Septiembre 12 - Diciembre 15
Martirologio Romano: En Génova, de la Liguria, beata María Victoria
Fornari, que, habiendo quedado viuda, fundó la Orden de la Anunciación.
(1562-1617).
Poco después de su muerte, la Beata María Victoria de Fornari-Strata se
apareció a una devota suya usando tres vestidos: el primero era de color oscuro,
pero adornado con oro y plata; el segundo también era oscuro, pero adornado con
joyas brillantes; el tercero era blanco?azul reluciente. Esta visión,
prescindiendo de su historicidad, sintetiza los tres estados de vida (conyugal,
viudez y religioso) por los que ella pasó: fue, efectivamente, hija, esposa,
madre, viuda y religiosa (fundadora, superiora y simple monja). Su vida ejemplar
dio testimonio de las más variadas virtudes.
María Victoria nació en Génova en 1562, séptima de nueve hijos de Jerónimo
y Bárbara Veneroso. Como creció en un ambiente de amor y de piedad bastante
austero, probablemente quiso entrar en la vida religiosa, pero cuando los padres
le encontraron un pretendiente en la persona de Angel Strata, se unió a él en
matrimonio a los 17 años. Pronto llegaron los hijos. Cuando Angel murió, sólo
ocho años y ocho meses después del matrimonio, cinco muchachitos se agarraban a
las faldas de la joven madre (tenía 25 años) y un sexto nacería un mes
después.
A pesar de sus hijos, María Victoria se sintió de repente sola y abandonada
y pasó por una tremenda crisis, durante la cual pidió varias veces la muerte:
una experiencia humana que después le ayudaría a comprender y a ayudar mejor a
las jóvenes desorientadas por alguna amarga prueba. Pasada la crisis, hizo tres
votos: de castidad, de no llevar nunca joyas ni vestidos de seda, y de no
participar en fiestas mundanas.
Después que las hijas se hicieron canónigas lateranenses y los hijos
entraron con los mínimos, ella se unió a Vicentina Lomellini-Centurione, a María
Tacchini, a Clara Spinola y a Cecilia Pastori en la Orden de las Hermanas
Anunciatas Celestes, en el monasterio preparado para ellas en el Castillito de
Génova de Esteban Centurione, el esposo de Vicentina, que también se hizo
religioso y sacerdote. Por su hábito las religiosas fueron llamadas “turquinas”
o “celestes”.
La Regla, redactada por el jesuita Bernardino Zanoni, padre espiritual de
María Victoria, estimulaba a las religiosas a una íntima devoción hacia la
Santisima Virgen de la Anunciación, y establecía una intensa vida de piedad, de
pobreza genuina y una rigurosa clausura. Fundadora y superiora, María Victoria
pasó los últimos cinco años como simple religiosa, dando ejemplo de humildad y
obediencia.
Murió el 15 de diciembre de 1617, y fue beatificada por León XII en
1828.
=
Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net
No hay comentarios.:
Publicar un comentario