sábado, noviembre 30, 2013

Evangelio Noviembre 30, 2013

El pequeño hermano de Pedro
Mateo 4, 18-22.
Fiesta de San Andrés.
¿Y si Andrés no hubiera seguido a Cristo? Entonces Pedro, primer Papa de la Historia de la Iglesia no lo hubiera conocido.

Del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.
Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.


Oración introductoria
Ven Espíritu Santo, dame la luz para aguardar, en silencio, el llamado que Jesús quiera darme en esta oración. Fortalece mi espíritu para que sepa responder rápida y eficazmente, con generosidad y amor, a lo que Dios, en su Divina Providencia, quiera pedirme.

Petición
Señor, quiero seguirte, conviérteme en un auténtico discípulo y misionero de tu amor.

Meditación del Papa
Dios nos acompaña, Dios nos llama por nuestro nombre, Dios nos promete una descendencia. Y esta es un poco la seguridad del cristiano. ¡No es una casualidad, es una llamada! Una llamada que nos hace seguir adelante. Ser cristiano es un llamado de amor, de amistad; una llamada a convertirse en hijo de Dios, hermano de Jesús; a ser fecundo en la transmisión de esta llamada a los demás, a ser instrumentos de esta llamada. Hay tantos problemas, hay momentos difíciles: ¡Jesús ha pasado por tantos! Pero siempre con esa confianza: El Señor me ha llamado. El Señor es como yo. El Señor me ha prometido. Dios es fiel, pues Él nunca puede renegar de sí mismo: Él es la lealtad. Y pensando en esta pasaje donde Abraham es ungido como padre, por primera vez, padre de los pueblos, pensamos también en nosotros que hemos sido ungidos en el Bautismo, y pensamos en nuestra vida cristiana. (cf S.S. Francisco,25 de junio de 2013)

Reflexión
Dos grupos de hermanos presenta nuestro Evangelio de hoy, quizás insinuándonos que las cosas para Dios tienen caminos tan singulares como llamar a todo el "futuro" de una familia. Pero si es Cristo quien llama... El sabe de sobra lo que hace. Y lo que hacía con la familia de Pedro y de Santiago era algo verdaderamente espectacular.

Andrés, el pequeño hermano de Pedro. ¡Quién lo fuera a pensar! De esos dos hombres habría de sacar la roca donde edificar la Santa Madre Iglesia. Efectivamente, porque otro pasaje, el que nos refiere Juan en su primer capítulo, nos presenta a los dos hermanos menores que se les ocurre seguir a Cristo, le conocen y ellos, terriblemente impresionados de ese singular Hombre que es Jesús, se lo cuentan a sus respectivos hermanos, que debieron ser hombres recios pues eran pescadores, y de gran corazón.

¿Y si Andrés no hubiera seguido a Cristo? O pongamos que lo hubiese seguido, ¿si no le hubiese dicho nada a Pedro? Era legítimo que se callase. El había encontrado al Señor y Pedro era ciertamente su hermano pero nada más. Pero cuando uno conoce a Cristo inevitablemente lo da a conocer. De no haberlo hecho no tendríamos quizás a Pedro, primer Papa de la Historia de la Iglesia.

Sin embargo Andrés comprendió bien lo que significaba haber estado con el Señor. Tenía que mostrárselo a fuerzas a su hermano, tenía que llevarlo a su presencia como lo hizo, aunque Pedro se la estuviera pasando muy bien entre sus pescados, aunque fuera el "hombre" de la casa, aunque no aparentara tener mucha resonancia interior.

Andrés es, pues, el que lo conduce a Cristo, es el que nos hizo el favor de poder tener a ese Pedro tan bueno entre nosotros. Y tan buen hermano fue que no sólo fue apóstol como su hermano sino que dio su vida en la cruz y fundó (así es estimado en las iglesias de oriente) con su sangre la fe de tantos hermanos nuestros que, con la gracia de Dios, tendremos algún día el gusto de abrazar en la plena comunión con Roma. Andrés, buen ejemplo.
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Autor: P. Juan Gralla | Fuente: Catholic.net

La Corona de Adviento

La Corona de Adviento

Que es el Adviento?



Que es el Adviento?
(en 3 estampas)

Como realizar una Corona de Adviento



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(en 3 estampas)

San Andrés, Apóstol

San Andrés, Apóstol
Noviembre 30

Martirologio Romano: Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en Acaya y que fue crucificado en Patras. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono. 60

Andrés era hermano de Simón Pedro y como él pescador en Cafarnaúm, a donde ambos habían llegado de su natal Betsaida. Como lo demuestran las profesiones que ejercían los doce apóstoles, Jesús dio la preferencia a los pescadores, aunque dentro del colegio apostólico están representados los agricultores con Santiago el Menor y su hermano Judas Tadeo, y los comerciantes con la presencia de Mateo. De los doce, el primero en ser sacado de las faenas de la pesca en el lago de Tiberíades para ser honrado con el titulo de “pescador de hombres” fue precisamente Andrés, junto con Juan.

Los dos primeros discípulos ya habían respondido al llamamiento del Bautista, cuya incisiva predicación los había sacado de su pacífica vida cotidiana para prepararse a la inminente venida del Mesías. Cuando el austero profeta se lo señaló, Andrés y Juan se acercaron a Jesús y con sencillez se limitaron a preguntarle: “Maestro, ¿dónde habitas?”, signo evidente de que en su corazón ya habían hecho su elección.

Andrés fue también el primero que reclutó nuevos discípulos para el Maestro: “Andrés encontró primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos encontrado al Mesías. Y lo llevó a Jesús”. Por esto Andrés ocupa un puesto eminente en la lista de los apóstoles: los evangelistas Mateo y Lucas lo colocan en el segundo lugar después de Pedro.
Además del llamamiento, el Evangelio habla del Apóstol Andrés otras tres veces: en la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho con unos panes y unos peces; cuando se hace intermediario de los forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús; y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.

Después de la Ascensión la Escritura no habla más de él. Los muchos escritos apócrifos que tratan de colmar este silencio son demasiado fabulosos para que se les pueda creer. La única noticia probable es que Andrés anunció la buena noticia en regiones bárbaras como la Scitia, en la Rusia meridional, como refiere el historiador Eusebio. Tampoco se tienen noticias seguras respecto de su martirio que, según una Pasión apócrifa, fue por crucifixión, en una cruz griega.

Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias, trasladadas de Patrasso, probable lugar del martirio, a Constantinopla y después a Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI. Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de noviembre, festejada ya por San Gregorio Nacianceno.
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Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Cathoic.net

Beato José López Piteira, Mártir

Beato José López Piteira, Mártir
Noviembre 30

Martirologio Romano: Paracuellos del Jarama, Madrid, España, beato Jósé López Piteira, religioso agustino que, acudiendo a lejanas tierras en respuesta al llamado hecho por el Señor, fue asesinado por odio a la fe. († 1936)
 
Fecha de beatificación: 28 de octubre de 207, por el Papa Benedicto XVI, junto a otros 497 mártires de la persecución a la fe en España.

La divina providencia quiso que este joven, primer beato cubano, viniese a derramar su sangre defendiendo su fe en Cristo, en España, la tierra de sus antepasados, aunque llevó clavada en su corazón hasta su postrer aliento la isla caribeña que le vio nacer. Pero un apóstol es ciudadano del mundo, un vastísimo territorio que se conquista palmo a palmo entregándolo todo, como Cristo exige en el Evangelio, de modo que cualquier lugar al que se vea conducido en aras de la voluntad divina se convierte en un destino amado e irrenunciable. Y esto que José tuvo presente en todo momento, unido a la gracia divina que le alumbró, hizo que no tambalease lo más mínimo justamente cuando se enfrentó a la muerte brutal que otros le impusieron. No es tan mundialmente conocido como otros mártires, pero forma parte por derecho propio de quienes supieron hacer frente con toda valentía a ese cruel instante que se cernía sobre ellos, y que generosamente dieron su vida dejando tras de sí un admirable legado de amor.
 
Un día de primeros del siglo XX su humilde familia abandonó la noble tierra gallega para ganarse el sustento, como hicieron tantos compatriotas. Allí quedaron, bajo la custodia de los abuelos, dos de sus hijos, de los que se despedirían con inmenso dolor. En su equipaje portaban la fe heredada de sus padres como un preciado tesoro que habrían de transmitir a su numerosa prole. José nació en Jatibonico el 2 de febrero de 1912. Fue el quinto de los hijos que vinieron al mundo en ese hogar creado por Emilio y Lucinda, y segundo de los varones; después nacerían cinco vástagos más.
 
En plena niñez, poco antes de cumplir sus cinco primeros años de vida, José regresó junto a sus progenitores a España. Aunque apenas existen datos de su infancia, debió ser uno de esos niños que no crean problemas. Cursó estudios en régimen de internado con los benedictinos de Santa María de San Clodio, del municipio de Leiro, Orense, dando así sus primeros pasos hacia la vida religiosa. A buen seguro que sus padres habrían puesto grandes esperanzas en él. Finalizados sus estudios, se integró con los agustinos de Leganés, Madrid. Profesó con ellos en 1929, y prosiguió su formación en el monasterio de san Lorenzo del Escorial. Se han destacado las cualidades que apreciaron en él en esa época de su vida subrayando su «carácter bondadoso y tratable, entusiasta y observante».
 
Y efectivamente no sería mal religioso cuando un año antes de convertirse en sacerdote, momento que aguardaba gozoso, ya estaba decidido su futuro como vicario apostólico de Hai Phòng, en Vietnam. Sus superiores habían vislumbrado en él las cualidades y virtudes que iban configurándole como un gran apóstol. No llegó a partir y tampoco pudo recibir el sacramento del orden. Sus sueños se truncaron violentamente al ser apresado el 6 de agosto de 1936 junto a sus hermanos religiosos en medio de la fratricida contienda española. El antiguo colegio madrileño de San Antón, que había sido propiedad de los padres escolapios, donde tantos alumnos fraguaron y compartieron su fe –entre otros Fernando Rielo, fundador de los misioneros y misioneras identes–, convertido entonces en cárcel, fue el escenario donde se desenvolvieron los preámbulos del particular calvario de José.
 
Cuando llegaron a buen puerto las gestiones realizadas por sus atribulados familiares ante las autoridades cubanas, en un gesto de valentía y coherencia, el beato declinó la oferta de su liberación que se había obtenido tornando a favor suyo las dificultades que entrañaba tal decisión. Y su temple apostólico, lleno de caridad, se puso de manifiesto en su inquebrantable voluntad de dar hasta el final los mismos pasos de sus hermanos de comunidad: «Están aquí todos ustedes que han sido mis educadores, mis maestros y mis superiores, ¿qué voy a hacer yo en la ciudad? ¡Prefiero seguir la suerte de todos, y sea lo que Dios quiera!». Así lo determinó, con rotundidad, dispuesto a cumplir la voluntad divina. Los rostros de sus superiores y formadores le contemplaban conmovidos. Y con ellos compartió numerosos sufrimientos en cerca de cuatro meses marcados por las privaciones y la angustia, hasta que entregó su alma a Dios en Paracuellos del Jarama, Madrid.
 
Fue ajusticiado el 30 de noviembre de 1936, junto a otros 50 religiosos agustinos, exclamando: «¡Viva Cristo Rey!», al tiempo que renovaba el supremo acto de perdón aprendido del Redentor hacia quienes le privaban de su vida; así le franqueaban las puertas del cielo. Tenía 24 años.
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Autor: Isabel Orellana Vilches | Fuente: Zenit.org

Beato Juan de Vercelli Garbella, Maestro Sacerdote

Beato Juan de Vercelli Garbella, Maestro Sacerdote
Noviembre 30
 
Martirologio Romano: En Montpellier en Provenza en Francia, beato Juan de Vercelli Garbella, que, Maestro General de la Orden de Predicadores, reconmendó en la predicación la devoción al Nombre de Jesús. (c. 1205 - 1283).
 
Juan Garbella nació en Mosso Santa María (Vercelli). Estudió en París y enseñó Derecho en Paris y Vercelli; ingresó en los dominicos entre los que detento varios cargos, el último fue el de Maestro general (1264-1283). Durante diecinueve años, desempeñó ese oficio en forma muy distinguida. Juan era de estatura más bien baja (en su primera carta a sus hermanos se llama a sí mismo "pobre hombrecito") y de rostro tan alegre que, según se dice, exigía que su ayudante fuese siempre un fraile de aspecto severo e imponente.Pero su energía suplía con creces su baja estatura.

En efecto, visitó y reformó incansablemente los conventos de su Orden en toda Europa, sin dispensarse jamás durante sus viajes de los ayunos eclesiásticos y de los de su Orden. San Gregorio X, poco después de su elección al pontificado, confió a Juan de Vercelli y a los dominicos la tarea de hacer la paz entre los estados italianos. Tres años más tarde, el Papa pidió al beato que redactase un "esquema" para el II Concilio Ecuménico de Lyon (1274). En el Concilio conoció Juan a Jerónimo de Ascoli (más tarde Nicolás IV), quien había cedido a san Buenaventura en el cargo de general de los franciscanos. Ambos escribieron juntos una carta a sus súbditos. Más tarde, la Santa Sede los envió como mediadores entre Felipe III de Francia y Alfonso X de Castilla.
 
