Santos Cipriano de Antioquía, Justina y Teoctisto,
Mártires
Septiembre
26
c. 280. La leyenda dice, que Cipriano era un nigromante famosísimo de
Antioquía, que practicaba la magia negra, con sacrificios de niños y que odiaba
a los cristianos. Quiso encantar a Justina, joven dotada de todas las virtudes y
de gran belleza, hija de un mago, y convertida al cristianismo ocualtamente; su
belleza enamoró al joven Agladio que le pidió a Cipriano que utilizara sus artes
para conquistarla, pero Cipriano se enamoró de ella, pero fue ella quién lo
convirtió. Cipriano estaba perdidamente enamorado de ella, pero solamente pensar
en ella hizo que el demonio dejara de
tentarlo.
El sacerdote cristiano Eusebio halló a Cipriano arrepentido y le dio
los sacramentos. Fue tan famoso por su virtud entre sus conciudadanos, como lo
había sido por sus vicios. Cipriano fue portero de la iglesia, luego sacerdote y
finalmente obispo de Antioquia. Los dos murieron mártires en Nicomedia; cuando
Cipriano era obispo y Justina, abadesa y diaconisa; luego se añadirá el nombre
de un tal Teoctisto. Esta leyenda es un calco de la atribuida a san Cipriano de
Cartago.
La existencia de estos dos santos, está contestada en el nuevo Calendario, de manera que desde 1969 su culto se ha suprimido. Según la tradición sus cuerpos reposan en la basílica de San Juan de Letrán de Roma.
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Fuente: oremosjuntos.com
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