Enero 31
249. Metrano o Metras era un anciano de Alejandria. Los paganos lo prendieron antes de que saliera el edicto de persecución del emperador Decio y quisieron obligarle a proferir palabras impías. Metrano rehusó y, en consecuencia, tuvo que sufrir diversas clases de suplicios: golpes de bastón, agudas espinas hundidas en el rostro y en los ojos, etc.
Para terminar, lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron. Este último tormento explica porqué se le representa, como a San Esteban, llevando piedras en sus brazos. El elogio de este santo se encuentra el 31 de enero en el Martirologio de Usuardo y, generalmente, en los otros documentos latinos, de donde ha pasado al Martirologio Romano.
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Fuente: oremosjuntos.com
Nacimiento y primeros años
Los detalles sobre el nacimiento y la infancia de San Metrano son desconocidos. La historia se concentra en la etapa adulta, marcada por la valiente decisión de defender su fe ante la opresión. Su formación previa, la manera en que se convirtió en un seguidor devoto del cristianismo, quedan en la sombra del testimonio de su martirio.
Vocación y conversión
La información disponible no ofrece detalles específicos sobre la conversión de San Metrano. Sin embargo, la propia acción de oponerse a las demandas paganas, arriesgando su vida, evidencia una profunda convicción religiosa, un compromiso con los principios cristianos que no vaciló ante la amenaza de la persecución.
Vida religiosa y obra
La vida de San Metrano se desarrolló en el contexto de la persecución de los cristianos durante el reinado del emperador Decio. Su desobediencia a las demandas impías de renunciar a su fe, lo convirtió en un objetivo de la represión. La documentación histórica nos permite comprender la ferocidad de los métodos utilizados contra los cristianos disidentes, lo que resaltó aún más la valentía del santo. La carta de Dionisio de Alejandría al obispo Fabio de Antioquía, escrita casi en simultáneo con los hechos, describe con precisión el martirio de Metras (identificado con San Metrano) incluyendo el tormento, la tortura y el final violento por lapidación.
Milagros y hechos extraordinarios
La información sobre milagros atribuidos a San Metrano es escasa. La documentación se concentra en la descripción del martirio, destacando la resistencia del santo a las presiones. La excepcional valentía de su fe, que lo llevó a la muerte, se considera en sí misma un acto extraordinario de devoción.
Muerte y canonización
La muerte de San Metrano fue un evento trágico, pero a la vez heroico. Lapidado en las afueras de Alejandría, su martirio fue un testimonio directo de la fe y el coraje de los primeros cristianos. La persecución religiosa de la época fue la causa principal que llevó al mártir a la muerte. Su canonización, acontecimiento que elevó su figura a la condición de santo, ocurrió antes de la formación de la congregación oficial en la Iglesia católica. La fecha exacta no es posible precisar, pero la información histórica nos permite ubicar este evento dentro de las circunstancias y el clima del momento.
Elogios y culto posterior
San Metrano se convirtió en un ejemplo para las generaciones posteriores. Su memoria se perpetúo a través de los martirologios, como el de Usuardo, incluyendo el Martirologio Romano. A lo largo de la historia, la Iglesia ha reconocido y venerado su sacrificio. La continuidad en la conmemoración de su fecha de martirio, el 31 de enero, ratifica su importancia en la tradición religiosa cristiana.
"No temáis, pues, a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Temed más bien a aquél que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego."
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