Los Dones del Espíritu Santo
Una demostración evidente de esta venida son los siete Dones del
Espíritu Santo, disposiciones permanentes o capacidades que Dios concede y que
hacen a la persona dócil y dispuesta a seguir los impulsos del mismo Espíritu.
Los Dones pertenecen en plenitud a Jesús, el Mesías, quien los comunica a sus
discípulos por la fe, la oración y los sacramentos. Jesús dijo que “a ustedes
los conocerán por sus frutos” y San Pablo (Gálatas 5, 22-23) señala que el
Espíritu Santo, produce en nosotros los frutos de la Caridad, Alegría, Paz,
Paciencia, Comprensión de los Demás, Bondad, Mansedumbre y Dominio de Sí
Mismo.
Espíritu de Sabiduría
Este es el Don del buen gusto que
consiste en un conocimiento sabroso de las cosas espirituales. Nos hace gustar
las cosas de Dios. Sabiduría es ver sabiamente las cosas, no sólo con la
inteligencia sino que, también, con el corazón tratando de ver las cosas como
Dios las ve y comunicándolas con sabiduría de tal manera que los demás perciban
que Dios actúa en nuestra persona: en lo que pensamos, decimos y hacemos.
Espíritu de Inteligencia
Espíritu de Inteligencia
Con este Don podemos conocer y
comprender las cosas de Dios, la manera cómo actúa Jesucristo, descubrir
inteligentemente, sobre todo en las páginas del Evangelio, que su manera de ser
y actuar es diferente al modo de ser de la sociedad actual. El Don de la
Inteligencia es una luz especial que puede llegar a todas las personas y muchas
veces tiene sus frutos en los niños y en la gente más sencilla.
Espíritu de Consejo
Espíritu de Consejo
Se trata de tener la capacidad de
escuchar al Señor que nos habla y tratar de discernir y juzgar las cosas a la
luz de la voluntad de Dios. El Don de Consejo nos ayuda a enfrentar mejor los
momentos duros y difíciles de nuestra vida, al mismo tiempo nos da la capacidad
de aconsejar, inspirados por el Espíritu Santo, a quienes nos piden ayuda, a
quienes necesitan palabras de aliento y vida.
Espíritu de Fortaleza
Espíritu de Fortaleza
Este Don nos da la firmeza
interior necesaria para superar los momentos duros y difíciles de nuestra vida.
Muchas veces somos débiles y podemos caer fácilmente en las tentaciones propias
de esta sociedad como lo es el dinero, el poder, el consumismo, los vicios.Es
allí donde necesitamos el Don de la Fortaleza y pedir al Señor que nos ilumine.
El ejemplo de Jesucristo, su pasión y muerte, debe ser para nosotros un
auténtico testimonio de fortaleza que nos ha de llevar a superar nuestra
debilidad humana.
Espíritu de Ciencia
Espíritu de Ciencia
Este Don nos ayuda a descubrir la
presencia de Dios en el mundo, en la vida, en la naturaleza, en el día, en la
noche, en el mar, en la montaña. El Espíritu de Ciencia nos descubre nuestro fin
sobrenatural y los medios adecuados para alcanzarlo, nos permite discernir entre
el bien y el mal y nos hace mirar a las personas y las cosas con los ojos de
Dios.
Espíritu de Piedad
Espíritu de Piedad
El Don de Piedad nos permite
acercarnos confiadamente a Dios, hablarle con sencillez, abrir nuestro corazón
de hijo a un Padre Bueno del cual sabemos que nos quiere y nos perdona: “Padre
Nuestro...”
Este Don nos ha de motivar a la oración y al encuentro profundo con el Señor, a juntarse en la capilla, abrir el Nuevo Testamento y disfrutar de la presencia del Señor en nuestra vida.
Espíritu de Temor de Dios
Este Don nos ha de motivar a la oración y al encuentro profundo con el Señor, a juntarse en la capilla, abrir el Nuevo Testamento y disfrutar de la presencia del Señor en nuestra vida.
Espíritu de Temor de Dios
Aquí no se trata de tenerle
miedo a Dios, sino más bien sentirse amado por Él.
Este Don nos hace evitar el pecado porque ofende a Dios. Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos temor de ir por otros caminos. En este sentido existe temor de fallar y causarle pena al Señor. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene.
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Fuente: mercaba.org
Este Don nos hace evitar el pecado porque ofende a Dios. Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos temor de ir por otros caminos. En este sentido existe temor de fallar y causarle pena al Señor. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene.
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Fuente: mercaba.org
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