San Godofredo de Amiens, Monje y Obispo
Noviembre 8
Noviembre 8
Martirologio Romano: En Soissons, de Francia, muerte de san
Godofredo, obispo de Amiéns, que, educado en la vida monástica desde los cinco
años, padeció mucho por remediar las luchas en la ciudad entre los señores y los
plebeyos, y por la reforma del clero y el pueblo.
(1066-1115).
Etimológicamente significa “paz de Dios”. Viene de la lengua alemana.
En junio de 2002 se habla mucho de la Convención Europea como una forma de
llegar a su propia identidad, teniendo en cuenta las raíces de su pasado...Hay
que tener confianza en los valores de la solidaridad, la subsidiaridad y la
transparencia...La libertad religiosa debe ser reconocida a nivel de la
Comunidad Europea.
Vino al mundo en el año 1066 en Soissons y murió aquí mismo en 1115.
De joven vio que su vocación se inclinaba por ser monje. A los 30 vivía muy
feliz como un sencillo religioso en la abadía de Mont-Martin.
En pocos años supo darle prosperidad a la abadía y a todos los
alrededores.
Cuando el arzobispo se enteró de quién era este monje, le ofreció que se
hiciera cargo de la abadía de san Remigio, la más importante de su
diócesis.
Godofredo le contestó diciéndole que no quería. De hacerlo, sería como un
hombre que deja a su mujer para irse con otra más guapa.
No obstante, se pensó el tema de la obediencia y, al final, aceptó no ser
abad sino obispo de Amiens.
Proveniente de una vida monacal, forjada en la austeridad, empezó por
reformar al clero que estaba sumido en la simonía y no administraba los
sacramentos. Una gran degradación moral y religiosa.
Y no solamente quiso reformar al clero, sino que también se puso duro con
los señores que acampaban por sus fueros.
Estos últimos se unieron para hacerle la vida imposible. Se encontró de
pronto sin amigos.
Por eso, una noche salió huyendo a la Cartuja para esconderse y vivir en
paz.
Lo encontraron y le obligaron a volver a la diócesis. Pero estaba ya
extenuado de fuerzas y murió poco después en la abadía de San Crispín de
Soissons.
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Autor: P. Felipe Santos | Fuente:
Catholic.net
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