Ello no fue más que una continuación del oficio de pacificación en el que tanto se distinguió Juan de Vercelli. El beato fue uno de los primeros propagadores de la devoción al nombre de Jesús, que el Concilio de Lyon recomendó como acto de reparación por las blasfemias de los albigenses. El beato Gregorio X eligió particularmente a Juan de Vercelli como capitán de la Orden de Predicadores, para difundir esa devoción. El beato escribió inmediatamente a todos los provinciales. Filialmente se decidió que en todas las iglesias de los dominicos hubiese un altar dedicado al Santo Nombre de Jesús y que se formasen cofradías contra la blasfemia.

En 1278, el Maestro general envió a un visitador a Inglaterra, donde algunos frailes habían atacado la doctrina de santo Tomás de Aquino, muerto recientemente. El beato había nombrado al Doctor Angélico para ocupar la cátedra de Teología en París, ya que san Alberto Magno no quiso aceptarla. Dos años más tarde, Juan de Vercelli asistió a un capítulo general en Oxford. Como su predecesor, el beato Humberto de Romans, el beato se negó a aceptar la dignidad episcopal y un cargo en la curia romana. También renunció al cargo de General de la Orden, pero su renuncia no fue aceptada, de suerte que ejerció ese oficio hasta su muerte, ocurrida el 30 de noviembre en Monte Pesulano.
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San Gálgano Guidotti de Siena, Eremita

San Gálgano Guidotti de Siena, Eremita
Noviembre 30
 
Martirologio Romano: En el monte Sebio, en la Toscana, san Gálgano Guidotti, eremita, quien se convirtió a Dios después de una juventud disipada y vivió el resto de su vida dedicado voluntariamente a la penitencia corporal. (1148-1181).
 
Nació en Chiusdino (Siena), en el seno de la familia de los Guidotti, ligada por vasallaje a los obispos de Volterra, señores feudales del lugar; su madre se llamaba Dionisia, y su padre, Guido o Guidotto, por este nombre su apellido fue: Guidotti. Según cuenta la leyenda, sus padres que desearon tanto tener un hijo que se lo pidieron al arcángel san Miguel, pero cuando nació descuidaron su educación cristiana y tuvo una juventud tempestuosa, llena de pasiones y vicios.

Parece cierto que Galgano fue caballero: el acceso a la caballería era natural por pertenecer a una familia que tenía la función oficial de tutelar el orden constituido, la mano armada del obispo de Volterra para la protección del pueblo y distrito de Chiusdino. La muerte de su padre produjo en él un cambio de vida; su conversión estuvo rodeada de fuertes experiencias místicas: se cuenta que el arcángel san Miguel, patrón de Chiusdino, se le apareció en sueños y lo convenció para que se enrolase en la "milicia celeste"; siete días después, también en un sueño, el arcángel lo acompañó a un templo redondo dedicado a María y los Doce Apóstoles y le invitó a construir una iglesia según aquel modelo.

Movido del deseo de concretar esta invitación celeste, Galgano tuvo que afrontar la oposición de su madre, que buscó casarlo con una muchacha de Civitella, un castillo de la Maremma toscana, a la que la leyenda llamó: Polixena. En 1180, cuando marchaba a conocer a su novia, en el camino de la Maremma, el caballo de Galgano se paró; no hubo manera de hacerlo caminar. Galgano pidió al Señor que lo condujera a un lugar donde pudiera encontrar la paz espiritual.
 
El caballo comenzó a caminar y lo condujo a la cercana colina de Montesiepi, donde se paró. Al llegar este lugar, clavó su espada de caballero en una roca y se retiró a una ermita en el Montesiepi, donde vivió en silencio, en penitencia y en oración, a pesar del interés de sus familiares para que viviera en el mundo, además de las fuertes tentaciones que sufrió en su soledad.

El ejemplo de nuestro santo atrajo a muchas personas y, como otras experiencias eremíticas, también en esta ocasión fue el inicio de la fundación de una nueva comunidad monástica.
 
En 1181, Galgano visitó al papa Alejandro III y obtuvo la aprobación de su fundación. Durante su ausencia, tres personas envidiosas, que la tradición ha identificado con algunos monjes de la abadía de Serena, atentaron con él, destruyendo la ermita y destrozando la espada. Por intervención divina los tres fueron castigados. Quizás por sugerencia del Pontífice, Galgano se puso en contacto con algunos monjes de la Orden guillermita, presumiblemente con los del monasterio de San Salvatore di Giugnano, cercano a Montesiepi. Su experiencia eremítica duró menos de un año ya que murió con 30 años en Volterra.

Su vida está llena de leyendas piadosas que no tienen ninguna originalidad. Los cistercienses y los agustinos, quisieron apropiárselo y aparece como miembro de cada una de sus Ordenes. Parece que la comunidad monástica por él fundada, en el siglo XIII, la casa madre se adhirió a la Orden cisterciense y las comunidades sufragáneas a la Orden agustina, de aquí que aparezca como santo de una de estas comunidades religiosas. En su pueblo natal todavía existe una confraternidad dedicada a él, fundada en 1185 y es probablemente la más antigua confraternidad de la cristiandad entre las hoy existentes. Su tumba fue lugar de peregrinación y fuente de gracias divinas. Es uno de los principales patronos de la ciudad de Siena.
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San Tadeo Liu Ruiting, Presbítero y Mártir

San Tadeo Liu Ruiting, Presbítero y Mártir
Noviembre 30
 
Martirologio Romano: En el lugar llamado Quxian, en la provincia de Sichuan, en China, san Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir, estrangulado por odio a la fe. (c.1780 - 1823).
 
Nació en Ku-Hien, China. fue ordenado sacerdote con 35 años y se dedicó a recorrer con gran ánimo y fidelidad la provincia de Zyu-Tuan, donde atendió a los fieles pastoralmente, y los animó en la persecución.
En 1821, fue arrestado por la denuncia de un cristiano que había sido corregido por otro cristiano, y así se quiso vengar. Primero fue encadenado y al sol durante todo el día y luego se le dejó varios meses en la cárcel que se viera la causa.
 
Finalmente fue conducido a la capital de la provincia, Tcheou-Tou, donde fue juzgado y condenado a muerte por ser cristiano. Y se le reenvió a su lugar de procedencia, Ku-Hien, donde debió esperar la confirmación de su sentencia a muerte por parte del emperador.

