martes, septiembre 16, 2025

Evangelio Septiembre 16, 2025

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Martes 24 del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 7,11-17): En aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con Él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores». Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y Él dijo: «Joven, a ti te digo: levántate». El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.


«Joven, a ti te digo: levántate»

Rev. D. Joan SERRA i Fontanet - (Barcelona, España)


Hoy, dos comitivas se encuentran. Una comitiva que acompaña a la muerte y otra que acompaña a la vida. Una pobre viuda, seguida por sus familiares y amigos, llevaba a su hijo al cementerio y de pronto, ve la multitud que iba con Jesús. Las dos comitivas se cruzan y se paran, y Jesús dice a la madre que iba a enterrar a su hijo: «No llores» (Lc 7,13). Todos se quedan mirando a Jesús, que no permanece indiferente al dolor y al sufrimiento de aquella pobre madre, sino, por el contrario, se compadece y le devuelve la vida a su hijo. Y es que encontrar a Jesús es hallar la vida, pues Jesús dijo de sí mismo: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11,25). San Braulio de Zaragoza escribe: «La esperanza de la resurrección debe confortarnos, porque volveremos a ver en el cielo a quienes perdemos aquí».

Con la lectura del fragmento del Evangelio que nos habla de la resurrección del joven de Naím, podría remarcar la divinidad de Jesús e insistir en ella, diciendo que solamente Dios puede volver un joven a la vida; pero hoy preferiría poner de relieve su humanidad, para que no veamos a Jesús como un ser lejano, como un personaje tan diferente de nosotros, o como alguien tan excesivamente importante que no nos inspire la confianza que puede inspirarnos un buen amigo.

Los cristianos hemos de saber imitar a Jesús. Debemos pedir a Dios la gracia de ser Cristo para los demás. ¡Ojalá que todo aquél que nos vea, pueda contemplar una imagen de Jesús en la tierra! Quienes veían a san Francisco de Asís, por ejemplo, veían la imagen viva de Jesús. Los santos son aquellos que llevan a Jesús en sus palabras y obras e imitan su modo de actuar y su bondad. Nuestra sociedad tiene necesidad de santos y tú puedes ser uno de ellos en tu ambiente.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Cristo es la encarnación definitiva de la Misericordia, su signo viviente» (San Juan Pablo II)
  • «Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales» (Francisco)
  • «Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: ‘Yo soy la resurrección y la vida’ (Jn 11,25). (…) En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 994)

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Fuente: https://evangeli.net

Santoral Septiembre 16




-Beata Imelda Lambertini, Religiosa

-Beato Juan Macías, Confesor Dominico en Lima

-Beata María Celina de la Presentación, Monja

-Beato Estanislao de Jesús María Papczynski, Presbítero

-Beato Víctor III, Papa


-Jesús Nazareno

-Nuestra Señora de la Carballeda, Zamora

-Nuestra Señora del Camino, León


-San Abdallah de Córdoba, Mártir

-San Abundancio de Córdoba, Diácono y Mártir

-San Abundio de Córdoba, Presbítero y Mártir

-San Andrés Kim Taegon, Presbítero y Mártir

-San Auxilio de Tolosa, Obispo

-San Cibardo de Lérida, Monje

-San Cipriano de Cartago, Obispo, Mártir y Doctor de la Iglesia

-San Cipriano de Kiev, Metropolita y Confesor

-San Cornelio de Roma, Papa y Mártir

-San Cuniberto de Tréveris, Abad

-San Geminiano de Córdoba, Mártir

-San Juan de Córdoba, Mártir

-San Marciano de Córdoba, Mártir

-San Martín, Presbítero

-San Niniano de Escocia, Obispo y Apóstol

-San Principio de Soissons, Obispo

-San Prisciano de Brescia, Obispo y Mártir

-San Prisco de Capua, Obispo y Mártir

-San Rogelio de Córdoba, Monje y Mártir

-San Servideo de Córdoba, Mártir


-Santa Adelaida, Emperatriz

-Santa Dulcísima de Córdoba, Mártir

-Santa Edita de Inglaterra, Monja

-Santa Eimbilda de Alemania, Abadesa

-Santa Eufemia de Calcedonia, Mártir

-Santa Eufemia de Olense, Virgen y Mártir, Málaga

-Santa Eugenia de Hohenburg, Abadesa

-Santa Eumelia de Córdoba, Mártir

-Santa Gundelinda de Alemania, Abadesa

-Santa Lucía de Roma, Mártir

-Santa Ludmila de Bohemia, Duquesa y Mártir

-Santa Rosoínda de Italia, Virgen

-Santa Rosvinda de Alemania, Virgen

-Santa Sebastiana de Egipto, Mártir



lunes, septiembre 15, 2025

Índice Cristológico, por meses

Índice Cristológico, mes por mes

Las advocaciones cristológicas son títulos, imágenes y devociones que la Iglesia, tanto en su liturgia universal como en las tradiciones locales, ha dedicado a Jesucristo, Salvador y Redentor del mundo. Estas expresiones de fe abarcan todas las dimensiones de su misterio:


Su infancia en el Niño Jesús,

Su ministerio y enseñanzas bajo los títulos del Buen Pastor, del Divino Maestro o del Sagrado Corazón,

Su pasión y muerte en la cruz, presentes en innumerables advocaciones al Cristo Crucificado,

Su resurrección y gloria, como el Cristo de la Victoria, el Cristo Resucitado y el Señor de la Vida Eterna.


