Diciembre 4
Santa Bárbara fue una virgen y mártir cristiana del siglo III, forma parte de la lista oficial del martirologio de la Iglesia Católica y según el calendario o santoral católico su fiesta se celebra el 4 de diciembre.
Santa Bárbara fue una virgen y mártir cristiana del siglo III, forma parte de la lista oficial del martirologio de la Iglesia Católica y según el calendario o santoral católico su fiesta se celebra el 4 de diciembre.
Historia
Según la tradición cristiana, habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un Rey sátrapa de nombre Dióscoro, quien la encerró en una torre. Según otras versiones Dióscoro y su hija Bárbara vivían en la ciudad llamada Heliópolis, también Baalbek, Fenicia.
Hay divergencias entre las versiones sobre su vida: el motivo del encierro pudo haber sido para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, o para evitar el proselitismo cristiano. Durante una ausencia de su padre, Bárbara se convirtió al cristianismo, y mandó construir tres ventanas en su torre, simbolizando la Santísima Trinidad. Su padre se enteró del significado del simbolismo de estas ventanas y se enfadó, queriendo matarla. Por eso, Bárbara huyó y se refugió en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.
Su martirio fue el mismo que el de San Vicente Mártir: habría sido atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros al fuego... Finalmente, el mismo rey Dióscoro la envió al juez, quien dictó la pena capital por decapitación. Su mismo padre es quien la decapitó en la cima de una montaña, tras lo cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también.
Las Reliquias
Las reliquias fueron trasladadas a Venecia en tiempos del Dogo Pedro II Orseolo (991 – 1009), por María Argyropoula, una princesa bizantina posiblemente hermana de Romano III, que se había casado con el hijo del Dogo, Juan. Las reliquias de la Santa quedaron en la Iglesia Griega y en 1108 una princesa griega de nombre Bárbara se casó con el príncipe de Kiev, Sviatopolk Iziaslavovich. Ella trajo consigo las reliquias que fueron colocados en el monasterio Michailovsky-Zlatoverj en Kiev.
En la época de los desastres napoleónicos, las sagradas reliquias fueron llevadas al Templo de San Martín de la isla de Murano, donde se custodian aun hoy. Una parte de las reliquias de la Mártir Santa Bárbara que se hallaban en la iglesia de San Marcos, en Venecia, fueron depositadas en el Santuario de Santa Bárbara, perteneciente a la Diaconía Apostólica y ubicado en el municipio del Ática del mismo nombre, por el Arzobispo de Atenas y Toda Grecia, Su Beatitud Christódoulos.
Simbología e iconografía
Se la suele representar joven, bien con la palma del martirio, bien con plumas de pavo real, pues este animal es símbolo de la resurrección o la inmortalidad, y aparece ya en la más antigua representación conocida, que data del siglo VIII (Santa María la Antigua, de Roma).
También suele aparecer con su atributo, una torre con tres ventanas, apareciendo unas veces encerrada en la misma y en otras la torre aparece a su lado o en miniatura sobre una de sus manos. El significado de esta torre con tres ventanas es el refugio de la fe en la Santísima Trinidad. Y suele llevar corona, que admite variaciones: en algunas es la de una princesa y en otras es una corona completa formada de varias torres.
La imagen de santa Bárbara también aparece a veces asociada:
Con la espada con la cual fue decapitada, lo que ha contribuido a que sea asociada con la guerra, pero dicha espada representa un símbolo de fe inquebrantable.
Con un cáliz, que significa su conversión al catolicismo.
El rayo que cayó en su martirio ha hecho que sea relacionada con los explosivos y así es patrona del arma de Artillería, cuyo escudo son cañones cruzados y la torre es la heráldica de los ingenieros y zapadores. El depósito de explosivos en los buques recibe el nombre de Santabárbara.
Su patronato fue introducido en España, al parecer, por Juan de Terramonda, natural de Lille, que llegó a España como asentador de Felipe I el Hermoso.
Según la tradición cristiana, habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un Rey sátrapa de nombre Dióscoro, quien la encerró en una torre. Según otras versiones Dióscoro y su hija Bárbara vivían en la ciudad llamada Heliópolis, también Baalbek, Fenicia.
Hay divergencias entre las versiones sobre su vida: el motivo del encierro pudo haber sido para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, o para evitar el proselitismo cristiano. Durante una ausencia de su padre, Bárbara se convirtió al cristianismo, y mandó construir tres ventanas en su torre, simbolizando la Santísima Trinidad. Su padre se enteró del significado del simbolismo de estas ventanas y se enfadó, queriendo matarla. Por eso, Bárbara huyó y se refugió en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.
Su martirio fue el mismo que el de San Vicente Mártir: habría sido atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros al fuego... Finalmente, el mismo rey Dióscoro la envió al juez, quien dictó la pena capital por decapitación. Su mismo padre es quien la decapitó en la cima de una montaña, tras lo cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también.
Las Reliquias
Las reliquias fueron trasladadas a Venecia en tiempos del Dogo Pedro II Orseolo (991 – 1009), por María Argyropoula, una princesa bizantina posiblemente hermana de Romano III, que se había casado con el hijo del Dogo, Juan. Las reliquias de la Santa quedaron en la Iglesia Griega y en 1108 una princesa griega de nombre Bárbara se casó con el príncipe de Kiev, Sviatopolk Iziaslavovich. Ella trajo consigo las reliquias que fueron colocados en el monasterio Michailovsky-Zlatoverj en Kiev.
En la época de los desastres napoleónicos, las sagradas reliquias fueron llevadas al Templo de San Martín de la isla de Murano, donde se custodian aun hoy. Una parte de las reliquias de la Mártir Santa Bárbara que se hallaban en la iglesia de San Marcos, en Venecia, fueron depositadas en el Santuario de Santa Bárbara, perteneciente a la Diaconía Apostólica y ubicado en el municipio del Ática del mismo nombre, por el Arzobispo de Atenas y Toda Grecia, Su Beatitud Christódoulos.
Simbología e iconografía
Se la suele representar joven, bien con la palma del martirio, bien con plumas de pavo real, pues este animal es símbolo de la resurrección o la inmortalidad, y aparece ya en la más antigua representación conocida, que data del siglo VIII (Santa María la Antigua, de Roma).
También suele aparecer con su atributo, una torre con tres ventanas, apareciendo unas veces encerrada en la misma y en otras la torre aparece a su lado o en miniatura sobre una de sus manos. El significado de esta torre con tres ventanas es el refugio de la fe en la Santísima Trinidad. Y suele llevar corona, que admite variaciones: en algunas es la de una princesa y en otras es una corona completa formada de varias torres.
La imagen de santa Bárbara también aparece a veces asociada:
Con la espada con la cual fue decapitada, lo que ha contribuido a que sea asociada con la guerra, pero dicha espada representa un símbolo de fe inquebrantable.
Con un cáliz, que significa su conversión al catolicismo.
El rayo que cayó en su martirio ha hecho que sea relacionada con los explosivos y así es patrona del arma de Artillería, cuyo escudo son cañones cruzados y la torre es la heráldica de los ingenieros y zapadores. El depósito de explosivos en los buques recibe el nombre de Santabárbara.
Su patronato fue introducido en España, al parecer, por Juan de Terramonda, natural de Lille, que llegó a España como asentador de Felipe I el Hermoso.
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