Dos años pasó en la cárcel, años de paciencia y oración; se negó a apostatar diciendo que era sacerdote y quería ser file a la religión que había predicado. Llegada la confirmación imperial fue llevado junto al templo del pueblo y allí fue estrangulado en Quxian.
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Beato Miguel Rueda Mejías, y compañeros Mártires

Beato Miguel Rueda Mejías, y compañeros Mártires
Noviembre 30


Martirologio Romano: En el lugar llamado Paracuellos del Jarama, cerca de Madrid, en España, fueron martirizados el beato Miguel Rueda Megías, natural de Motril (Granada), que tenía 34 años de edad; y seis compañeros mártires, religiosos de la Orden de San Juan de Dios, que, esclarecidos por su testimonio cristiano, durante la cruel persecución volaron hacia el Señor por la violencia de los enemigos de la Iglesia.

Sus nombres son: beatos Diego de Cádiz (Santiago) García Molina, Nicéforo Salvador del Río, Román (Rafael) Touceda Fernández, religiosos; Arturo Donoso Murillo, Jesús Gesta de Piquer y Antonio Martínez Gil-Leonis, profesos. 1936.

Natural de Motril (Granada), en el seno de una familia humilde. Venciendo la fuerte oposición familiar, en 1922, ingresó en la Orden Hospitalaria. Era de genio fuerte, pero se venció a sí mismo, manifestandose frecuentemente blando, sentimental y de alma delicada. Formó parte de varias comunidades hospitalarias del territorio español.

Formaba parte de la comunidad de Ciempozuelos cuando fue detenido. Durante los meses de su encierro demostró gran fortaleza. Ante su martirio, "diríase que iba a algún acto de comunidad a juzgar por su contento". Mártir en Paracuellos del Jarama (Madrid).
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Santa Maura de Constantinopla, Mártir

Santa Maura de Constantinopla, Mártir
Noviembre 30
 
Muchacha martirizada en Constantinopla. Parece que puede ser una duplicación de santa Maura celebrada el 3 de Mayo. s. III.
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San Mirocles de Milán, Obispo

San Mirocles de Milán, Obispo
Noviembre 30

Martirologio Romano: En Milán, de la Liguria, san Mirocleto, obispo, del que have memoria san Ambrosio entre los obispos fieles que le precedieron. c. 314.

Obispo de Milán, fue uno de los padres de la liturgia y del canto ambrosiano. Asistió al Concilio de Roma en 313. San Ambrosio de Milán lo nombra en varios de sus escritos.
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San Tugal, Abad y Obispo

San Tugal, Abad y Obispo
Noviembre 30

Martirologio Romano: En la Bretaña Menor, san Tugal, apellidado “Pabu”, abad y obispo, que construyó un monasterio en la ciudad de Treguier. c. 564.

Monje galés, llamado “Pabu” (padre), entre los bretones, que se trasladó a Bretaña, Francia, con su madre, hermanas y otros parientes. La lengua celta de Bretaña era facil de entender por los hablantes de galeico. Tugal era primo del rey de Dumnonia, Deroc, y trabajó para promover la fe en los dominios de su pariente. Fue abad mitrado de Tréguier y abad de Trecor con el rey Childeberto I. Patrón de Tréguier.
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Beato Federico de Ratisbona, Ermitaño Leñador

Beato Federico de Ratisbona, Ermitaño Leñador
Noviembre 29 - 30


Martirologio Romano: En Ratisbona, de Baviera, en Alemania, beato Federico, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, siendo hábil carpintero, sobresalió por el fervor en la oración, por la obediencia y por la caridad. 1329.

Nació en Ratisbona (Alemania). Sus padres pertenecían a la clase media. Entró en calidad de hermano no clérigo en el convento de los agustinos de Ratisbona (Regensburg, Alemania), y sirvió a la comunidad como carpintero, con el encargo de proveer a la casa la leña necesaria para el uso cotidiano.

Un modesto trabajo llevado a cabo durante años, unido a una profunda vida de oración. Fue apreciado por su religiosidad, su generosa obediencia, su delicadeza con los hermanos, su caridad con los pobres, su humildad y, en particular, por su ardiente devoción a la eucaristía; se narra cómo un día en que no pudo asistir a la misa, en el mismo lugar donde se encontraba trabajando, recibió la comunión de manos de un ángel.

Desde 1913, sus restos mortales, se hallan expuestos a la veneración de los fieles en la iglesia agustiniana y parroquial de santa Cecilia en Ratisbona.

El siervo de Dios, Clemente Fulh, Prior General, O.S.A., en una carta a los hermanos no clérigos, decía: “El beato Federico llegó en vuestro estado a la cumbre de la perfección, observando fielmente las normas establecidas por N. P. S. Agustín en su obra “De opere monachorum”, es decir, juntando en admirable consorcio la vida perfectamente contemplativa con la vida perfectamente activa. El beato Federico, en los diversos oficios que le encomendara la obediencia, sirvió sin descanso y con singular solicitud a la comunidad, anteponiendo siempre el bien común al propio, que es el carácter distintivo de la caridad cristiana, según nos enseña San Pablo y nos recuerda N. P. S. Agustín en la Regla.

El beato Federico es dechado y ejemplar admirable, pues íntimamente unido a los sacerdotes por la obediencia y la caridad, aspiró ardientemente a que Jesucristo reinara con imperio absoluto en las almas, y sobre todo en su corazón. Seguid sus huellas, imitad sus ejemplos e invocad su protección, para que también vosotros logréis llegar al mismo fin; a la perfección en vuestro estado y a la bienaventuranza eterna”.
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San José Marchand, Presbítero y Mártir

San José Marchand, Presbítero y Mártir
Noviembre 30

Martirologio Romano: En Hué, en Annam, san José Marchand, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, bajo el imperio de Minh Mang, fue condenado al suplicio de los cien azotes. (1803-1835).

Nacimiento.: 1803 - †: 1835 - País: Vietnam
Beatificado: por León XIII 27 may 1900 - Canonizado: por Juan Pablo II 19 jun 1988

En Hué, localidad de Annam, san José Marchand, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que bajo el imperio de Minh Mang fue condenado al suplicio de los cien azotes.

Nació en Passavant (dioc. de Besançon) el 17 de agosto de 1803, y completados sus estudios en el seminario diocesano, pasó en 1828 al de las Misiones Extranjeras de París. Ordenado sacerdote el 4 de abril el mismo año, el 12 de mayo siguiente partió para Annam.

