San Iñigo de Oña, Obispo y Abad
Junio 1
Martirologio Romano: En el monasterio de Oña, en el territorio de Burgos, de la región de Castilla, en Hispania, san Enecón (o Iñigo), abad, varón pacífico, cuya muerte fue llorada también por judíos y musulmanes (c. 1060).
Martirologio Romano: En el monasterio de Oña, en el territorio de Burgos, de la región de Castilla, en Hispania, san Enecón (o Iñigo), abad, varón pacífico, cuya muerte fue llorada también por judíos y musulmanes (c. 1060).
Etimológicamente: Iñigo = Ignacio = Aquel que es ardiente, es de origen
latino.
San Iñigo, decoroso ornamento de la Orden de San Benito, nació en Calatayud, ciudad antiquísima y muy noble de la corona de Aragón.
San Iñigo, decoroso ornamento de la Orden de San Benito, nació en Calatayud, ciudad antiquísima y muy noble de la corona de Aragón.
Sus padres fueron mozárabes, esto es, cristianos mezclados con los árabes,
los cuales dieron a Iñigo una educación con forme a las piadosas máximas del
Evangelio. Llegado el ilustre joven a edad competente, dejó su patria, sus
padres y sus cuantiosos bienes, y se retiró a los montes Pirineos, donde pasó
algún tiempo. en la contemplación de las grandezas divinas; mas llegando a su
noticia la santidad de los monjes que vivían en el célebre monasterio de san
Juan de la Peña, establecido en lo alto de las montañas de Jaca, resolvió
abrazar la regla de san Benito.
Hecha ya su solemne profesión, cuando era amado y venerado de todos los
monjes por sus eminentes virtudes, alcanzó licencia del esclarecido abad,
llamado Paterno, para retirarse a un espantoso desierto de las montañas de
Aragón, donde resucitó con sus austeridades las imágenes de penitencia que se
leen de los solitarios de la Tebaida, de la Nitria y de la Siria; y donde atraía
a gran número de gentes que aprovechaban sus saludables instrucciones.
Mas habiendo fallecido por este tiempo el primer abad del monasterio de
Oña, llamado García, y desean do el rey Sancho nombrar un digno sucesor del
difunto, envió tres veces embajadores al santo para que aceptase aquel cargo y
aun pasó el mismo rey personal mente al desierto y logró al fin rendirle y
traerlo consigo a aquel monasterio.
En su gobierno practicó con gran eminencia todas las virtudes del más
perfecto prelado, a los pobres oprimidos pagaba sus créditos, buscábales para
mantenerlos y vestirlos, libró a muchos presos de las cárceles, redimió cautivos
y obró esclarecidos milagros.
Cuando le acometió su última enfermedad en un pueblo llamado Solduengo y
tomó al anochecer el camino para Oña a fin de consolar a sus hijos, se le
aparecieron dos ángeles en figura de dos hermosísimos niños vestidos de blanco
con sus hachas encendidas, los cuales le acompañaron hasta el monasterio. Era el
1 de junio de 1057.
En la hora de su muerte se llenó el ámbito de su celda de un resplandor
celestial y se oyó una voz que dijo: Ven, alma dichosa, a gozar de la
bienaventuranza de tu Señor.
Celebráronse con gran pompa sus funerales, y no sólo los cristianos, sino
también los judíos y los moros concurrieron a sus exequias y rasga ron sus
vestiduras con grandes muestras de sentimiento.
Fue canonizado por el Papa Alejandor IV el año 1259.
=
Fuente: oremosjuntos.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario