Santa Macrina de
Annesis, la Menor, Monja y Virgen
Julio
19
n.: c. 327 - †: 379 - país: Turquía
otras formas del nombre: Macrina la Joven
Martirologio Romano: En el monasterio de Annesis, cerca del río Iris, en el Ponto, santa Macrina, virgen, hermana de los santos Basilio Magno, Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste, gran conocedora de las Sagradas Escrituras, que se retiró a la vida solitaria y fue ejemplo admirable de amor a Dios y de alejamiento de las vanidades del mundo.
Macrina era la mayor de los diez hijos de los santos Basilio y de Emelia la
mayor, y hermana de los Padres Capadocios, san Basilio y san Gregorio de Nisa.
Nació en Cesarea de Capadocia, hacia el año 327 y su madre la educó con
particular esmero, le enseñó a leer y vigilaba cuidadosamente sus lecturas. El
libro de La Sabiduría y los Salmos de David eran las obras predilectas de
Macrina, quien no descuidaba por ello los deberes domésticos y los trabajos de
hilado y costura.

A la muerte de santa Emelia, Macrina repartió entre los pobres su herencia
y vivió del trabajo de sus manos. Su hermano Basilio murió a principios del año
379, y Macrina cayó gravemente enferma nueve meses después. Cuando san Gregorio
de Nissa llegó a visitada después de nueve años de ausencia, la encontró en un
lecho de tablas. El santo quedó muy consolado al ver el gozo con que su hermana
soportaba la tribulación y muy impresionado del fervor con que se preparaba para
la muerte. Santa Macrina exhaló eI último suspiro en un transporte de gozo al
atardecer. Era tan pobre, que para amortajar el cadáver no se encontró más que
un vestido viejo y una tela muy burda; pero San Gregorio regaló con ese fin una
túnica de lino. El obispo del lugar, llamado Amauxio, dos sacerdotes y el propio
San Gregorio, transportaron el féretro y, durante la procesión funeraria, se
cantaron los salmos; pero la afluencia de la multitud y las lamentaciones del
pueblo, especialmente de algunas mujeres, perturbaron mucho la ceremonia.
En el «Diálogo sobre el alma y la resurrección» y en un panegírico dedicado
al monje Olimpio, san Gregorio dejó trazada la biografía de su hermana Macrina,
con muchos detalles sobre su virtud, su vida y su entierro. En el panegírico
mencionado, el santo habla de dos milagros: el primero de ellos fue que santa
Macrina recobró la salud cuando su madre trazó sobre ella la señal de la cruz;
en el segundo caso, la santa curó de una enfermedad de los ojos a la hijita de
un militar. San Gregorio añade: «Creo que no es necesario que repita aquí todas
las maravillas que cuentan los que vivieron con ella y la conocieron íntimamente
... Por increíbles que parezcan esos milagros, puedo asegurar que los consideran
como tales quienes han tenido ocasión de estudiarlos a fondo. Sólo los hombres
carnales se rehusan a creerlos y los consideran imposibles. Así pues, para
evitar que los incrédulos sean castigados por negarse a aceptar la realidad de
esos dones de Dios, he preferido abstenerme de repetir aquí esas maravillas
sublimes ...» Este comentario confirma, una vez más, el dicho de que sólo un
santo puede escribir la vida de otro santo.
Apenas si sabemos algo sobre Santa Macrina, fuera de lo que cuenta su
hermano, san Gregorio de Nissa.
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El texto griego se halla en las obras del santo. En Acta Sanctorum, julio,
vol. IV, hay una traducción latina.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Tomado de: eltestigofiel.com
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