Su primera actividad se llevó a cabo principalmente en la provincia de Binh-Tuan (Camboya), en medio de más de siete mil cristianos, distribuidos en veinticinco aldeas. El decreto de persecución de 1833 le obligó a refugiarse en el sur de Cochinchina, donde empezó una vida errante, huyendo hasta que fue obligado a esconderse en la espesura del bosque, donde se alimentaba de hierbas. Descubierto por los soldados de los rebeldes Koi, tuvo que seguirlos hasta la ciudad de Saigón, donde levantaron barricadas para defenderse de las tropas reales. El asedio duró dieciocho meses, durante el cual el líder rebelde trató -en vano- de que escribiera a los cristianos para levantarlos contra el rey. Caída la ciudad en las últimas semanas de 1835, Marchand fue encarcelado y acusado de haber participado en la rebelión. Vanas resultaron las protestas, por lo que, encerrado en una jaula con otros cristianos, fue llevado a Hué, ala cárcel de Yo-Loango.

Enalgunos interrogatorios que siguieron, la acusación fue renovada y refutada, pero querían inducirlo a la apostasía pisoteando la cruz, pero las respuestas del mártir fueron siempre firmes, incluso en medio de la terrible tortura de tenazas ardientes. El 30 de noviembre, a las 5 am, siete tiros al aire invitaron al pueblo a presenciar la tortura de «las cien heridas», a las que el misionero, persistente en su negativa a renunciar a la fe, había sido condenado. En medio de insultos y acusaciones de infamia y magia -que provocaron respuestas dignas-, comenzó el horrible tormento de una sucesión de terribles mutilaciones y heridas hasta que, incapaz de soportar el tormento, el mártir murió. Ni siquiera el cuerpo se salvó porque, descuartizado, fue arrojado al mar, incluyendo la cabeza, que fue exhibida primero en una pica.

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Autor: Isabel Orellana Vilches | Fuente: Zenit.org

Beato Ludovico Roch Gietyngier, Sacerdote y Mártir

Beato Ludovico Roch Gietyngier, Sacerdote y Mártir
Noviembre 30

Martirologio Romano: Cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, en el campo de concentración de Dachau, beato Luis Roch Gientyngier, presbítero y mártir, que en la ocupación de Polonia durante la guerra, entre los crímenes cometidos por el régimen enemigo de la fe, fue martirizado, entregando su espíritu. (1904-1941).
 
Nació en Zarki, Polonia. Ingresó en el seminario mayor de Kielce, incardinándose en la diócesis de Czestochowa cuando ésta se creó. Fue ordenado sacerdote en 1927. Fue vicario cooperador de la parroquia de Strzenieszyce, al mismo tiempo estudiaba Teología en la universidad Jagellónica de Cracovia, donde se licenció en 1929. Fue destinado a la enseñanza de religión en las escuelas y liceos de su diócesis, y obtenía el nombramiento de presidente del Instituto Diocesano de Wielun.
 
Pero justo el día en que iba a tomar posesión de su trabajo se produjo la invasión alemana de Polonia con la consiguiente política antipolaca. Siguió en Wielun, pero en otoño de ese mismo año fue enviado a la parroquia de Raczyn, como párroco hasta que en 1941 fue arrestado y llevado al campo de concentración de Konstantynow y después al campo de exterminio de Dachau. Los guardianes del campo lo mataron.
 
Era un hombre de profunda espiritualidad y profunda cultura, celoso de sus deberes sacerdotales y de gran espíritu apostólico. De carácter amable  cordial, era gran devoto de María.
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Beato José Otín Aquilué, Mártir Salesiano

Beato José Otín Aquilué, Mártir Salesiano
Noviembre 30

Martirologio Romano: También en Valencia, en España, beato José Otín Aquilé, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir, que en la misma persecución, invencible y constante en su fe, arribó al reino de los cielos. (1901-1936).

Nacido en Huesca el 22 de Diciembre de 1901.

Ingresó a la Orden Salesiana, recibiendo el minisnterio sacerdotal en 1928.
Educador muy apreciado en Alcoy. † Valencia, noviembre de 1936.
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Autor: Xavier Villalta

San Everardo, Sacerdote

San Everardo, Sacerdote
Noviembre 30
 
Etimológicamente significa “audaz, fuerte”. Viene de la lengua alemana.
 
Incluso cuando haya en el creyente dudas, la presencia del Espíritu Santo permanece, en los días apacibles como en las horas de aridez.
Dios no have acepción de personas. A todos los quiere y llama por igual para que hagan en la vida algo concreto que ayude a los demás y se santifiquen.
 
Este joven nació de una familia rica y con el título de condes de Stahleck.
 
En esa casa acomodada surgió la vocación para cisterciense en la abadía de Schoeneau. Tuvo dificultades al principio porque no tenía ninguna clase de estudios.
 
Entonces, cuando sólo tenía 16 años, se fue de ermitaño a una ermita que él mismo se construyó cerca de Maguncia.
 
Dios le guiaba en cada instante. Por eso le vino la idea de fundar allí un monasterio de monjas cistercienses.
 
Se dirigió al abad cercano, y éste le envió un grupo de religiosas de la abadía de Marienhausen.
Así nació la abadía de Chumbd.
 
En estas circunstancias, el abad le impuso el hábito de la Orden. Pronto lo hicieron el padre espiritual de las religiosas, una vez, claro está, que se ordenó de sacerdote.
 
Entre estas religiosas había dos hermanas suyas.
Cayó enfermo y así estuvo durante muchos años. Todo el mundo, comenzando por las religiosas, lo consideraban un verdadero santo que vivía entre ellas.
 
Nadie podía suponer que muriera tan joven: a los 28 años. Fue tal día como hoy del año 1191. Lo sepultaron en la iglesia del monasterio.
Sus restos se conservan en la actualidad en la abadía de Himmerod.
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Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Beato Alejandro Crow, Presbítero y Mártir

Beato Alejandro Crow, Presbítero y Mártir
Noviembre 30

Martirologio Romano: En la ciudad de York, también en Inglaterra, beato Alejandro Crow, presbítero y mártir, que de humilde costurero fue ordenado presbítero y, por el hecho de serlo, se le condenó al patíbulo en tiempo de la reina Isabel I. (1550/1-1586).

Nació posiblemente en South Douffield (Yorkshire). Era un humilde sastre. Fue ordenado presbítero. Mártir en York en tiempos de la reina Isabel I por ser sacerdote católico.
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viernes, noviembre 29, 2013

Evangelio Noviembre 29, 2013

Señales de la venida del Reino
Lucas 21, 29-33.
Tiempo Ordinario. Es nuestra responsabilidad no perder el tiempo porque es un regalo de Dios de valor incalculable.
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33

Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Oración introductoria
Espíritu Santo, te pido el don de ciencia para valorar las cosas humanas en relación a mi último fin y para saber discernir lo que debo hacer en cada momento. En este momento de oración, ayúdame a guardar el silencio necesario para agradarte y escuchar lo que hoy me quieres decir.

Petición
Señor, dame fortaleza, para buscar con constancia la santidad.

Meditación del Papa Francisco
¿Cuál es la finalidad de este pueblo? El fin es el Reino de Dios, iniciado en la tierra por Dios mismo y que debe ser ampliado hasta su realización, cuando venga Cristo, nuestra vida. El fin, entonces, es la comunión plena con el Señor, la familiaridad con el Señor, entrar en su misma vida divina, donde viviremos la alegría de su amor sin medida, un gozo pleno. Queridos hermanos y hermanas, ser Iglesia, ser pueblo de Dios, según el gran designio de amor del Padre, quiere decir ser el fermento de Dios en esta humanidad nuestra, quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios a este mundo nuestro, que a menudo está desorientado, necesitado de tener respuestas que alienten, que donen esperanza y nuevo vigor en el camino. Que la Iglesia sea espacio de la misericordia y de la esperanza de Dios, donde cada uno se sienta acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio. Y para hacer sentir al otro acogido, amado, perdonado y alentado, la Iglesia debe tener las puertas abiertas para que todos puedan entrar. Y nosotros debemos salir por esas puertas y anunciar el Evangelio. (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013)

Reflexión
La parábola de la higuera se sitúa prácticamente al final del discurso de Jesús sobre las señales del fin universal. Hace aproximadamente dos mil años que Cristo pronunció estas palabras, y no pueden ser más actuales. No hace falta detenerse demasiado en dicho discurso para encontrar rápidamente el paralelismo entre lo que Cristo nos describe y lo que nosotros vivimos en la actualidad. Ante tanta adversidad el mensaje de Cristo es, como siempre, esperanzador: "el Reino de Dios está cerca". Somos pues, hijos todos de la misma generación, descendientes de Adán y Eva, los expulsados del paraíso. Pero hijos principalmente de Dios, que nos dignifica a través de su Hijo Jesucristo y que nos muestra ya la higuera que retoña, es decir, el Reino naciente en cada corazón que le ama.

El tiempo ha demostrado la autenticidad de las palabras de Nuestro Señor: "El cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán". Esta sorprendente expresión de Jesús está cargada de un profundo significado: nada perdura en el tiempo, sólo Él es eterno, sólo Él puede decir "siempre".

Por eso, nos equivocamos si centramos nuestra vida en lo estrictamente pasajero, material y efímero. Debemos anclarnos en Cristo, con Él no damos pasos en falso.

Desde luego, y estamos avisados, la senda es estrecha y espinada, y cuesta transitarla, pero vamos acompañados y guiados por el Maestro. Este pasaje nos llama a volver a la frescura del Evangelio, a buscar la autenticidad del mensaje cristiano, seguros de que no pasa, jamás se desfasa, ni es atemporal. A veces, nuestros prejuicios nos empujan a quedarnos en lo más superficial de lo que conforma nuestra fe; nos ocupamos con demasiada frecuencia de lo externo; estamos estancados en nuestra dimensión más horizontal, olvidándonos de que es la vertical la que nos conduce a las alturas.

Propósito
El Señor nos advierte: "mis palabras no pasarán", es nuestra responsabilidad no perder más el tiempo, el tiempo es un regalo de Dios de valor incalculable. Utilizarlo de cara a Él, obedeciendo su santa voluntad. He ahí la tarea del cristiano y lo único que puede darnos la felicidad.
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Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net

Grandes Testigos del Adviento

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Adviento y Navidad

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Beato Bernardo Francisco de Hoyos, Sacerdote Jesuita

Beato Bernardo Francisco de Hoyos, Sacerdote Jesuita
Noviembre 29


Apóstol del Corazón de Jesús en España, Presbítero jesuita, primer y principal apóstol en España de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús ( 1735)

Fecha de beatificación: 18 de abril de 2010, siendo Papa S.S. Benedicto XVI.
Nació en Torrelobatón (España) en 1711. Su padre don Manuel de Hoyos era secretario del ayuntamiento de Torrelobatón, pero su familia era originaria de Hoyos. Su madre doña Francisca de Seña, nació en Medina del Campo. El niño fue bautizado a los 16 días con el nombre de Bernardo por deseo de sus padres (nació un 20 de agosto, memoria litúrgica de San Bernardo deClaraval), y también con el nombre de Francisco, a propuesta del Párroco de la Iglesia de Santa María de Torrelobatón donde fue bautizado, poniendo al niño bajo la protección de San Francisco Javier.A los 9 años Bernardo recibió la confirmación en Torrelobatón, a los 10 años fue a estudiar en el colegio de los Jesuitas de Medina del Campo, y a los 11 años al colegio de los Jesuitas de Villa García de Campos. A los 14 años, con el permiso de su familia, fue admitido en el noviciado de los Jesuitas en Villa García de Campos.

Terminó el noviciado con casi 17 años, y emitió los votos simples perpetuos. Desde los 17 hasta los 20 años, Bernardo estudió filosofía en el colegio de los santos Pedro y Pablo en Medina del Campo. A los 20 años Bernardo comenzó los estudios de teología en el colegio de San Ambrosio de Valladolid. Cuando Bernardo tenía 13 años, murió su padre don Manuel de Hoyos. Este es un fragmento del testamento de don Manuel: "A mis hijos recomiendo que sean temerosos de Dios y de la propia conciencia, obrando y procediendo bien según sus obligaciones, porque así merecerán el mayor alivio y, sobre todo, el agrado de la misericordia de su Majestad que les guiará y les iluminará para su santo servicio y para permanecer en él hasta la muerte, guardando obediencia, respeto y veneración a su madre, abuelo, tío, y todas las otras personas, a fin de que consigan en esta vida el afecto de todos y en la otra el eterno descanso".

Sobre su madre doña Francisca, podemos leer estas palabras: "crió a Bernardo su madre doña Francisca con especial esmero y cuidado, diciendo algunas veces que tendría gravísimo escrúpulo del menor descuido, porque si perdía aquel hijo, la daba a conocer el cielo, que le quitaba un santo grande". En el siguiente fragmento, se indica como era el joven Bernardo de Hoyos en el colegio: "era muy puntual a las confesiones y comuniones, que los estudiantes de nuestras aulas de gramática practican todos los meses, y recibía con suma docilidad los buenos consejos de sus maestros, cuando exhortaban a sus discípulos a la devoción a María Santísima, a la frecuencia de los sacramentos, a evitar toda culpa aunque fuese venial, y a los demás ejercicios virtuosos que inspiran los maestros a sus discípulos al tiempo mismo que les enseñan las letras".

