Beata Matías de Nazareis, Abadesa
Clarisa
Diciembre 28
Diciembre 28
Martirologio Romano: En Matelica, del Piceno, en Italia, beata Matías de Nazareis (Matthia), abadesa de la Orden de las Clarisas. (1253-1320).
Virgen religiosa de la Segunda Orden Franciscana (1236-1320). Clemente XIII aprobó su culto el 27 de julio de 1765.
Matía, nacida hacia el año 1235 en
Matelica, en las Marcas, pertenecía a la familia noble De Nazarei. Creció
rodeada de los amorosos cuidados de los familiares, que hicieron todo para
prepararla para un brillante porvenir. Su padre, se soñaba para ella un
matrimonio digno de su categoría. Pero un hecho inesperado trastornó todos sus
planes. El ejemplo de las dos santas hermanas Clara e Inés de Asís también se
repitió en Matelica.
Un día Matía sin avisar a nadie,
huyó de su casa y fue a tocar las puertas del monasterio de Santa María
Magdalena de las hermanas Clarisas, pidiendo a la abadesa que la recibiera entre
sus cohermanas. Esta le hizo notar que era imposible sin el consentimiento de
sus padres. Poco después el padre y algunos parientes irritadísimos irrumpieron
en el monasterio decididos a llevarla de nuevo a su casa por la fuerza. Pero
todo fue inútil. El padre fue vencido por la insistencia de su hija, que así
pudo realizar su sueño de seguir a Cristo por el camino de la perfección.
Tenía dieciocho años cuando comenzó
el noviciado y antes de la profesión distribuyó parte de sus bienes a los pobres
y parte la reservó para urgentes trabajos de restauración del monasterio. Tras
su ejemplo otras muchachas la siguieron por el camino de vida evangélica que
habían trazado San Francisco y Santa Clara.
Después de ocho años de vida
religiosa fue elegida abadesa unánimemente. Durante cuarenta años Matía fue la
celosa superiora de las Clarisas, iluminada guía espiritual y al mismo tiempo
sagaz administradora. Poseía las cualidades aparentemente contradictorias de una
gran mística y de una sabia organizadora. Confiando en la Divina Providencia,
con ofrendas de la población y de su familia, reconstruyó casi desde los
cimientos la iglesia y el monasterio.
La vida interior de la Beata Matía
se modeló sobre la Pasión del Señor. Por muchos años todos los viernes sufrió
dolores y numerosos arrobamientos. Fue una mujer de gobierno que a las virtudes
contemplativas unía las virtudes prácticas. Se mantuvo también en contacto con
el mundo, sabiendo decir una palabra de consuelo, ayuda y exhortación a los
muchos que acudían a ella. Fue llamada “Madre de la caridad” pues ayudaba en la
medida de las posibilidades aun a indigentes y pobres. Un niño estaba a punto de
morir como consecuencia de una caída. La madre desesperada lo llevó a la Beata
Matía, quien después de orar lo tocó con la mano y lo restituyó sano y salvo a
su madre. Y se cuentan de ella otros prodigios.
El 28 de diciembre de 1320, después
de haber exhortado y bendecido por última vez a sus queridas cohermanas, murió
serenamente a los 85 años, dejando tras de sí un dulce recuerdo, que luego se
transformaría en culto, el cual confirmaría Clemente XIII.
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Fuente:
Franciscanos.net
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