Santa Olimpia de Nicomedia, Viuda
Diciembre 17
Martirologio Romano: En Nicomedia, en Bitinia, en la actual Turquía, de Tránsito de San Olimpia, viuda, después de perder a su marido en la edad todavía joven, a Constantinopla piadosamente pasó el resto de su vida entre las mujeres consagradas a Dios, ayudando a los pobres y permaneciendo fiel colaborador de San Juan Crisóstomo en su destierro. 408
Diciembre 17
Martirologio Romano: En Nicomedia, en Bitinia, en la actual Turquía, de Tránsito de San Olimpia, viuda, después de perder a su marido en la edad todavía joven, a Constantinopla piadosamente pasó el resto de su vida entre las mujeres consagradas a Dios, ayudando a los pobres y permaneciendo fiel colaborador de San Juan Crisóstomo en su destierro. 408
Etimológicamente
significa “de Olimpia, celestial”. Viene de la lengua
latina.
Dios nos acoge en el
interior de nosotros mismos. Cuando , por ejemplo, le confiamos quiénes nos han
herido, ya entramos en un camino de paz.
Vino al mundo en el año
366 en Constantinopla y murió en Nicomedia, Turquía en el
408.
¿Quién era esta joven de
nombre tan bello, aunque poco empleado en nuestros días?
Se sabe que perteneció a
la alta nobleza bizantina y que contrajo matrimonio a los 18 años con el
gobernador de la ciudad.
Enviudó a los 20 meses. Y
sin pensarlo mucho se hizo diaconisa. Como era muy rica, fundó un hospital y una
casa de acogida para niños que cuidaba una comunidad de vírgenes consagradas a
Dios.
En el año 397, Juan
Crisóstomo fue elegido patriarca de Constantinopla. En seguida lo eligió como a
su director espiritual y confesor.
Por motivos políticos, ajenos a su santidad de vida, ella estuvo siempre en el punto de mira de algunos perseguidores.
Por motivos políticos, ajenos a su santidad de vida, ella estuvo siempre en el punto de mira de algunos perseguidores.
Eudoxia dispersó a su
comunidad y le acusó injustamente de que había querido meterle fuego a la
catedral.
Todo esto envenenó su
estancia en la ciudad. No obstante todas las dificultades que le presenta la
vida, sigue confiando en el Señor cueste lo que cueste.
Toda ocasión es para ella
un momento propicio para dar gracias a Dios, para amar a los mismos
perseguidores; manifestó que se encontraba feliz y contenta por el amor que Dios
le manifestaba en los dolores.
Los males de aquí abajo
no son nada en comparación con los bienes del cielo.
Murió poco después de su
director espiritual, en el exilio de Bitinia, víctima de su fidelidad a la
amistad.
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Autor: P. Felipe Santos |
Fuente: Catholic.net
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