VOTOS SIMPLES PERPETUOS
Cuando pronunció la fórmula de los votos simples perpetuos, con casi 17 años, escribe el mismo Bernardo lo que sintió en ese momento: “Al empezar a leer la fórmula de los votos ví en la sagrada eucaristía al mismo Jesucristo, que me oía, como juez en su trono, muy afable. Quedé al principio como fuera de mí, al ver tan gran Majestad, mas no fue tanto, que se conociese en lo exterior. Vile venir, y entrar en mi dichosa boca: causó mayor reverencia amorosa, y amor reverente, al verle entrar y estar en mi lengua. Después que pasó la Sagrada Forma, me dijo el Señor estas palabras intelectuales: “desde hoy me uno más estrechamente contigo por el amor que te tengo ". Contexto histórico durante la vida de Bernardo de Hoyos durante toda la vida de Bernardo de Hoyos reinaba en España y en la América Española el rey Felipe V, de la familia Borbón, que era nieto del rey de Francia Luis XIV. En Francia, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se había extendido mucho con los escritos de Santa Margarita María de Alacoque, y su confesor, san Claudio de la Colombière. Sobre la importancia de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, escribe Santa Margarita María de Alacoque: “... cuando nos hemos consagrado y dedicado por completo a este Corazón adorable, para honrarle y amarle con todos nuestros medios, abandonándose del todo a él, él se cuida de nosotros y nos hace arribar al puerto de salvación, a pesar de las borrascas ".

NADA SABIA DEL CULTO AL CORAZÓN DE JESÚS
De esta etapa de su vida, recogemos un hecho importante. En 1733, cuando Bernardo tenía 21 años y era estudiante de teología en el colegio de San Ambrosio de Valladolid, recibió una carta de su amigo Agustín Cadaveraz que era sacerdote y profesor de gramática en Bilbao. A Agustín le habían pedido un sermón para la octava de Corpus, y recordaba Agustín que en Valladolid había leído un libro escrito en latín cuyo título era ´de cultu Sacratissimi Cordis Iesu´, del P. José de Gallifet, sobre la devoción al Corazón de Jesús. Para preparar el sermón, Agustín le pedía a Bernardo que copiase determinados fragmentos de ese libro y que se los enviase. Bernardo tomó el libro de la biblioteca y lo llevó a su habitación para copiar los párrafos pedidos.

HABLA DIOS
Esto es lo que relata Bernardo: "Yo que no había oído jamás tal cosa, empecé a leer el origen del culto del Corazón de nuestro amor Jesús, y sentí en mi espíritu un extraordinario movimiento fuerte, suave y nada arrebatado ni impetuoso, con el cual me fui luego al punto delante del Señor Sacramentado a ofrecerme a su Corazón para cooperar cuanto pudiese a lo menos con oraciones a la extensión de su culto". "No pude echar de mí este pensamiento hasta que, adorando la mañana siguiente al Señor en la Hostia Consagrada, me dijo clara y distintamente que quería por mi medio extender el culto de su Corazón Sacrosanto, para comunicar a muchos sus dones por su corazón adorado y reverenciado, y entendí que había sido disposición suya especial que mi hermano el P. Agustín de Cardaveraz me hubiese hecho el encargo para arrojar con esa ocasión en mi corazón estas inteligencias. Yo, envuelto en confusión renové la oferta del día antes, aunque quedé algo turbado, viendo la improporción del instrumento y no ver medio para ello".

"Todo el día anduve en notables afectos al Corazón de Jesús, y ayer estando en oración, me hizo el Señor un favor muy semejante al que hizo a la primera fundadora de este culto, que fue una hija de nuestro santo director, San Francisco de Sales, la venerable madre Margarita Alacoque, y lo trae el mismo autor en su vida: “mostróme su Corazón todo abrasado en amor, y condolido de lo poco que se le ama. Repitióme la elección que había hecho de este su indigno siervo para adelantar su culto, y sosegó aquel generillo de turbación que dije, dándome a entender que yo dejase obrar a su providencia, que ella me guiaría, que todo lo tratase con el P. Juan de Loyola que sería de singular agrado suyo, que esta provincia de su compañía tuviese el oficio y celebrase la fiesta de su Corazón, como se celebra en tan innumerables partes”.

“El domingo pasado (dice) inmediato a la fiesta de nuestro San Miguel, después de comulgar, sentí a mi lado a este santo Arcángel que me dijo cómo extender el culto del Corazón de Jesús por toda España, y más universalmente por toda la Iglesia, aunque llegará día en que suceda, ha de tener gravísimas dificultades, pero que se vencerán, que él, como Príncipe de la Iglesia, asistirá a esta empresa; que en lo que el Señor quiere se extienda por nuestro medio, también ocurrirán dificultades, pero que experimentaremos su asistencia". "Después de esto quedé un poco recogido, cuando por una admirable visión imaginaria, se me mostró aquel divino Corazón de Jesús todo arrojando llamas de amor, de suerte que parecía un incendio de fuego abrasador de otra especie que este material". "Agradecióme el aliento con que le ofrecí hasta la última gota de mi sangre en gloria de su Corazón, y para que yo experimentase cuán de su agrado es esta oferta, por lo mucho que se complacía en los deseos solos, que yo tenía de extender por el mundo, cerró y cubrió mi corazón miserable dentro del suyo, donde por visión intelectual admirable vi los tesoros y riquezas del Padre depositadas en aquel sagrario, el deseo y como ímpetu que padecía su corazón por comunicarlas a los hombres, el agrado en que aprecien aquel Corazón, conducto soberano de las aguas de la vida, con otras inteligencias maravillosas en que por modo más especial entendí lo que San Miguel me había dicho.

Pues las dulzuras, los gozos, suavidades y celestiales delicias que allí inundaron mi pobre corazón sumergido en aquel océano de fuego de amor, sólo el mismo Jesús lo sabe, que yo no"."Desde este punto he andado absorto, y anegado en este Divino Corazón; al comer, al dormir, al hablar, al estudiar y en todas partes parece que no palpa mi alma otra cosa que el Corazón de su Amado, y cuando estoy delante del Señor Sacramentado, aquí es donde se desatan los raudales de sus deliciosísimos favores, y como este culto mira al Corazón Sacramentado, como a su objeto, aquí logra de lleno sus ansias amorosas”. "Dióseme a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mi sólo, sino para que por mi las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad la consecución de nuestros deseos, y pidiendo esta fiesta en especialidad para España, en que ni aun memoria parece hay de ella, me dijo Jesús: “reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes’ “yo no salgo del Corazón Sagrado; allí me encontrará v. r. (Bernardo escribe al P. Juan de Loyola); quiere este Divino Dueño que yo sea discípulo del Corazón Sagrado de Jesús, y discípulo amado: así la obra de Bernardo de Hoyos. En sus pocos años de vida escribió varios centenares de cartas principalmente a su director espiritual, el p. Juan de Loyola, con el fin de difundir por toda España la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, entre ellos: escritos espirituales, apuntes y sermones.

EL REINADO DEL SAGRADO CORAZÓN
En una carta del día 28 de octubre de 1733, Bernardo de Hoyos decía: en la acción de gracias después de haber comulgado "pedí la extensión del reino del mismo Corazón Sagrado en España, y entendí que se me otorgaba. y con el gozo dulcísimo que me causó esta noticia quedó el alma como sepultada en el Corazón Divino, en aquel paso que llaman sepultura. Muchas y repetidas veces he sentido estos asaltos de amor en estos días, dilatándose tanto en deseos mi pobre corazón que piensa extender en el nuevo mundo el amor de su amado Corazón de Jesús, y todo el universo se le hace poco".

La principal fuente para conocer estos escritos de Bernardo es el libro "vida del angelical joven P. Bernardo Francisco de Hoyos de la Compañía de Jesús" escrito por Juan de Loyola. Dice el propio p. Loyola: “Todos estos papeles han estado a mi vista al tiempo de escribir esta historia; y todos están hoy en este colegio de nuestro S. Ignacio de Valladolid, noticia que puede satisfacer a cualquiera que dudase de algún hecho particular de lo que escribo”.

BERNARDO CONSAGRADO SACERDOTE
A los 23 años le correspondía a Bernardo comenzar el cuarto curso de teología, y aunque no tenía edad para ordenarse, sus superiores pidieron dispensa para que pudiese hacerlo durante ese curso, y con esta dispensa pudo ordenarse de diácono. Poco después se ordenó de Presbítero, y unos días después celebró la primera misa en el colegio de san Ignacio de Valladolid. A los 24 años, pocos meses después de haber sido ordenado sacerdote, enfermó de tifus y falleció, habiendo recibido el viático y la santa unción.

CAUSA DEL PADRE HOYOS

En 1961 fue aprobada la investigación histórica o positio, y el 12 de enero de 1996 el papa Juan Pablo II leyó el decreto que declaraba heroicas las virtudes del desde entonces venerable Padre Hoyos.

En lo que respecta a la Causa del Padre Hoyos, en marzo de 2008 "... la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos ha reconocido por unanimidad que el caso de la curación de María de las Mercedes Cabezas no puede ser explicado en base a los datos de la ciencia médica". Nos encontramos ante una "curación instantánea, completa y duradera, científicamente inexplicable".

Mercedes Cabezas Terrero, de 23 años, hija de labradores de San Cristóbal de la Cuesta (Salamanca), tenía una tumoración de grandes proporciones, y quedó curada instantáneamente el 23 de Abril de 1936, después de rezar una novena y de pedir con frecuencia la intercesión del P. Bernardo de Hoyos para su curación.

Cumplidos así todos los requisitos, el 16 de enero de 2009 el papa Benedicto XVI firmó el decreto que reconocía el citado milagro y admitía la beatificación, que, siguiendo los procedimientos en vigor, se celebró en la Archidiócesis de Valladolid, donde se promovió la causa, el 18 de abril de 2010, en el paseo Central del Campo Grande de Valladolid, y fue presidida por Mons. Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, como representante pontificio.
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Para conocer más sobre el Beato Bernardo de Hoyos se puede leer la Biografía escrita por su Director espiritual el P. Juan de Loyola S.J. poco después de la muerte de Bernardo en 1735. También se puede consultar el sitio web oficial por la canonización del Beato Bernardo de Hoyos.
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Autor: . | Fuente: P. Jesús Martí Ballester || www.bernardo-francisco-de-hoyos.inf

San Francisco Antonio Fasani, Presbítero Franciscano

San Francisco Antonio Fasani, Presbítero Franciscano
Noviembre 27 - 29

En la segunda mitad del siglo XVII vivía en Lucera (Italia), una familia muy pobre: la familia Fasani. En su seno nació, el 16 de agosto de 1681, un niño que recibió los nombres de Donato Antonio Juan Nicolás. Comúnmente le llamaban Juan. Antes de cumplir los diez años murió su padre, que era campesino. Su madre volvió a casarse con Francisco Farinacci, que fue también un buen padre para Juan y lo envió a estudiar en el convento de los frailes menores conventuales de Lucera. Su madre era una mujer muy piadosa.
A los quince años ingresó en la orden de los frailes menores conventuales tomando el hábito franciscano y el nombre de Francisco Antonio en el noviciado de Monte San Ángel. Allí mismo hizo los votos. Después estudió filosofía y teología en los colegios de Venafro, Agnone, Montella, Aversa y Asís, donde fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1705. Se doctoró en teología con las máximas calificaciones, y en 1707 fue destinado a enseñar filosofía en el convento de Lucera, su ciudad natal.
El Padre Francisco Antonio pasó el resto de su vida en Lucera, donde le dieron el nombre de “Padre Maestro” desde que había recibido el título de teología y así se le llamó siempre, por más que ocupó otros cargos como superior, maestro de novicios, maestro de estudiantes profesos y ministro provincial de San Miguel Arcángel de Apulia. Fue él quien introdujo en Italia la costumbre de reunir regalos de navidad para los pobres. Inútil decir que los pobres acudían constantemente a él con peticiones posibles e imposibles, sobre todo cuando se trataba de sequías. Los habitantes de Lucera decían: “Quien quiera ver a San Francisco no tiene más que mirar al Padre Maestro”.
Apóstol infatigable, recorrió durante treinta y cinco años las ciudades y los poblados de Apulia septentrional y Molisa, predicando la palabra de Dios y ayudando a pobres, enfermos y encarcelados. Monseñor Antonio Lucci, obispo de Bovino, lo definió como sacerdote santo y docto.
Una de las características del padre Francisco Antonio era su gran devoción al Sagrado Corazón y la Inmaculada Concepción, cuya fiesta celebraba con novena. Esta costumbre se conserva todavía en Lucera. El Padre Fasani murió precisamente el primer día de la novena de la Inmaculada, el 29 de noviembre de 1742. Poco antes, sintiéndose bien de salud, predijo su muerte y anunció al Padre Luis Giocca que pronto lo seguiría. El Padre Giocca, a quien no sonreía esta perspectiva, respondió: “Padre Maestro, si usted quiere morir, está en todo su derecho, pero yo no tengo ninguna prisa”. “Los dos vamos a hacer el viaje: yo antes y usted después”, fue su respuesta. Dos meses después murió el padre Giocca.
El padre Francisco Antonio Fasani fue beatificado por el papa Pío XII el año 1951 y canonizado por el papa Juan Pablo II en 1986.
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Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net