A lo largo del año litúrgico y del calendario popular, se celebran fiestas y memorias que recuerdan el Santísimo Nombre de Jesús, el Sagrado Corazón, el Corpus Christi, y múltiples imágenes veneradas en pueblos y ciudades del mundo entero. Cada advocación representa una manera concreta de acercarse al misterio de Cristo: como consuelo en el sufrimiento, esperanza en la prueba, maestro de vida cristiana o rey glorioso de la historia.


Este índice recoge, día por día, las principales advocaciones universales y locales, tanto antiguas como recientes, que enriquecen la vida de la Iglesia y del pueblo fiel. De este modo, se ofrece un camino espiritual que acompaña todo el año y permite descubrir la amplitud y profundidad del amor de Cristo manifestado en cada lugar y en cada tiempo.

Índice Cristológico (versión histórica y explicativa)


Las advocaciones cristológicas tienen sus raíces en la misma historia de la Iglesia. Desde los primeros siglos, los fieles invocaron a Jesucristo con títulos que expresaban su fe en el Redentor y su cercanía con las comunidades.


En los orígenes, la liturgia se centraba en los grandes misterios: el Nacimiento, la Pasión, la Resurrección y la Ascensión del Señor. Con el tiempo, estas celebraciones dieron lugar a fiestas universales como la Natividad del Señor (Navidad), la Epifanía, la Exaltación de la Santa Cruz y el Corpus Christi.


Paralelamente, en diversas regiones se fueron multiplicando los títulos de devoción:


El Niño Jesús, representando la ternura de Dios hecho hombre, venerado en imágenes como el Niño de Praga, el Niño de Atocha o el Divino Niño de Bogotá.

El Cristo Crucificado, signo del amor redentor, invocado bajo nombres locales: Cristo de la Misericordia, Cristo del Consuelo, Cristo de la Salud, entre muchos otros.

El Cristo Resucitado y Glorioso, celebrado especialmente en la Pascua y en advocaciones como el Cristo de la Luz o el Cristo Triunfante.

El Cristo Eucarístico y el Sagrado Corazón de Jesús, que en los siglos XVII al XIX dieron origen a una oleada de devociones aprobadas y propagadas por órdenes religiosas y papas.


Así, cada pueblo y nación enriqueció el patrimonio de la Iglesia con títulos propios, en los que Cristo se convierte en hermano cercano, protector y esperanza viva.


Este índice no solo reúne las fiestas universales, sino también las innumerables advocaciones locales y regionales que muestran la vitalidad de la fe. Son huellas visibles de cómo Jesucristo ha querido habitar en cada rincón del mundo y permanecer en la memoria y el corazón de los fieles.

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Vidas Santas




Evangelio Septiembre 15, 2025

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15 de septiembre: Nuestra Señora de los Dolores

Texto del Evangelio (Lc 2,33-35): En aquel tiempo, el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».


«Una espada te atravesará el alma»

P. Abad Dom Josep Mª SOLER OSB Abad de Montserrat - (Barcelona, España)


Hoy, en la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, escuchamos unas palabras punzantes en boca del anciano Simeón: «¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!» (Lc 2,35). Afirmación que, en su contexto, no apunta únicamente a la pasión de Jesucristo, sino a su ministerio, que provocará una división en el pueblo de Israel, y por lo tanto un dolor interno en María. A lo largo de la vida pública de Jesús, María experimentó el sufrimiento por el hecho de ver a Jesús rechazado por las autoridades del pueblo y amenazado de muerte.

María, como todo discípulo de Jesús, ha de aprender a situar las relaciones familiares en otro contexto. También Ella, por causa del Evangelio, tiene que dejar al Hijo (cf. Mt 19,29), y ha de aprender a no valorar a Cristo según la carne, aun cuando había nacido de Ella según la carne. También Ella ha de crucificar su carne (cf. Ga 5,24) para poder ir transformándose a imagen de Jesucristo. Pero el momento fuerte del sufrimiento de María, en el que Ella vive más intensamente la cruz es el momento de la crucifixión y la muerte de Jesús.

