Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá, Patrona de
Colombia
Julio 9Durante siglos, el pueblo colombiano da gloria a Dios por medio de su Madre la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Chinquinquirá.
Es este uno de los más importantes
y frecuentados santuarios de Colombia. La Virgen está representada en un lienzo,
con el Niño en brazos y, como parece lógico, con el Santo Rosario en la
mano.
La tradición nos cuenta que have
cuatro siglos don Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y
Chiquinquirá, solicitó al español Alonso de Narváez (h. 1560) que pintara una
imagen de la Virgen del Rosario, para colocarla en una pequeña
capilla.
La pintura fue realizada sobre una
tela de algodón de procedencia indígena, media 44 pulgadas de alto por 49 de
ancho, Alonso de Narváez usó colores al temple, realizó una imagen de la Virgen
del Rosario con el Niño Jesús, y a los lados puso al Apóstol San Andrés y a San
Antonio de
Padua.
El cuadro fue ubicado en la capilla
que poseía don Antonio en sus aposentos de Suta, estuvo allí durante más de una
década, pero la capilla tenía el techo de paja, lo que provoco que la humedad
deteriorara la pintura hasta dejarla completamente
borrosa.
Tras la muerte de Santana, su
viuda, se trasladó a Chiquinquirá, hacia el año 1577-78. La imagen fue llevada a
ese lugar, pero se encontraba en tan mal estado que fue abandonada en un cuarto,
habitación que tiempo atrás había sido usada como
oratorio.
Al comenzar el año 1586, se
estableció en Chiquinquirá, una piadosa mujer, María Ramos, nacida en Sevilla
(España), la señora reparó el viejo oratorio y colgó en el mejor lugar de la
capilla, la deteriorada pintura de la Virgen del
Rosario.
El día 26 de diciembre de 1586,
María salía de la capilla, cuando pasó frente a ella una mujer indígena llamada
Isabel y su pequeño hijo. En ese momento Isabel grito a María "mire, mire
Señora..."
Ella dirigió la mirada hacia la pintura, la imagen aparecía rodeada de vivos resplandores, prodigiosamente los colores y su brillo original habían reaparecido, los rasguños y agujeros de la tela habían desaparecido. Con tan maravilloso suceso se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Ella dirigió la mirada hacia la pintura, la imagen aparecía rodeada de vivos resplandores, prodigiosamente los colores y su brillo original habían reaparecido, los rasguños y agujeros de la tela habían desaparecido. Con tan maravilloso suceso se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.
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Fuente:
Archidiócesis de Madrid
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