonifacio, diácono, Servo y Rústico, subdiáconos, Rogato y Septimio, monjes, y el niño Máximo, quienes en Cartago, durante la persecución desencadenada por los vándalos bajo el rey arriano Hunerico, por confesar la verdadera fe católica y un solo bautismo fueron sometidos a crueles tormentos y muertos a golpes de remo en la cabeza mientras estaban tendidos sobre los leños donde los iban a quemar, y así concluyeron el curso de su admirable combate, recibiendo del Señor la corona del martirio.
Hunerico, el rey vándalo -y arriano- de África,
publicó en el séptimo año de su reinado un edicto contra los católicos y mandó
demoler todos los monasterios. Siete monjes que vivían cerca de Capsa, en la
provincia de Bizacene, fueron convocados a Cartago. Sus nombres eran: Librado o
Liberato, abad del monasterio; Bonifacio, diácono; Servo y Rústico, subdiáconos;
Rogato, Séptimo y Máximo, monjes. Como se les hiciesen magníficas promesas si
abrazaban el arrianismo, los monjes respondieron al unísono: «Confesamos que hay
un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. En cuanto a nuestros cuerpos, haz
de ellos lo que te parezca y guárdate las riquezas perecederas que nos ofreces».
Entonces el juez mandó que se los encadenase y se los encerrase en una
mazmorra.
Cuando el rey lo supo, redobló tiránicamente la
pena impuesta por el juez y poco después los mandó quemar vivos. Los
perseguidores hicieron lo imposible por tentar a Máximo, que era muy joven (en
realidad era uno de los alumnos de los monjes, el Martirologio Romano dice
«niño»), pero Dios, que have brotar alabanzas de la boca de los niños, le dio la
fortaleza necesaria para vencer la tentación. En efecto, el joven declaró que
jamás lograrían apartarle del abad y de sus hermanos. El juez mandó llenar de
leña un viejo navio y obligó a los mártires a embarcarse en él; pero todos los
intentos de los perseguidores por incendiar la nave fracasaron. Entonces, el
propio Hunerico dio la orden de desembarcar a los confesores de Cristo y de
romperles el cráneo a mazazos.
Todos los datos que poseemos acerca de estos
mártires provienen de una pasión que se atribuía antiguamente a Víctor de Vita.
En Acta Sanctorum, agosto, vol. III, puede verse el documento con algunos
comentarios.
Imagen: Los tres jóvenes en el horno (Dn 3), en una representación catacumbal del año 206, en Roma.
Imagen: Los tres jóvenes en el horno (Dn 3), en una representación catacumbal del año 206, en Roma.
=
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Tomado de: eltestigofiel.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario