Beato Ghebre
Miguel, Presbítero y Mártir
Julio 14
Martirologio Romano: En Cerecca-Ghebaba, pueblo de Etiopía, beato Ghebre Miguel, esto es, “Siervo Miguel”, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que buscó siempre en sus estudios y en la oración la verdadera fe. Habiendo abrazado el dogma de la verdadera Iglesia, sufrió por ello primero cárceles, y después, custodiado por soldados y cargados sus pies con cadenas, fue obligado a caminar durante trece meses, hasta que, agotado por los azotes recibidos, falleció consumido por la sed y el hambre (1855).
Martirologio Romano: En Cerecca-Ghebaba, pueblo de Etiopía, beato Ghebre Miguel, esto es, “Siervo Miguel”, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que buscó siempre en sus estudios y en la oración la verdadera fe. Habiendo abrazado el dogma de la verdadera Iglesia, sufrió por ello primero cárceles, y después, custodiado por soldados y cargados sus pies con cadenas, fue obligado a caminar durante trece meses, hasta que, agotado por los azotes recibidos, falleció consumido por la sed y el hambre (1855).
Etimológicamente: Miguel = Quien
es como él, es de origen hebreo.
De origen etíope, nace en una aldea de Goyam hacia el año 1788. Educado dentro de la teología copta, dedica varios años de la juventud a la investigación de la verdad; es un apasionado del estudio y de la contemplación, medios que él elige para llegar al conocimiento del verdadero Dios. Cuando contaba ya con cincuenta y tres años, la Providencia puso a su lado el ejemplo, la ayuda y la abnegación de Justino de Jacobis, a quien profesará profunda veneración.
De origen etíope, nace en una aldea de Goyam hacia el año 1788. Educado dentro de la teología copta, dedica varios años de la juventud a la investigación de la verdad; es un apasionado del estudio y de la contemplación, medios que él elige para llegar al conocimiento del verdadero Dios. Cuando contaba ya con cincuenta y tres años, la Providencia puso a su lado el ejemplo, la ayuda y la abnegación de Justino de Jacobis, a quien profesará profunda veneración.
Siendo neófito, se dirige a
Roma, en 1841, con una comisión para el Romano Pontífice. En 1844, profesa
públicamente la fe, cargado de cadenas y en la cárcel. Los años que siguen los
dedica a la oración, a la instrucción de los católicos y a doctas controversias,
produciendo estupendos resultados.
El 1 de enero de 1851 recibe la
ordenación sacerdotal de manos del obispo Justino de Jacobis, sacerdote de la
Misión, quien afirma de Ghebre: "¿Quién más digno de él de las Ordenes
Sagradas?. Me juzgo, pues, dichoso de haber promovido como el primero su
elevación a la dignidad sacerdotal". Luego Ghebre pide ser admitido en la
Congregación de la Misión.
Desde este momento Ghebre Miguel
toma parte en todas las obras de la misión. Enseña en el seminario y colabora en
la composición de los libros necesarios para los seminaristas y en las obras de
apologética destinadas a los cismáticos.
En la persecución del emperador
Teodoros, un grupo encabezado por Justino de Jacobis es encarcelado; pero esta
vez sólo Ghebre Miguel es seleccionado para el holocausto. Trece meses duró su
cautiverio sin que pudieran doblegar su espíritu ni promesas, ni amenazas, ni el
terrible ghenz -cepo abisinio- que agarrotó sus piernas durante la mayor parte
de este tiempo. Golpeado por orden del tirano en el único ojo sano que tenía,
apareció más luminoso que nunca después del tormento, cuando todos pensaban
verle ciego.
Murió mientras iba caminando
cargado de cadenas el 13 de julio de 1855, a estas alturas ya algunos de los
semibárbaros soldados lo veneraban como santo. Su beatificación tuvo lugar el 3
de octubre de 1926.
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Autor: Xavier Villalta
Autor: Xavier Villalta
fuentes: SANTOPEDIA - MISA
TRIDENTINA
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