lunes, junio 17, 2013

Beato Felipe Pappon, Presbítero de Autun y Mártir

Beato Felipe Pappon, Presbítero de Autun y Mártir
Junio 17
 
Martirologio Romano: En el litoral de Francia, en una nave anclada ante el puerto de Rochefort, beato Felipe Pappon, presbítero de Autun y mártir, que siendo párroco durante la Revolución Francesa, por ser el hecho de ser sacerdote fue encarcelado, muriendo después de haber dado la absolución a otro cautivo. (1744-1794).

Natural de Saint-Pourçain (Allier). Fue ordenado sacerdote en 1768 y su primer destino fue el de vicario en la parroquia de Contigny, diócesis de Autun, a donde llegó en junio de 1769. En 1772 fue nombrado párroco del pueblo, y en los años siguientes cumplió con regularidad y honestidad sus funciones como pastor de esta comunidad cristiana.
En 1790 era, además de párroco, alcalde de la población, y se vio en la difícil circunstancia de tener que prestar el juramento de aceptación de la “Constitución Civil del Clero”. Lo prestó pero con restricción, lo que le desagradó al directorio del distrito, y por ello su nombre apareció en la lista de sacerdotes juramentados.

A partir de este momento estuvo dividido entre su deseo de permanecer fiel a la Iglesia, y su deseo de no ser alejado de sus feligreses, por otro. Expuso esta perplejidad a los feligreses y su sermón causó un gran revuelo, que provocó una investigación abierta por el Directorio que decretó que estaba cesante de su cargo de párroco. Con lágrimas en los ojos hubo de dejar su parroquia.

Se quedó en el pueblo, lo que no podía menos que resultar peligroso. Le escribió al legítimo obispo de Clermont, mons. De Bonnal, explicándole el sentido de su juramento (20 de enero de 1793). Le mandan en febrero una carta pastoral sobre la Cuaresma y él no duda en repartirla entre sus cercanos. Como era de esperar, el directorio de Moulins toma una determinación contra él. Compareció ante el tribunal de Moulins, y como resultado del interrogatorio se le declara no juramentado o renuente. El 17 de mayo de 1793 comparece ante el tribunal de lo criminal del Allier y se le imputa haber perturbado el orden público con propósitos fanáticos y sediciosos al haber distribuido una publicación de estas características.
 
El juez lo condena a una corrección y a un año de arresto. En carta a las autoridades afirmó que él deseaba ser fiel tanto a la patria como a la Iglesia pero que le ponían en condiciones muy difíciles de compatibilizar ambos amores.

Como igualmente se niega al juramento de “Libertad-Igualdad”, es condenado a la deportación y se le envía a Rochefort, de donde pasó al navío prisión “Deux Associés”. Había logrado llevar consigo hostias consagradas, que fueron de gran consuelo entre los detenidos. Cuando se vio muy enfermo se las dio a los sacerdotes que hacían de enfermeros. Pudo así, pese a las pesquisas que se hicieron para quitarles a los sacerdotes todo objeto religioso, conservar tan gran tesoro y poder recibir al Señor antes de morir, y lo había dado con gran celo a otros moribundos.
 
En este barco enfermó por las condiciones insalubres y murió poco tiempo después, siendo enterrado en la isla de Aix. Fue beatificado por SS. Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995.
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