También en el dolor, María es el modelo de perseverancia en la doctrina evangélica al participar en los sufrimientos de Cristo con paciencia (cf. Regla de san Benito, Prólogo 50). Así ha sido durante toda su vida, y, sobre todo, en el momento del Calvario. De esta manera, María se convierte en figura y modelo para todo cristiano. Por haber estado estrechamente unida a la muerte de Cristo, también está unida a su resurrección (cf. Rm 6,5). La perseverancia de María en el dolor, realizando la voluntad del Padre, le proporciona una nueva irradiación en bien de la Iglesia y de la Humanidad. María nos precede en el camino de la fe y del seguimiento de Cristo. Y el Espíritu Santo nos conduce a nosotros a participar con Ella en esta gran aventura.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Así como tenemos que estar agradecidos a Jesús por su Pasión, sufrida por amor nuestro, así también tenemos que estar llenos de gratitud hacia María Santísima por el martirio que, al morir su Hijo, quiso soportar voluntariamente para salvarnos» (San Alberto Magno)
  • «Al pie de la cruz, María junto con Juan, es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús. Dirijamos a Ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús» (Francisco)
  • «María es la orante perfecta, figura de la Iglesia. Cuando le rezamos, nos adherimos con Ella al designio del Padre, que envía a su Hijo para salvar a todos los hombres. Como el discípulo amado, acogemos a la madre de Jesús, hecha madre de todos los vivientes. Podemos orar con Ella y a Ella. La oración de la Iglesia está sostenida por la oración de María. Le está unida en la esperanza» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.679)

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Fuente: https://evangeli.net

Santoral Septiembre 15




-Beato Basilio Antonio María Moreau, Presbítero

-Beatos Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, Indígenas Mártires

-Beato Orlando o Rolando, Ermitaño

-Beato Pablo Manna, Presbítero y Fundador


-El Cristo de la Epidemia

-La Virgen Dolorosa – Orense

-Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas – Córdoba

-Nuestra Señora de las Tribulaciones y Paz Interior – Burgos

-Nuestra Madre de la Piedad – León

-Nuestra Señora Aparecida – Brasil

-Nuestra Señora Bien Aparecida – Santander (España)

-Nuestra Señora da Soidade – Pontevedra

-Nuestra Señora de la Aurora

-Nuestra Señora de la Estrella

-Nuestra Señora de la Piedad, general (Muño – Burgos, de la Pietat – Lérida)

-Nuestra Señora de la Soledad (y variantes: del Traspaso y Soledad – Guadalajara)

-Nuestra Señora de la Vid

-Nuestra Señora de las Lágrimas y Favores – Málaga

-Nuestra Señora de las Angustias – Patrona de Granada

-Nuestra Señora de las Injurias – Callosa, Alicante

-Nuestra Señora de Maríazel

-Nuestra Señora de Valvanera – Patrona de La Rioja

-Nuestra Señora del Capítulo

-Nuestra Señora del Espino

-Nuestra Señora del Mar – Gerona

-Nuestra Señora Madre del Dolor – Madrid

-Nuestra Señora Virgen de los Dolores


-Santa María de la Quinta Angustia – Granada

-Santa María del Monte Calvario – Málaga

-Santa María, Madre del Redentor – Valencia

-Virgen de la Aflicción – Andalucía

-Virgen de la Amargura

-Virgen de la Sexta Angustia – León

-Los Siete Dolores de la Santísima Virgen

-Virgen de los Afligidos – Valencia

-Virgen del Amor Doloroso – Málaga

-Virgen del Cristal – Orense

-Virgen del Portal


-San Aicardo de Jumiéges, (Achard), Abad

-San Albino, Obispo

-San Aper, Obispo

-San Apro, Obispo

-San Asclepiodoto, Mártir

-San Bonifacio V, Papa

-San Camilo Constanzo, Religioso y Mártir

-San Cipriano, Obispo y Mártir

-San Cirino, Mártir

-San Elías, Mártir

-San Emilio de Córdoba, Diácono y Mártir

-San Epiro, Obispo

-San Froila, Religioso y Mártir

-San Glicerio, Obispo

-San Gordiano, Mártir

-San Herculano, Mártir

-San Jeremías, Mártir

-San Juan, Anacoreta

-San Leobino, Obispo

-San Leoncio, Mártir

-San Lorenzo de Ripafratta, Monje

-San Lucio, Mártir

-San Macrobio, Mártir

-San Máximo, Mártir

-San Merino, Obispo

-San Nicetas el Godo, Mártir

-San Nicomedes, Presbítero y Mártir

-San Porfirio, Mártir

-San Riberto, Abad

-San Rolando de Médicis, Ermitaño

-San Serapión, Mártir

-San Silvano, Obispo

-San Teodoro, Mártir

-San Teodoto, Mártir

-San Valeriano, Mártir

-San Zótico, Mártir


-Santa Apronia, Virgen

-Santa Catalina Fieschi de Génova, Viuda

-Santa Eutropia, Viuda

-Santa Melitina, Mártir